miércoles, 31 de marzo de 2021

Via crucis pandemico VI. Jose Carlos De Nobrega

 


VI

La Verónica limpia el rostro de Cristo

No hay evidencia en ninguno de los Evangelios de este suceso ni tampoco de la existencia de una mujer llamada Verónica. Además de justificar la muy moldeable tradición utilitarista el mercadeo de reliquias como las astillas de la cruz, la sangre de Cristo, el Santo Grial, el manto o sudario de Turin o el lienzo de Verónica con la imagen del rostro del Nazareno, tenemos una atenuación demagógica del machismo o, peor todavía, de la misoginia obscena de la nomenclatura tanto judaica como católica y protestante. El catolicismo oficial apela a esta política de la organización, cuando sin consultar a María, la madre de Jesús, la convierte en intermediaria o gestora del perdón de las faltas entre los pecadores y Dios trino mediatizado por el poder establecido. La fémina no sólo es objeto sino arquetipo para que crezca la feligresía y se edifiquen los conventos. Sin embargo, la mujer por su educación en silenciosa resistencia y configuración sensible -no sensiblera ni histérica- de amorosa madre fecunda y fiel esposa, ha dado pie para el género plástico de la Piedad con sus Leonardo, Bernini y Miguel Ángel no en balde su misantropía y atenuada libido que lo convirtieron en un histérico e inapetente sexual. No podemos obviar tampoco que Ellas poseen una entereza sin igual que supera la fuerza bruta desmedida del varón. Cristo se aparece luego de su resurrección a María Magdalena y no a Pedro el futuro primer Papa. Asimismo el Rabí deja muy mal parados a los varones que pretendían ejecutar a la mujer pública a pedrada limpia. O a sus mismos discípulos que criticaron la lindura de hembra que lo unge de perfume caro y le lava los pies con sus suaves cabellos y lágrimas conmovidas. También tenemos el diálogo entre iguales y a dos aguas con la samaritana. O la vindicación de las viudas en una muy conocida parábola que aún pasamos indolentes por debajo de la mesa. El poeta Miguel Hernandez reedita y reconvierte el mito de Leda y el Cisne, amén de revisitar y recrear el Cantar de los Cantares con la dulzura erótica, sensual y solidaria del trino increíble de todos los pájaros de la campiña española. En Romances, Odas y Sonetos, nuestro Pastor Cara de Papa, como lo apodaba Neruda, expresó un Amor Loco incondicional e indeclinable por la madre, la esposa y la compañera de combate. Era pues natural que este Comisario cultural republicano, como el poeta Antonino que acompañó la revolución antiesclavista de Espartaco, fuera castigado con saña por la Falange misógina y feminicida enjaulandolo con su coro extraordinario de aves del Edén en sórdida y mala prisión. El Orden absoluto, preñado de lo peor y lo más podrido del Medioevo con sus supersticiones y venales inquisidores, no podía tolerar la sensibilidad especial y el carisma libertario de Federico García Lorca, mucho menos a un rojo campesino, poeta y feminista con ese nombre tan plebeyo, Miguel Hernandez, cuya ciudadanía universal nunca cesa de amar a todas las mujeres, incluso a las castradoras víctimas y viudas del Macho.

martes, 30 de marzo de 2021

El cumplesiglo de Eric Clapton. Jose Carlos De Nobrega

 


Eric Clapton es de la misma generación de los poetas Reynaldo Pérez So y el Gallo Mujica. Todos ellos son hijos de la post guerra, pues nacieron en 1945. Quizá Clapton tocaría con Mujica un jam session mixto de guitarra Fender y cuatro bien punteados. Luego Slowhand improvisaría con una guitarra acústica a partir de los poemas ácidos de Matadero de Pérez So. Y de galardones, ni se diga. Un triple Salón de la Fama del Rock, otro Premio Nacional de Literatura y el Enrique es también gallo fino.

Escuché a Clapton mucho después de Yardbirds y Cream. Sus primeros discos solistas con RSO me empaparon de duraznos y diesel, Tulsa Time, el cover I shot the sheriff, Cocaine, Lay down Sally y Wonderful Tonight. Los anglosajones también tienen su corazón mestizo, pese a que Dios nos salve de su Reina y de una Medusa como Margaret Thatcher. El dios de la guitarra, como bien lo exaltan los más entusiastas, se ha paseado por el rock, el blues, el folk, el reggae y el jazz. No es un artificio del mercado, más bien un artista de raza como Santana y Hendrix que se han ganado sin venderse su muy buen puñado de dólares. Cuando escuchamos a cualquiera de estos tres egregios de la guitarra, no hay pele dada la personalidad de cada quien.

Hasta desenchufado, Clapton suena bien en temas como Laila y San Francisco Bay. Su unplugged en MTV es de leyenda como los de Nirvana, Cure, Soda Stereo, Café Tacuba, Charly García y Molotov. Una vez, paseando por los pasillos de la Facultad de Educación vieja de la Universidad de Carabobo, la de los inhóspitos galpones, se me puso la piel de corazón de gallina (Sabina) y la gallinita de piel (el vocalista de Café), cuando escuché a dos jovencitos citando a Slowhand acústico en mi territorio. 

Recuerdo dos incursiones suyas en el cine. La ópera de rock Tommy, donde hacía de un San Pablo de la guitarra eléctrica, y en la segunda película de Los Hermanos Caradura sin Belushi, interpretándose a sí mismo muy maduro y compartiendo tarima en caverna blues con Steve Windwood, Billy Preston y BB King. 

En los idus de marzo en el que le dieron de puñaladas traperas a Julio César y no a César Arriba porque estaba encaletado en su ataúd, ya ido marzo, hoy jueves treinta le cantamos un feliz CUMPLESIGLO como en una versión punk desgañitada de Sid Viscious, a este gran amigo nuestro, genio indiscutible de la música y de las guitarras que planean como magníficos halcones. 

Post data para César Arriba: Si bien te agradecemos tus especiales como el de Clapton hoy por Soda 95.1 FM, te advertimos que por órdenes de la gobernación con sus draculas y chiquidraculas, le devuelvas la urna al vampiro original de Transilvania, pues con el rumano de Vlad Tespes no se juega. Este villano empala y no empapela la sala con papel tapiz de colores ye ye por cierto.

Via crucis pandemico V. Jose Carlos De Nobrega

 


V

El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz

El vía crucis institucionalizado por la nomenclatura católica como rito litúrgico, no concuerda con la cronología neo testamentaria ni con la histórica. La ruptura temporal del Relato de la Pasión de Jesucristo obedece a un discurso entre propagandístico y simbólico. Un perfecto desconocido acompaña a Jesús, coaccionado por los centuriones romanos. Simón el Cireneo no fue canonizado ni celebrado por acompañar solidariamente, así sea a juro, a Jesús camino al Golgota. Va más con el soberbio poder del Vaticano unos cruzados conservadores como Josemaria Escrivá de Balaguer y Juan Pablo II, santos egregios del cogollo apostólico y su poder terrenal. Por eso Miguel Otero Silva escribió una corrosiva copla apóstata: Nunca fue canonizado / el humilde Cireneo, / porque cargando la cruz, / sin querer se le fue un peo. No perdamos de vista que los discípulos estaban enconchados por miedo a ser prendidos, procesados y ejecutados cada quien en su cruz. El martirio vino después cuando ebrios del Espíritu Santo, hablaron en lenguas extranjeras y predicaron hasta por los codos. Incluso, Él  fue crucificado entre dos ladrones a quienes tampoco conocía ni de oídas. El poeta Federico García Lorca, de una religiosidad escéptica pero de un misticismo entusiasta por la vida a su alrededor, se negó a desarraigarse de su Granada bien amada, su Edén andaluz. Le encantaba departir, leer su poesía y su dramaturgia, que son un mismo discurso como el de Lope de Vega y Calderón de la Barca, además de acompañar (se) en el piano sus canciones populares con que obsequiaba a la gran familia de sus amigos más entrañables, consanguíneos o no. Por eso no quería ser crucificado en Nueva York, teniendo una vaca maldita mugiendo música sacra desafinada de perdigonazos farisaicos. Perseguido por la manada de hienas del momento, se escondió en el calor de sus amigos falangistas. Sólo que el poeta Luis Rosales ni el músico Manuel de Falla pudieron cobijarlo por más de una semana. Abogaron por él pero no quisieron ayudarlo a cargar su cruz con el letrero de Príncipe de los Rojos y maricones, redactado de puño y letra por los milicos Valdés y Queipo del Llano, siendo el "obrero amaestrado" Ramón Ruiz Alonso su Judas delator. De modo que la madrugada del 19 de agosto de 1936, murió baleado por la espalda junto a otros tres desconocidos, un maestro de escuela y dos banderilleros. Seguramente fue rematado con saña criminal como si se tratara de un toro mañoso de lidia con el que sus toreros impíos no tuvieron tela que cortar para ganar par de orejas. Jesús fue más afortunado, si se quiere, pues José de Arimatea acomodó su cadáver en una digna sepultura para ocasión tan histórica. De los restos de Federico en fosa común apestada, ni su amigo y biógrafo Ian Gibson sabe alguna cosa, lo dice su escritura y rostro adusto de Cireneo desencantado.

Via crucis pandemico IV. Jose Carlos De Nobrega


IV

Cristo se encuentra con María

El evangelista Mateo no refiere en su versión este encuentro. Sólo están Jesús y Simón el Cireneo acarreando con la cruz, ello en una yunta menesterosa y proletaria. Tampoco Marcos lo alude, coincidiendo en la falta de detalles de la procesión vergonzosa del Nazareno y su escolta hacia el Golgota. En cambio, Lucas, el médico e historiador aficionado, nos dice que Cristo se topó con un grupo de mujeres todas llorosas y condolidas, sin identificarlas, a las que Él les anticipó grandes males por una nueva emboscada a los varones de Dios, legisladores despiadados de los yerros históricos de Israel. No llores por mí, Matria de los judíos, sino por ti y tu prole, porque vendrán días difíciles como la destrucción de Jerusalén por Tito el año 70 y, entre otras tribulaciones, la Shoah siglos después por el patriarcado facha de Hitler. Juan el discípulo bien amado, testigo de primera línea, cuenta que el encuentro entre María, su madre, y Jesús fue en el Golgota, estando Él ya crucificado. El Evangelio ateo del poeta Marcos Ana es bien explícito: La Madre Ana Faucha, flaca de hambres, recorre más de media España para ver a su hijo adolescente en la cárcel franquista. Se le niega ese derecho una y otra vez. Muere de inanición, melancolía y mengua en las afueras del presidio. Seguramente, María, a prudencial distancia social, seguiría el cortejo fúnebre a campo traviesa de Cristo y su escudero bajo el peso de la cruz y el calor soporífero de una Jerusalén de matriz reseca y maloliente. Desde mi cueva de Platón me fortalezco en el Matriarcado mediterráneo de mamá Augusta. 
 

Via crucis pandemico III. Jose Carlos De Nobrega



III

Jesús cae por primera vez

En ninguno de los cuatro Evangelios canónicos, se detalla cuantas veces tropezó y cayó Jesús bajo el mástil de la cruz. Ello muy a pesar de que Simón el Cireneo le ayudase a sobrellevar la carga, disuadido por los centuriones romanos que le arrebataron de alguna ocupación o diligencia. Cuando no se le puede extraerle a la Palabra de Dios ni a la historia motivos de propaganda ideológica, la nomenclatura del poder religioso vertical se apoya en una fuente gelatinosa y pegajosa llamada tradición. Pues es menester, a través de los Misterios y Milagros, apuntalar la autoridad del aparato ideológico por excelencia que es la Iglesia institucionalizada y no la comunidad viva y popular en Cristo libertador. Por supuesto que las tradiciones sesgadas instituidas por el poder fáctico, tienen su mercadeo de reliquias y bienes culturales tangibles (agua bendita, estampas y misales) e intangibles (paraíso, purgatorio, averno). Jesús, con la carne y la vitalidad hechas pedazos en la tortura, había caído trece veces, pero este número terrorista no cuadra con el simbolismo númerológico de los arciprestes enriquecidos y gordinflones. Tres caídas son proporcionales a la Santísima Trinidad cosificada. Lo mismo pudiera ocurrir con Don Miguel de Unamuno, propulsor del punzón de la duda como factor constituyente de la fe dinámica en Cristo, el Padre y el Espíritu Santo. A Unamuno, quien ha caído miles de veces a lo largo de su vida, ni los hunos ni los hotros le perdonaron la virtud de saberse contradecir, cuestionarse y rectificar. En este caso, el número de caídas y trompicones con la tibia y los pies, dependerá del cristal propagandístico y tremendista de cada bando en particular. Ya lo decía George Orwell, quien combatió al lado de la II República Española en las Brigadas Internacionales, los partes de guerra de huno y hotro partido son en esencia del mismo calibre embustero y amarillista. Para los fachas, los hunos o la marabunta despiadada de la cristiandad española, Unamuno cae dos veces, cuando el primer exilio en París cortesía del milico sátrapa Primo de Rivera en la década del 20 del XX y después el día de la raza de 1936 cuando esgrimiendo la digna piedra pensante de ángulo en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, contrarió al también milico de Millán Astray tronchado en su soberbia, sacándole en cara su condición de ñasca de tropiezo. Para los rojos embargados de reduccionismo párvulo de izquierdas, la peor de las caídas del polígrafo vasco fue cuando apoyó -erróneamente, claro está- la insurrección de Franco contra la República en julio del 36, sin reparar luego en que remendó el capote en las narices de los franquistas, quienes no sólo lo volvieron a destituir del rectorado salmantino, sino que secuestraron su cadáver por si a las moscas. Jesús al caer varias veces bajo la cruz, nos enseñó la importancia de aliviar y acompañar al caído como acto de amor rebelde que triza ensoñaciones piadosas y culpas inducidas, amén de arruinar el morbo megalómano de autoridades ilegítimas que se regodean en entorpecer la solidaridad entre los hombres.

lunes, 29 de marzo de 2021

Via crucis pandemico II. Jose Carlos De Nobrega

 


II

Cristo carga con la cruz

Azotado, escupido y escarnecido, después de la segunda puesta en escena consistente en la lotería del indulto populista manipulado por Roma y Jerusalén la caricatura, la cual fue ganada por el guerrillero zelote Barrabas, Jesús carga con el madero y los pecados de los pésimos mayordomos del mundo que son los hombres. Nadie comprendía en su tiempo, ni en el nuestro de beatería e hipocresía espiritual on line, el cataclismo institucional que Cristo trajo consigo. No es simplemente el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, sino el martirologio universal que a través de un Amor todopoderoso e inédito, le daba otra oportunidad más a muestra muy patética humanidad. El cambio para empoderarse del mundo, tiene que ser centrífuga revolucionaria y no centrípeta alienante. Si no, la muerte oprobiosa del Cristo y la constelación de mártires que le siguió en afán profético y liberador no tendría sentido. Antonio Machado, el gran poeta andaluz que ennobleció los campos de Castilla en saudoso y amoroso canto, fue mártir abatido de tristeza en el destierro. Como nadie, auscultando la cultura única en esplendor y decadencia de su pueblo fue una saeta que sería el octavo puñal en el corazón doloroso de la Virgen. Su madre acusó la puñalada envilecida de su exilio y muerte, y siguió a su crío avejentado, enfermo y viudo que quedó a la espera de su Giomar en el Altar de un sacrificio que nunca quiso. El Evangelio de San Antonio el poeta sigue dispensandonos el Amor paradójico de Dios en su obra en verso y el testimonio apócrifo de Juan de Mairena en prosa ejemplar. Sin embargo, Machado en el poema de la Saeta desveló el misterio del sacrificio en la cruz: Apostar por el Cristo resucitado que vuelve a caminar sobre el Mar Mediterráneo liberado y no por el que se desangró en la cruz, derrotado por sus apóstatas obispos y Papas relamidos de vicio que hacen más pesada la cruz que los oprimidos no deberían cargar. Ya Cristo el libertador lo había hecho por todos nosotros.

Via crucis pandemico I. Jose Carlos De Nobrega


El apagafuegos de Tellez con juguete Hasbro y de fondo una estampa de Joan Miró

 I

Jesús es condenado a muerte

Luego de ser prendido en Getsemani, Jesús es sometido a una parodia procesal en el Sanedrín presidido por el muy venal de Caifas. Consciente de esta farsa judicial de testigos falsos y frases extraídas fuera de contexto, el Rabí verdadero e insobornable a los poderes fácticos de Roma y Jerusalén quebrantada la cerviz, declara que es Rey y Dios ajeno al despropósito del mundo. Tal fue el enculillamiento y el solaz homicida de Caifas y su grey abyecta, que esta cohorte religiosa de pacotilla se rasgó las vestiduras y se echó cenizas como parte de la ilusoria puesta en escena. Recordamos que el poeta Marcos Ana fue también condenado a muerte, para luego serle conmutada por un largo y cruento presidio. Asimismo, el teniente Abelardo Cuadra, quien al igual que Dostoyevski enfrentó un pelotón de fusilamiento de a mentiras para sumirlo en el miedo y un confinamiento a perpetuidad. El poeta Ana y el memorialista Cuadra salieron de la cana para hacer de las suyas, denunciando en sus libros la villanía de Franco y Tacho Somoza. Lamentablemente, Federico García Lorca, Sandino, Roque Dalton y Monseñor Romero fueron ajusticiados sumariamente, pues la poesía y la subversión libertaria en Amor humanístico no tienen cabida en repúblicas portátiles y homicidas. El proceso que sufrió Cristo fue intervalo de impunidad predatoria que tuvo la traición en sus extremos abiertos: El beso de Judas y la negación de Pedro con tres gallitos que le recordaron el alba de su infamia movida por cobardía. Judas, pieza maestra del cambio del Pacto de Dios trino liberador con la humanidad, se colgó desconociéndose quién hizo circular las treinta piezas de plata en el círculo vicioso de la economía del mundo. Pedro reculó y fue mártir de la cristiandad, amén de que nunca se le consultó si quería ser el Primer Papa católico siglos después de su muerte. Este pescador de peces y hombres, se convirtió quizá en el primer pelele funerario de la muy fetichista nomenclatura católica que pasados veinte siglos, saludó al fascismo español con la aviesa señal de costumbre. 

Soda Stereo de America Latina. Jose Carlos De Nobrega

 


Esta es, no importa que Cerati no ande envejeciendo de gordura feliz por allí (pero en cambio sí rejuvenece en la memoria emotiva), una crónica ensayística que desparramaré este caluroso Domingo de Ramos como lluvia fresca en desierto de apestados. Mi radio compinche y, si se quiere, anacrónica por el mero placer de serlo,  Soda 95.1 FM, me lo trae al Gustavo a la Cueva de Platón con frecuencia. Sus cofrades Charly Alberti y Zeta Bosio no se inquietan para nada, porque Cerati y Soda Stereo tienen gentilicio latinoamericano, muy bien ganado a punta de discos y giras que forman parte no sólo de la Historia de nuestra música, sino en especial de la configuración sentimental de nuestra generación.

He hecho, de paso, grandes amigos muy visibles en el aire, sin que Platón ni yo nos movamos de esta residencia pétrea donde bailan sombras chinescas: La divinidad de Meche Hernandez, Oscar Pérez el loco en bolsillo esquinero, Andrés Galíndez y su bitácora anfibia matinal, Daniel Siugza nuestro cronista y anticuario sónico y, no lo dejemos por fuera para beneplácito pluralista descocado, a un dandy vampiro como César Arriba quien haciendo de todo (aunque no tan mal) no posee oficio que se precie de decente. Todos ellos integrantes del Gang de Amigos verdaderos de Soda Stereo, nuestra banda de rock mestiza y cautivadora.
 


Tengo buena parte de la discografía de Soda Stereo en diversos formatos: El primero Soda Stereo en cassette informal entre amigos; Nada Personal, Signos y Ruido Blanco (oficial en vivo) en cassettes originales; Doble Vida, Confort y música para volar (unplugged MTV) y Me verás volver. Hits en CDs originales; Canción Animal en LP; Dynamo en cassette buhonero y El Último Concierto en CD doble pirata de la calle. He de agradecer a mis asesores musicales uruguayos, Sergio y Daniel Siugza, de la disco tienda "Giros" que aún existe por la obstinación charrúa de este par de hermanos, por haberme presentado a este grupo incunable de mi universo melómano en trémula colisión.

Es muy cierto lo que hoy dice Oscar Pérez, el filósofo de la esquina que dobla a la calle ciega, Soda Stereo fue una banda experimental desde sus inicios. Hicieron la música que les dio su real gana. Fusionaron al inicio (sus dos primeros discos) sonidos del new wave, el reggae, el ska y el rock argentino que en los setenta habían encabezado Charly García y Luis Alberto Spinetta con una brillantez visionaria. Personalidad iniciática y generacional que se fue consolidando en tres décadas e innumerables ciclos creativos que contienen todos sus trabajos, incluyendo los solistas y las contribuciones con otros grupos y autores.

Signos fue un sacudón en la música de este trípode universal que acompaña a tríos de ensueño como Emerson Lake and Palmer, The Police, Rush e incluso el del pianista y compositor Duke Ellington más viejo, el bajista Charlie Mingus y el baterista Max Roach en el Jazz sessions de "Money Jungle". 
Con un módico precio de cien bolívares que movió a la risa diáfana de la cineasta Maruvi Leonett Villaquiran, otro trío espectador (Pedro Tellez, Igson Gonzalez Quitral y yo) se vaciló a la banda argentina en el Ítalo de Valencia, estrenando temas como el homónimo de este tercer álbum, Persiana Americana y Prófugos. Se agregan los teclados de Fabián Von Quintero y una sección de metales encabezada por Tweety Gonzalez, ganando el discurso musical profundidad progresiva y sinfónica, amén de un cachondeo dance y soul para el baile y la descarga. Ya les había contado que los tres hicimos lecturas distintas pero satisfactorias: Igson era un gnomo verde volando a ojos cerrados, Pedro nadaba el mar de las Antillas durmiendo de pie y yo, con ojos de ensayista bien abiertos, afincado en terredad melómana. Me parece que Maruvi, desde una persiana americana y armada de una cámara portátil, se divirtió de lo lindo con su primer vídeo clip incluyéndonos a nosotros. Quizá le proponga a nuestra preciosa cineasta una road movie o film noir que sea protagonizada por tres escritores desdichados y peripatéticos perdidos una noche en Valencia después del concierto. Claro, de un Domingo de Ramos que se estrella contra un lunes súper desolado.



Ni hablar del peluquín: Doble Vida (1988), producido por el músico Carlos Alomar, representa para mí su obra maestra. El sonido más eléctrico y compacto, está acompañado por unas líricas estupendas en la riqueza temática, el tratamiento sociológico indirecto, la vivacidad metafórica y la oblicua sensualidad que alude a  besos profundos, sonrisas verticales y florituras de piruetas y contorsiones en satén venenoso. En la ciudad de la furia no sólo es un intenso canto de amor en Buenos Aires, sino una joya artística del erotismo de raza integrador de la poesía simbolista contemporánea y la música universal, cuyo tenor concupiscente nos retrotrae a Anais Nin y a Henry Miller. Con este tema, enamoré a mi segunda esposa Yudi, infiltrando el rock fussion de Soda en su cultura baladistas romántica liderada por la voz chillona de Ricardo Montaner en la cima de no sé cuál cielo. Incluso Día Común - Doble Vida, se mezclaba en un remix insólito con el cover de la Conga por el doblemente desacertado Montaner, cantante con sabor a nada que ni Palito Ortega ni la trompeta de Arturo Sandoval lograrían rescatar de su mercado de pulgas maracucho. Qué disco tan memorable: Corazón Delator, Los Languis, El Ritmo de tus Ojos (bailar con las botas llenas de lluvia con vos de medias caídas) y otra pieza perfecta entre la balada y el Acid House andante como Terapia de Amor Intensiva: "No morirá lo que debe sobrevivir a la...", "no escucharás más palabras lascivas en...", "credulidad no puede sobrevivir en nuestro amor de terapia intensiva".


No es mera prestidigitación musical de mercadeo como mal pensaron los viudos del rock entre los 60 y los 70. Qué va! Es la fuerza sobrenatural de la combinatoria de alta fidelidad amorosa a la música, vitalismo compositivo y destreza técnica e interpretativa de todos y cada uno de sus integrantes. Cerati no equivoca nunca un acorde de guitarra eléctrica o acústica, ello con una personalidad de gigante al igual que Santana, Clapton o Allan Holdsword en "Enigmatic Ocean" de Jean Luc Ponty. Zeta lleva el compás y la cadencia con un bajo tan extraordinario como los de Chris Squire de Yes, Jeff Berlin o Geddy Lee de Rush. El muy circunspecto de Charly Alberti es con su batería impecable e imprescindible también en el sonido Soda convertido en impronta del rock en español.


Canción Animal (1990) excede lo que los columnistas musicales o musicólogos de los medios mientan disco de consolidación artística y comercial. De nuevo, Soda Stereo sigue persistiendo en la osadía de experimentar asertivamente sin roncar ni babearse en los laureles del éxito. El trío magnífico evoluciona en su propuesta de fusión musical muy latinoamericana y personal. Más que espiral es una curvatura deliciosa en pos de una elipse perfecta. El tema que da título y alma al conjunto, al igual que Entre Caníbales, desata una poética erótica más salvaje y desenfadada, no obstante el recurso de las metáforas vivas perfiladas por Paul Ricoeur. La poesía de las letras y la música que recapitula un sonido hard rock, nos remite a la oblicuidad maravillosa de su lenguaje de siempre. Así lo auscultamos en de Música Ligera, versionada por orquestas de merengue y de tropicalismo comercial como "Los Melódicos", Un Millón de Años Luz y Hombre al Agua. La balada endecha Té para Tres resulta una de las mejores piezas alusivas al triángulo amoroso, el desarraigo y la nostalgia de casa, de las que haya tenido memoria. Este bestiario erótico y tanatico marcaría la década de los 90, ello a la par del Grunge y el Dark de agrupaciones monstruo como Nirvana y Cure.

Y el ventilador desgarrándote / Sé que te excita pensar hasta dónde llegaré... Qué decir de otros temas insignia de nuestros corazones y sensibilidades conmovidos hasta la médula, como Luna Roja, Primavera 0 o Ella usó mi cabeza como un revólver? Quién dijo que en el último cuarto de siglo no pasó nada en la música? Al igual que los mencionados grupos Nirvana y Cure, más Clash, Paralamas, El Gran Silencio, Café Tacuba, Molotov, Green Day y Foo Fighters, se desmiente el propósito de tal especie en el desmadre de nuestras republiquetas acogotadas por la Guerra Fría reconvertida en cover macabro. Soda no es una banda parricida ni reformista de la tradición musical, sino la continuidad creativa y renovadora del legado de Pink Floyd, Beatles, Rolling Stones y David Bowie entre otros.

Pese a que es difícil sintetizar lo que mueve la música de Soda Stereo en mi ser, los escucho siempre y en especial esta tarde de Domingo de Ramos en cuarentena por segundo año consecutivo, cuando me siento muy feliz escribiendo sobre mis amigos Gustavo Cerati, in memoriam, Zeta Bosio y Charly Alberti. Tuve la fortuna de conocerlos en persona en Valencia, la de Venezuela y nuestro San Simeon el estilita en la Plaza Mayor, a mediados de los 80, como tres años después del Viernes Negro, en la disco tienda "Giros" nombre que homenajea a otro grande, Fito Páez. Nuestra tienda favorita y, mejor todavía nuestro entrañable punto de encuentro y convivio musical y cinéfilo, quedaba en el Centro Comercial y Profesional Avenida Bolívar, donde mamá Augusta y yo laburabamos para el holding Central Madeirense. Soda Stereo tiene aún el cóctel que envenena mi soledad compartida con la gente que amo. Quién no ha deseado decirle a la amada, en un bajón, Quiero que me trates suavemente / Te comportas de acuerdo / con lo que te dicta cada momento / Y esa inconstancia no es algo heroico / Más bien algo enfermo... en una relación única, contingente, maravillosa y sui generis. Sin embargo, Mañana es mejor paseando por Roma, Caracas, Salamanca o Jerusalén. Hosanna en el Cielo!

domingo, 28 de marzo de 2021

Domingo de Ramos 2021. Jose Carlos De Nobrega

 


En esta Pandemia, es la segunda semana santa consecutiva que celebramos en cuarentena radical. Hoy, 28 de marzo, es Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén y realiza una puesta en escena político-espiritual demoledora y con una encomiable economía de recursos. Esto va a la par del discurso oral, popular y poético de las Parábolas, una manifestación inequívoca de la Poesía del Decir. Se le ocurre llegar a la ciudad epicentro del mundo y la historia de Occidente en Cercano Oriente, montado en una cabalgadura contra cultural, un pollino y una asna. No lo acompañó ningún ejército imperial ni montonera guerrillera alguna. Se declaró Rey de Reyes sin alianza geopolítica de ningún tipo, para quebrantar y confrontar los poderes fácticos de su tiempo. Tan sólo le bastaban sus discípulos y el pueblo oprimido por romanos y sus aliados judíos sátrapas y fariseos. La rebelión pacifista de Cristo tenía la pulpa del pueblo menesteroso. Antecedió e influyó en Gandhi y luego en Martin Luther King. Su voz se hace más profética y endurecida. La acción subversiva en el Amor se materializa en sacar a vergajazo limpio a los mercaderes minoristas de la Fe en el Templo. Es campaña final en una confrontación abierta contra comisarios, dignatarios y estructuras de poder disfuncionales. La parábola de la Higuera conjuga la coordinación díscola e indignada de la Poesía, la Teología y la acción política liberadora. Él se instaló en el Templo para hacer astillas de fariseos, saduceos, herodianos y romanos. Ello en una estrategia bélica y pacífica suicida en apariencia. Era menester la Pasión con su apresamiento, ruleteo judicial, tortura policial y ejecución sumaria en la cruz, para completar e iniciar una revolución religiosa divorciada de lo institucional y enclavada en la asunción de un modo de vida religioso auténtico y centrífugo, de adentro hacia afuera. Lo cual es tan difícil como escribir y encarnar una poética del Decir, esto es el muy profundo entramado de sencillez expresiva y complejidad sintáctica, semántica y simbólica. El Cristo en su desnudez vitalista que nada tiene que ver con la retórica, la alienación de muerte, ni el despropósito ideológico, así como tampoco la vacuidad estética, nos aguarda resurrecto en la Biblia, el arte y la Historia. No es cuestión de romper la abulia gritando Hosanna Hosanna, hacer bulto y luego enculillarse tiritando la tibieza del corazón en una concha. Se trata de cambiar nuestro alrededor en el Amor más Loco y anarquista que nos sacuda por dentro y vivifique entre la certeza y la contradicción más agonistas, tanto en la caricia que alivie la cefalea y el agotamiento del prójimo sufriente, como en el palazo en la sien a la bastardía de "hunos" y "otros" que nos resecan sin descanso.

sábado, 27 de marzo de 2021

El baratillo del libro. Jose Carlos De Nobrega

 


Esta foto me la envió el poeta José Gregorio Medina de mi segundo libro autografiado para él. La cosa es significativa, pues consiguió este ejemplar muy aporreado al que le sacudí la tierra para estampar la portadilla de puño y letra, en un remate callejero de libros. Se me iluminó el rostro, hablé en arameo y calé de puerto como Pentecostés en Morón y casi me postro reverente de rodillas, como cuando el ensayista Miguel Ángel Campos se topó en la casa biblioteca de los Tellez con la primera edición del Golem de Gustav Meyrink, la cual parecía levitar transfigurada en aquel polvoriento anaquel. Que se vendiera mis Textos de la Prisa en la rúa y al descampado de Valencia de San Simeón el estilita, éste es Bolívar encaramado en el monolito, me graduó de escritor popular que se codearía con Miguel Hernández, Antonio Machado, Susan Sontag, Anais Nin, el burrito Platero de Juan Ramón Jiménez o el mismito Gabo. Es como si por un error de no se sabe quién, los libros del ateo Pedro Tellez fueran incunables en la biblioteca del Opus Dei en Guaparo, a la par de los folletos de San Josemaría Escrivá de Balaguer. Sin duda, Pepe Rodriguez Iturbe le obsequiaría un sesudo y santón ensayo sin saber un ápice del cínico de Pedrito.




Por cierto el prólogo de Textos de la prisa, es de Pedro Tellez antes de convertirse en escrutador de almas esquivas y ser uno de los biógrafos más agudos de Francisco de Miranda (sólo que la biografía de Carmen Bohórquez, como viuda del Generalísimo y más obstinada que la de George Orwell, cobró mayor notoriedad que la de nuestro cínico muy simpático).

Respecto a remates de libros, librerías y libreros ya extinguidos, amén de libros destruidos, tenemos las crónicas sabrosas de HECTOR Seijas en un lindo librito de la Espada Rota y las páginas dominicales de su extinta columna en Correo del Orinoco. También el libro "La hoguera de los intelectuales" de Fernando Baez publicado por la UC con la curaduría del pana Rafael Simón Hurtado y la foto de portada del también carnal José Antonio Rosales. Y, por supuesto, "Fichas y Remates" de Pedro Tellez, el evangelio biblofilico que honra para siempre en la memoria a las mesoneras y ficheras que apuraron alcohol con nosotros trago a trago, verso a verso y aforismo por aforismo. Valga también tanta parrafada majadera, contrita y bochinchera nuestra. Ojo, gracias a Pedro Tellez pude sacarle al dueño del desaparecido remate de libros de la avenida Farriar, trece de los quince tomos de la Comedia Humana de Balzac por sólo una orquídea, esto es 500 bolívares antes del Petro y la dolarización de la economía que todavía no puede explicarnos la esdrújula economista de Pascualina Curzio. Para muestra un botón tirado en la alcantarilla maloliente: Al poeta José Gregorio Medina mi libro le costó mil bolos de los viejos, por lo que no necesitó vender un par de blue jeans suyos para leerlo autografiado por este polígrafo de envergadura de la mala calle. 


La Viudez y la Orfandad III. Jose Carlos De Nobrega

 

Mi comadre Mayolis con sus hijos Luis Frenando y Andrea

En la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la teología de la liberación desarrollada en la calle del medio por los profetas y por Cristo mismo, siempre tuvo como punto de honor la defensa de los más vulnerables. En el caso que nos ocupa, las viudas y sus hijos huérfanos de padre. 

Mi comadre Mayolis, muy joven, enviudó de Fernando, su primer esposo, aquejado de una enfermedad terminal. Luis Fernando y Andrea eran muy chamitos. Mi esposa Yudi la asistió, no sólo como madrina de Luis Fernando, el primogénito, sino también en tanto amiga harto solidaria. 

Hoy, Mayolis, acompañada de su segunda pareja Robert, es la luz suave y el viento risueño de mi vecindario. Menudita, emprendedora y hacendosa se mueve sigilosamente, como para que la mano derecha no sepa lo que construye la zurda, dispensándonos bienes sin reparar en la merma de su propio y modesto peculio. Y este testimonio no es de oídas, ni es una ficción mía. Ella ha estado pendiente de mí, tanto de la barriga llena como del corazón contento. Si he ganado kilos y masa muscular, amén de un buen juicio, se lo debo a ella, a quien tengo al ladito. Ha establecido un equipo de mujeres maravillosas con mi cuñada BETTY y mis sobrinas Angélica, Dayana y Jorbe, que me tiene de lo más consentido y asistido. Incluso me tiene al tanto de los milagros y estragos de este mundo desmadrado. Dios trino y liberador me las guarde a todas.

Otra mujer de raza que enviudó pero que también fue recompensada con un gran compañero como Lapi, es Nancy una de las grandes compinches de mi Yudi. Me protegen ambos como un compromiso de vida con mi esposa, esté dónde esté y con quién esté en su Paraíso muy soñado con música de baladas y romances. Son una pareja que aprendí a querer mucho. Pasan por una situación difícil de salud, pero la enfermedad no les resta su extraordinaria bondad para conmigo.

Mi afecto total para estas estupendas mujeres que me recuerdan que Dios y el Amor están en el mismo vecindario. Sólo hay que sacarse la lagaña, desperezarse y dejarlo correr como tsunami de aguas mansas que construyen utopías y mejores patrias posibles.

Corto aquí porque mi comadre Mayolis me trajo almuerzo, pese a que no tiene gas. De paso me advirtió que la Peste andaba cerquita y hay que blindarse con los aperos del caballero medieval de hoy, empero la informática y el galimatías de las redes sociales.

La Viudez es Orfandad II. Jose Carlos De Nobrega



Unas preciosas palabras de Alberto Rodriguez Carucci, viudo escritor y amigo entrañable también, me hicieron recordar a dos viudas que nos enamoraron y conmovieron desde el cine. Ambas, cada cual apartada de la otra por el patriarcado mediterráneo, provienen de ese poema fílmico de Cacoyannis, llamado Zorba el griego. Se trata de la Bubulina y de la joven viuda encarnada por la siempre magnífica Irene Papas. Dos viudas sufrientes e inolvidables como mi mamá Augusta.

La Bubulina es una versión tragicómica de la muy digna prostituta Bola de Sebo del cuento de Maupassant y la Gina de la soberbia canción de Chico Buarque. Es viuda de algún gran capitán de la marina mercante o de la Armada inglesa como el Almirante Nelson. Vive su exilio en Creta y también es huérfana del afecto escurridizo de los hombres. Su último amor fue el tosco y buenazo de Zorba, quien se casaría con ella en boda simbólica y solidaria. El gran griego vagabundo quedaría viudo ante su cadáver solitario, luego de que los crueles, muy pobres e indolentes vecinos saquearan su casa dejándola desnuda de sus oropeles tipo no se cuál imperio. A todos se nos encogió el alma.

En cambio, la joven viuda era apetecida por los depredadores del pueblo, machistas y padrotes sin corazón. Excepto un chico que se había enamorado de ella a rabiar y llorar como crío sin teta que chupar. El poeta inglés en ciernes, amigo aprendiz del brujo Zorba, fue obsequiado en una escena de amor erótico y maternal conmovedora por la tan inaccesible viuda. Por desgracia, el muchacho no correspondido se ahogó en el Mar Egeo, y ello fue pretexto para que las hienas del patriarcado saciaran su feminicida sed de venganza en una escena que nos atribuló de ira justiciera y culpable. Zorba no tuvo la fortuna de Cristo para evitar la lapidación depredadora de tan bella víctima propiciatoria por tan vil jauría. Por lo que el poeta joven e impotente quedó también para viudo. 

Por fortuna, al final de la película que nunca me canso de ver, luego del fracaso peripatético de la empresa maderera, ambos viudos bailaron en la playa y luego se zambulleron desnudos en el Egeo que consolidaría su amistad loca y surrealista para siempre en nuestra memoria. 

Mamá Augusta, por fortuna y amor de Dios, murió en su cama mientras dormía, aguándole la saña a un cáncer muy agresivo que de la matriz brincó despiadada a sus intestinos. Lo cual fue un alivio extraño para sus tres hijos que le sobrevivieron a punta de su Amor obstinado y sobrenatural.

La Viudez es Orfandad. Jose Carlos De Nobrega

 


Ser viudo es una forma extraña y dolorosa de orfandad. Esta hipótesis inaudita quizá sólo se aplique en mi caso. Pues mi viudez respecto a mi esposa Yudi, no es reciente. Es la prolongación de la viudez que viví con mamá Augusta durante treinta años, desde 1972 cuando murieron mi papá y mis abuelos maternos, hasta (?) 2002 cuando con la muerte de mamá quedé huérfano de padre y madre. La condición de viudo y huérfano me viene de parte de mamá, quien la sufrió intensamente ese lejano año. 

Por supuesto, en este orden de ideas majaderas, busco otros casos cercanos en mi entorno y la literatura. Tengo dos buenos amigos, Pedro Tellez, mi hermano político más consentido, y el poeta José Gregorio Medina. Pedro enviudó de Yuda hace unos años. Viví su tristeza de ese momento (los cínicos maravillosos y bonachones como él también entristecen), al punto que me di cuenta que mi amigo viudo, en su dolor, me manifestara lo mucho que me quería como hermano. Me obsequió las llaves del cofre donde guardaba los grabados de Goya y también su tierno corazón. Pedrito también vivió la orfandad cuando primero viajó nuestra mamá Teresa a la Morada de su tocaya santa y poeta quien discutía con Jung sabrá Dios de qué. Más tarde se les uniría Don Pedro Tellez Carrasco un 31 de diciembre como para no perderse el convivio. Afortunadamente, se encontró con una magnífica y preciosa esposa como Ania, con quien tiene la bendición de tres hijos de lo más lindos. El poeta José Gregorio, cachondo, bohemio y de muy buena copa, había perdido la brújula cuando partió su bella valquiria María. Hoy la va llevando poco a poco con sus grandiosos hijos. Sigue pensando y actuando como poeta, además de aguar la fiesta del patrono como heraldo díscolo sindical.

Pienso en la viudez endurecida de Don Miguel de Unamuno y la muy melancólica y saudosa de Antonio Machado. Unamuno, nuestro rector de la universidad cristiana y dubitativa que llevamos dentro, antes de enviudar de Concha, su mujer, quedó huérfano que pierde el mapa de vez en vez con la nebulosa de un llanto seco, estas veces de su España bien amada hecha trizas en 1898, resurrecta con la Segunda República y arrojada a una fosa común el 12 de octubre de 1936. Pese a que vencer no es convencer, divorciado de los estudiantes que le escarnecieron ese día, el polígrafo vasco no las tuvo todas consigo. Su cadáver fue secuestrado por los falangistas, sin que nadie impidiera las exequias más envilecidas de que tengamos memoria. Infamia desde los tiempos viudos y huérfanos de otro hijo notable del País Vasco, nuestro Simón Bolívar huérfano y viudo de papá y mamá, de Maria Teresa y de la Patria, convertido en pelele funerario de la república bipolar que diseñaron en su mezquindad los más abyectos politicastros de por aquí. En cambio, Machado sufrió la pérdida de su muy bella y joven esposa, Leonor Izquierdo Cuevas. Atenuó la viudez con esos conmovedores poemas de amor que un caballo viejo dedicó a Guiomar, como si tomara un segundo aire previo al torbellino que se le venía encima: el morir en el exilio, luto huérfano que su madre gigante no quiso soportar y por ende le siguió en el tren inmediato rumbo a la eternidad.

Me reflejo, identifico y vivo en esta Cueva de Platón con el viudo Pereira, el viejo periodista portugués de la novela de Antonio Tabucchi, quien conversa que te conversa con la foto de su mujer. Por fortuna, en su orfandad afectiva al perder a su hijo políticamente incorrecto, su joven pana Monteiro, a manos de la Pide, le sacó la lengua al dictador Salazar y le dejó al pueblo portugués su otoñal rebeldía, retomada por los muy poéticos militares jovencitos del Capitán Maya en una insólita revolución de linduras y claveles.

Ayer, viernes de concilio de este 2021, corriendo apenas el segundo año de la Peste silenciosa y artera, vino mi cuñada BETTY a desconfigurar mi Cueva de Platón. Su noción del Fenchui, creo que así se llama, tiene la buena intención de ordenar la casa restituyendo tiempos más esplendorosos. La comprendo y la dejo hacer, porque este diálogo de ritmo extraño pero conversa al fin, me contenta y consuela la solitaria viudez y también la orfandad que acarrea.

Me pilló devanándome los sesos, el corazón y las tripas con orfandades reales e imaginarias del afecto, cuando me pidió que escribiera una breve historia sobre mi idilio con Yudi y que le guardara un ejemplar. Menuda empresa recapitular como viudo y huérfano. Quizá lo mejor sería escribir un Diario atemporal y gelatinoso de los mejores tiempos emotivos con Yudi. No le Correré a esta solicitud: Se irá construyendo en esta espera silenciosa de alguien que quiere ser un mejor hombre con las personas que ama entrañablemente. Espero que sí, mi musa y poeta al punto, la que revolotea por allá en paradójica distancia que unas veces se acorta hasta tenerte así de cerquita y otras te aleja hasta no sé qué galaxia que aún este telescopio compulsivo no descubre.


viernes, 26 de marzo de 2021

Che Guevara. Jose Carlos De Nobrega

 


CHE GUEVARA 

A Pedro Téllez, mi hermano del alma 

En este caso, el día del Juicio Final coincidió con la ejecución de este egregio personaje histórico en Bolivia. Por supuesto, no hay evidencia de que el Che rechazara apurar el cáliz del que versificara César Vallejo en relación con la caída de la Segunda República española en 1939. Mal herido y desarreglado, el tutor de la subversión internacionalista desafió al pelotón magnicida con una lacónica frase equivalente al Ecce Homo de Pilatos referido a Jesús de Nazaret. Por supuesto, resulta paradójico que se le acribillase en una escuela rural. Como toda muerte épica y mítica, el asunto tenebroso de espaldas a la legislación occidental universal en el tratamiento de prisioneros políticos, fue motivo de las más variadas y absurdas hipótesis. Por ejemplo, su abandono de la Cuba revolucionaria motivado por desencuentros ideológicos y tácticos con su camarada y amigo Fidel Castro Ruz. Tesis de la que se desprendió el también hipotético ostracismo al que lo sometió Fidel en la selva boliviana o, peor todavía, la especie de la traición consistente en deshacerse de él, apóstata de los nuevos tiempos, para beneplácito de la nomenclatura comunista cubana y el gobierno de los Estados Unidos. Se desprendería un estado de decepción profunda que llevaría a Ernesto Guevara a una campaña guerrillera suicida. El largo bloqueo económico norteamericano a la isla, de más de medio siglo, no confirma ese macabro arreglo revisitado entre comunistas y capitalistas en el juego de los poderes fácticos. Además de alienantes espejismos de la propaganda ideológica, las teorías conspirativas son bastante deprimentes pero eficaces a la hora de banalizar todos los discursos. El Che, plantado con fiera firmeza ante sus captores y verdugos multinacionales, quizás acariciaría en mente atender un leprosario del estado Zulia, Venezuela, por amor al prójimo sufriente, además de retornar al calor de su mujer e hijos luego de cada jornada. Ensoñación en la vigilia y titubeo emocional, que sólo él guardaría en su corazón rebelde y amoroso a plenitud. De lo que nunca se enteró el héroe guerrillero, además de ser convertido en fetiche de consumo masivo [verbi gracia a través de la foto de Korda], fue que en un viaje fantástico, elástico, elíptico y poético en el tiempo, sería pintado por Andrea Mategna y Holbein, artistas y profetas que ya previeron su elevación como mito contracultural. Claro está, la copa rebosaba la espuma y el bullir burbujeante de una Coca-Cola bien fría.

Getsemani. Jose Carlos De Nobrega

 RELATOS DEL DÍA DEL JUICIO FINAL



GETSEMANÍ

A Patricia, hermanita de fe en Cristo

Jesucristo enfrentó su día del Juicio Final no en el rol de juez universal que se explicita en el Apocalipsis según San Juan. No se trata, pues, ni de su segunda venida en Gloria, ni tampoco de la segunda venida en la ficción recreada por Dostoievski en “El Gran Inquisidor”. Fue después de la Última Cena, en Getsemaní, para más señas en el huerto de los olivos. Allí, mientras conversaba con Dios Padre, experimentó intensamente la agonía de la existencia como hombre. El Hijo del Hombre, aterrado y deprimido, buscó rechazar el cáliz amargo del sacrificio por la Humanidad tres veces. Desolado, constató que Pedro y los dos hijos de Zebedeo, Jacobo y Juan, no habían velado con Él en tan agónico instante. De nada sirvieron sus dos regaños, el trío dormía para escurrirle el bulto a la angustia que suponía el cumplimiento de las profecías relativas a la muerte en la cruz y, por supuesto, el giro drástico en el devenir histórico del mundo con la clandestinidad en las catacumbas, las persecuciones, el martirio y la conversión en religión oficial del Imperio Romano dividido y a pique. El evangelista Lucas, médico e historiador aficionado, se refiere a la sintomatología depresiva de Jesús. Pese a que le acompañaba en vela un ángel del cielo para animarlo, Cristo padeció el calvario psicosomático y espiritual en carne viva, previo a la crucifixión. Sudó sangre a borbotones que convirtió la tierra del huerto en seca y estéril superficie de arcilla. Entre el hijo del carpintero que echó a patadas a los mercaderes del templo y este atribulado y resignado reo de muerte, se desarrolló una inmersión melancólica o implosión bipolar propia de la tensión entre la divinidad y la pestilencia de ser hombre. Marcos, coincidiendo con un muy flemático Mateo, tiñe el episodio de cierto afán reporteril amarillista y, si se quiere, morboso. Después que Pedro le cortara la oreja a Malco, uno de los siervos del sumo sacerdote, se hace referencia a un joven que huyó desnudo de la escena. El evangelista no aclara si era un curioso que se acercó a presenciar el arresto de Jesús o si venía con los discípulos. Resulta extraño que este muchacho no venía vestido para tan grave ocasión. Tan sólo lo cubría una simple y áspera sábana. ¿Venía de retozar con una mujer casada? ¿O comerciaba su cuerpo para que un alto funcionario romano se relamiera de vicio imperial? Independientemente de estas u otras hipótesis mucho más descocadas, el mozalbete se desembarazó de la comitiva policial, dejándoles la cobija en las manos revulsivas, para correr desnudo y lampiño en la noche incipiente bajo “la potestad de las tinieblas”. El chico no apuró la copa de hiel que suponía la severidad de la justicia judía para evitarle a su amante casada con otro judío la muerte por lapidación o, en cambio, un juicio sumario con ley de fuga adjunta, administrado con la mano zurda de un burócrata del Imperio de los vicios privados y las virtudes públicas. Este escape providencial y no el de sus discípulos, sería quizá la única cosa que confortaría y aliviaría a Cristo de su cuadro de ansiedad camino al ruleteo judicial entre Caifás y Poncio Pilatos conducente al Gólgota.

jueves, 25 de marzo de 2021

The Police: En nombre del rock y el reggae. Jose Carlos De Nobrega



El covid-19, esta peste de un siglo XXI digital y medieval, nos ha movido a escribir desde la Cueva de Platón, en la plenitud terrorista de la cuarentena. Ahora ando, como muchos adultos contemporáneos con condición de alto riesgo (en mi caso, hipertenso), escribiendo desde la nostalgia o saudade. Como si viviéramos un fin de mundo a inicios de siglo. Además del tema literario y cinéfilo, me ha dado por escribir de música como acto afirmativo generacional.


La música ha sido tema, cadencia y melodía de la escritura. Basta con pocos ejemplos tomados de mi entorno, la República petrolera de Venezuela, estemos aquí o en el exilio comiéndonos un cable. Jesús Puerta ha escrito una primera novela sobre John Lennon, así como cuentos y crónicas marcados por el sonido de los Beatles. En la radio lo acompaña Wilmer Rafael Hernandez, claro está. Los libros de cuentos y las novelas de Orlando Chirinos, suenan a una deliciosa rockola latinoamericana con sus Julio Jaramillo, Agustín Lara y Carlos Gardel. La poeta y cuentista Marichina García Herrero se deleita desde la balada y la trova de Silvio, Pablo y Serrat, impregnando su discurso de ritmo enternecido. El trío inaudito y cómplice que conformamos Pedro Tellez, Luis Alberto Angulo y este salmista compulsivo, apostamos por una propuesta más fussion o mestiza. Pedrito tiene una escritura que colinda con las imposturas de Les Luthiers, la placidez de Bob Marley o los experimentos sónicos de John Cage o Phillip Glass. Luis Alberto no amerita de más argumentación: la Poesía del Decir así lo evidencia, va de la copla llanera recia y el pícaro joropo mirandino, pasillanea por el World Music de Di Meola o Peter Gabriel, hasta pegar oído al rock preferido de su hijo, esto es el modo progresivo de Rush.



Mi discurso en prosa y verso (recién), comprende el jazz, la música clásica, la salsa, el danzon y el rock en toda su intrincada variedad. Hoy, gracias a los caprichos musicales de mi radio acompañante Soda 95.1 FM (debidos quizá a su casting disonante de por ejemplo la sensual Meche Hernandez, el melómano acetato de Daniel Siugza y el extraño e indescifrable comediante César Arriba), me sale escribir de una de mis bandas catedráticas y de catedral: The Police.


El trío integrado por Sting en el bajo y la voz principal, Andy Summers en la guitarra y Steward Copeland en la batería, excede el canon New Wave, la etiqueta resurrecta del rock inmediatamente posterior al Disco Music y el merengue comercial que nos atacaron en los años ochenta. Qué cosas vincularían a estos tipos tan disímiles? Sting era un profesor de bachillerato que formaba parte de una banda de jazz, Newcastle Big Band. Andy era un músico profesional al que le había ido muy bien. Y el gringo Steward era hijo de Miles, un funcionario de la CIA, quien llevó a la familia por un periplo que comprendió lugares disímiles como Beirut y Londres. Evidentemente Dios los cría en la distancia y la música los junta y les provee su cable a tierra.

Además de discos como los de Miles Davis, Sade, John Coltrane, Tito Rodriguez, Génesis, Yes, Yendo de la cama al living de Charly García, Siembra de Willie Colón y Ruben Blades y The Wall de Pink Floyd, la discografía de The Police me tocó tempranito y muy profundamente. Formaron parte de mi educación intelectual y de sensibilidad estética y emocional. No me importa que me tachen de adolescente eterno. Outlandos D'Amour (1978), Reggatta de Blanc (1979), Zenyatta Mondatta (1980), Ghost in the Machine (1981) y Synchronicity (1983), son obras magistrales de una diversidad de registros y fusiones musicales muy encomiables. Comprenden el rock, el punk bien interpretado, el reggae, el ska y la propuesta conceptual de los dos últimos LP en estudio.



Outlandos D'Amour es un trabajo discográfico de una nueva banda de músicos ya maduros que venían de tocar en pubs y grutas nocturnas. El sonido rock aliado con el punk es soberbio y técnicamente impecable en su dureza y aspereza, al punto de emparejarlos con otra agrupación legendaria The Clash. El single Roxanne, dedicado a una prostituta de la que la voz lírica se enamora proletaria y perdidamente, desquició al mundo de aquel entonces. Otros hits nos golpearían y pondrían a bailar la rebeldía en el marco de la decepción ideológica y estética: So lonely, Next to you, Born in the 50's (si bien nacido a mediados de los 60, me identificaba y me la pasaba aprendiendo cosas de dicha generación), y Be my girl Sally (sin ser muy rockero, Pedro Tellez se conseguiría una muy bonita).

Reggatta de Blanc constituye el punto de inflexión del trío. El sonido es más sutil y cargado de una cadencia reggae personal y deliciosa. La voz de Sting se diversifica tanto como su concepción mestiza e integral de la música. Andy nos obsequia una guitarra de una sobrenatural calidad rítmica, bien provista de riff, florituras y punteos de multiplicidad atmosférica y fusión musical. Qué decir del baterista Copeland, tan completo como el recién fallecido Neil Peart de Rush, inobjetable en la técnica y la esencia poética festiva. Quién no fue tocado por Message in a bottle, Walking on the moon, Bring in the night y el despecho de The bed's too big without you. No los movió el tema instrumental homónimo del álbum a tocar la guitarra o golpear la batería en la imaginación?

Zenyatta Mondatta constituyó la consagración artística y comercial de la banda. Es la coleta del cometa que significó el disco anterior. Las giras abarcarían todos los continentes al punto de enriquecer desde lo musical y lo humanístico a sus tres miembros. Don't stand close to me (reminiscencia desde la fama de los tiempos en que Sting era profesor de inquietas y provocadoras lolitas), el panel bailable y cachondo de Do Do Do Do De Da Da Da y la sátira fiestera de When the world is running down estremecerían nuestro Poliedro de Caracas en un concierto histórico, al que por cierto no pude ir con mis primos Ferreira García y el Club Dubi Dubi porque la protectora de mamá Augusta no me lo permitió. 

Los dos últimos LP representaron otra inflexión tendiente a una propuesta más conceptual. Además de la inclusión de la sección de metales en las que destacaba el saxo, amén de la experimentación musical a costa del éxito comercial, Ghost in the Machine, la propuesta más densa de crítica política y social que toca el plano existencial, no nos disgustó para nada. Siempre escuchamos de buena gana Spirits in the material world, Invisible sun, Demolition man y la amorosa Every little thing she does is magic. El álbum colofón mixtura la experimentación con el sonido clásico de la banda. Tenemos la preocupación por el mundo y la coyuntura histórica postindustrial y neocolonialista con su Guerra de las Malvinas y el deterioro ambiental, vertida en los temas Synchronity I y II. Every breath you take es un tema celopata intenso y pesimista que, incluso, Andy Gibb fracasa en endulzar hasta lo insoportable en su muy lamentable y adorable cover. A tal desafuero, Sting se meó de la risa a bolsillos llenos por los royalties. Otros imprescindibles son King a Pain, Wrapped around your finger y Tea in the Sahara.

El influjo de The Police tocó de lleno a una estupenda banda como Soda Estéreo e incluso una muy comercial y políticamente correcta como Maná. Cuando gané mi primer concurso literario (el de ensayo sobre Antonio José de Sucre), con la pequeña ayuda de una estampita milagrosa del prócer que me regaló Pedro Tellez, me fui con mi esposa Yudi a gastarme el metálico en un CD doble del grupo new wave de mis amores en vivo en Boston y Atlanta. Para infortunio de mi gordita, qepd desde 2020, la plata no alcanzó para que ella se regalara lo último de Ricardo Montaner. Suerte de rockero en la Plaza descocada de la Pequeña Venecia.

Luis Buñuel el ateo catolico. Jose Carlos De Nobrega

A Maruvi Leonett Villaquiran

Desde hace mucho tiempo, al igual que el actor Fernando Rey, quise ser Luis Buñuel. En el caso de Rey, él lo logró en varios filmes como "Viridiana", "Tristana" y "Ese oscuro objeto del deseo" (La mujer y el pelele). En esas películas se diluye el hombre contradictorio y grandioso que Buñuel fue. En mi caso, la cosa va más allá de gustarme el oficio de director de cine: Además de saberse contradecir, hacerlo con una personalidad desfachatada, unas veces airada y otras satírica. 

El biógrafo inglés Raymond Durgnat, se refiere a él como un moralista notable del siglo XX. Coincidimos con él, con Carlos Barbachano y con Carlos Fuentes. Fuentes, precisamente, machaca su condición paradójicamente religiosa. Igual ocurre con su buen amigo Federico García Lorca, de quien Don Luis decía que sin ser creyente tenía un tenor religioso sin par en su poesía.

Creemos que de entrada, Buñuel era un ateo católico, no sólo por la declaración "Gracias a Dios que soy ateo", sino que tal religiosidad sui generis se encuentra a lo largo de toda su filmografía. En un pasaje de uno de sus filmes franceses, un cura desconcierta a un policía afirmando que protestantes, judíos y musulmanes son católicos de pura cepa. El catolicismo de Buñuel, muy velado y pleno de traviesas trampas cazabobos, posee un cariz bastante anarquista y díscolo, que pudiera emparentarlo con autores como Graham Greene, Giovanni Papini y el "pedorro" (como él mismo le apodaba) de Don Miguel de Unamuno.



El catolicismo de Buñuel es apóstata y no tan militante como el de Quevedo, del que desarrolla un sentido áspero y negro del humor. El Luis muy joven abjuró de Dios en Calanda, con su asombroso tronar de tambores, un día muy borrascoso. Su ateísmo es una manera de importunar al padre, pelearse con Él, dejarle de hablar por largos períodos. La universalidad de su obra cinematográfica tan diversa, desigual, contingente e incunable, estriba en su personalidad muy española no exenta de la religiosidad medieval que aliña este gentilicio.

El surrealismo como movimiento, se inició como construcción teórica y discursiva en Francia, pero se hizo carne en la obra variopinta de Salvador Dalí y el mismísimo Luis Buñuel. El bagaje cultural católico español fluyó en ambos, tanto en la asexualidad juvenil de Dalí, como en la concepción dinámica del pecado y el amor impregnada por Buñuel desde "El Perro andaluz" hasta "Ese oscuro objeto del deseo". El Amor Loco no sería una bella especulación filosófica y estética, sino pulsión de vida dirigida a escandalizar a la sociedad de su tiempo. E incluso al lado conservador muy internalizado en su psique. Dalí avalaría las realizaciones reaccionarias del franquismo (ávida dollars), mientras que Buñuel se burlaría de tan sangrienta satrapía algunas veces de manera virulenta y otras con sutil inteligencia (vg. Viridiana, la bomba que le estalló a Franco en sus narices respingadas).

Don Luis fue marcado no sólo por la imaginería católica, popular e institucional, sino por el proceso alienante que indujo el catolicismo como poder en los temas de la culpabilidad y la represión sexual. Incluso en el área de la política. Le causaba repulsión el beso en pantalla, pero si le fuera dado inventar algo, lo patentaría sin duda. Para él, el Sexo sin pecado ni culpabilidad sería para nada placentero. Siendo republicano hasta el tuétano, le escandalizó que en un pueblo tomado por su bando libertario, se decretara el amor libre. Por fortuna, las mujeres españolas abofetearon a los machos que se abocaron a cumplir tan disparatado decreto.

Pese a tratar el tema de las perversiones sexuales en películas como "El fantasma de la libertad" y "Bella de día", declaró tajantemente que su práctica sexual no llegaba a esos extremos. Cuando hacía el amor a puerta cerrada con Jeanne su esposa, colgaba del pomo de la cerradura una chaqueta para disuadir cualquier intento de voyerismo a terceros. Una deliciosa mixtura de pudor y apostasía, que más que desconcertarnos, nos simpatiza muchísimo.

Cercano a los sesenta y pico o setenta años, se complacía en la atenuación de la libido, pues lo hacía menos esclavo de la otra y de su propio cuerpo. Prefería que su tan cuestionado Dios le concediese más salud para beber dry martinis y fumar cigarrillos y puros. 

He escrito unas cuantas cosas de mi amigo y admirado artista de Calanda. 

https://www.ciudadvalencia.com.ve/luis-bunuel-un-cineasta-de-los-nuestros-1/

https://www.ciudadvalencia.com.ve/luis-bunuel-un-cineasta-de-los-nuestros-2/

https://www.ciudadvalencia.com.ve/biografias-paralelas-3-bunuel-saura/

Creo que mi anarcoteísmo es complementario de su ateísmo católico. Ambos, cada quien a su manera, vivimos y padecimos los rigores y maravillas de nuestra cultura mediterránea y medieval. También tuvimos unas madres de maravilla que enviudaron muy jóvenes, las cuales nos amaron mucho en nuestra condición de varones primogénitos: María Portoles, muy flexible, y Augusta, mi amada monja-sargento. 

No hay caso, quiero seguir siendo Luis Buñuel, sin dejar de ser yo. Reencontremonos con su cine y su personalidad fascinante.

Post Scriptum: Disculpen mi egotismo escritor. Además de las biografías de Durgnat y Carlos Barbachano (publicada por Salvat en su Biblioteca de Grandes Biografías), amén del ensayo de Carlos Fuentes, en Valencia, la de Venezuela, se publicó en la extinta revista Predios un artículo estupendo de nuestra Marisol Pradas. Asimismo en Zona Tórrida, número 33, gracias a Laura Antillano, tenemos a disposición "Buñuel, el americano", un texto magnífico de más de 20 páginas del escritor cubano Jorge Yglesias.  

Por supuesto, no se pelen las películas de Buñuel, de fácil acceso en internet, y el documental "A propósito de Buñuel" de José Luis Lopez-Linares y Javier Rioyo. 

miércoles, 24 de marzo de 2021

Pastiche criollo a lo Marcos Ana. Jose Carlos De Nobrega

El poeta Marcos Ana de verde mar con una familia venezolana de hijos, nietos y bisnietos del exilio republicano

Pastiche criollo a lo Marcos Ana

(considerando el resumen curricular de una gran poeta madre)

En esta muy oscura cueva solar,

Un poeta reo y árbol viejo y duro,

Lee atento el resumen curricular

De una hermosa poeta en sumo apuro.


Se conduele de su tristeza y también

De su felicidad, sin que la barca,

La de su Venus, encalle en la sien

Que borbota el dolor que la embarga.


Insumisas las manos muy escritoras,

El preso se asoma desde la reja

Que da al haz de luces cautivadoras


Allá afuera. La tarde tan bermeja

Los encuentra a ambos trizando las horas:

Ella le besa y libres se enmadejan.



martes, 23 de marzo de 2021

Marcos Ana: Decir libertario desde la cana. Jose Carlos De Nobrega

 

Marcos Ana entre dos Marichinas, ambas hijas del exilio republicano

La poeta Marichina García Herrero nos presentó recién a Marcos Ana, una de las voces poéticas contemporáneas más sólidas de España. Este poeta de nombre Fernando Macarro Castillo (Ventosa del Río Almar, Salamanca, 20/1/1920-Madrid, 24-11-2016), fue un muy incómodo prisionero de la dictadura franquista desde 1939 a 1961. Un comunista verdadero que en su obstinación libertaria desafiaría a la tiranía del chaparro tirano sin descanso, desde la militancia dentro y fuera de prisión, amén de la calidad profética y humanística de su obra en verso y prosa.

Si la poesía de Miguel Hernandez, hombre de campo y autodidacta de formación al igual que Marcos Ana, se puede considerar el diario lírico de la Guerra Civil española, nuestro poeta salmantino, republicano y ateo construyó a partir de su largo confinamiento político una crónica despiadada de la dictadura de Franco, feudal, inmovilista y represiva en extremo. 

Después de leer dos libros en pdf que compilan su obra poética (Cuadernos de Poesía número 9, Biblioteca Virtual Omegalfa, y "Te llamo desde un muro", el perro y la rana, 2008), se nos vienen asociaciones que exceden el género de la literatura en prisión. Tenemos el mural narrativo "Memorias de un venezolano de la decadencia" de José Rafael Pocaterra, la poesía vitalista y erótica en cautiverio de Alfredo Arvelo Larriva, o la transparencia sin igual de su hermana Enriqueta cuando le cantó una elegía solidaria y dolorosa a su prisionero político entrañable.

No en balde su ateísmo y militancia comunista, Marcos Ana posee el tenor endurecido y encarador de los profetas bíblicos, pues son los legisladores o, mejor aún, los aguafiestas del despropósito de su respectivo tiempo histórico. Por tal razón, sufrieron persecución y encarcelamiento de reyes viles y sacerdotes envilecidos. Notamos también en su discurso poético la inmediatez metafórica de las Parábolas del Cristo liberador y no institucionalizado, vinculada al habla popular exenta de poses retóricas. 

La poesía de Marcos Ana, luego de combatir muy adolescente la insurrección franquista a palo, piedra y uñas, no se incubó en la Universidad de Salamanca con los señoritos que rechiflaron la indignación áspera y antifalangista de Unamuno el 12 de octubre de 1936. Se crió en la sombría prisión que se convertiría en una muy brillante aula magna de la libertad. Allí, el poeta asechado por funcionarios penitenciarios buitres, desarrolló una propuesta del Decir que empalma la tradición y la vanguardia estética y política. Con una economía de recursos atinente a la lobreguez paisajística y arquitectónica del presidio, edificó del cieno y la sangre un monumento admirable de la lengua castellana. El poema "La Vida?" es una de sus muestras indiscutibles: Le pregunta a su prójimo que se pasea por la calle sin reparar las maravillas del mundo, cómo es un árbol o cómo es un beso de mujer, experiencias que le niega el orden que lo reprime pero que no logra apocarlo. 

Marcos Ana, poeta comprometido de una calidad asombrosa, privado por el señor feudal y luego por el milico de su infancia, adolescencia y juventud en plenitud lúdica, se nos parece a Emily Dickinson y Enriqueta Arvelo Larriva, pues sin abrevar en la realización física del amor erótico, tenía una sabiduría y captación del amor en una situación extrema de carencia material y afectiva. 

Con muy pocos elementos, nos obsequió una poesía empoderada, poderosa y accesible al Otro: Árbol, mar, patio, losas. Por el amor de Cristo, qué poeta tan poderoso y a la vez tan amoroso en medio de la cana. Poeta del decir que nos maravilla en su transparencia que se abre paso entre un averno jesuita que fue impostado por la Falange. He aquí un verso que nos lo define en un cariz digno de Job y los profetas bíblicos: mi lengua es una herida que flamea.

La ideología, en tanto falsa conciencia, no afecta las aristas políticas ni estéticas de su discurso poético. Su compromiso político está admirablemente dicho y se asimila a un humanismo de raza. Por eso las consignas no son lugares comunes ni pataleos retóricos. Hay una vinculación innegable con la vida que se contrapone a la intolerancia, el sectarismo, el resentimiento y la banalidad insoportable del mal. 


 El poeta Marcos Ana, muy conmovido, conversa y departe con los bisnietos de sus compañeros de lucha pro republicana


lunes, 22 de marzo de 2021

Unamuno, mi colega por partida triple. Jose Carlos De Nobrega


Ayer vi este foro del 2018, en el que se debatió lo ocurrido el 12 de octubre de 1936, cuando Don Miguel de Unamuno hizo la última de las suyas en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, su casa más amada. Esto es enfrentar en unos contundentes tres minutos al clan fascista de Millán Astray, el milico, y a los muy inciviles de Rodrigo Maldonado, José María Peman y Jiménez Caballero. No importa que los fachas de hoy, negacionistas de siempre, pretendan todavía secuestrar el cadáver de Don Miguel para defender lo indefendible, mantener el nombre de una calle en honor del mutilado en cuerpo y alma de Millán Astray.


El foro tan ilustrativo, auspiciado en Madrid por el Instituto Cervantes, contó con un excelente panel: el escritor Andrés Trapiello, el cineasta Manuel Menchon, el historiador Octavio Ruiz-Manjon y el matrimonio francés e hispanista de Colette y Jean-Claude Rabate. Los franceses, cosa rara hoy, me simpatizaron mucho pues son unos muy buenos amigos de Unamuno.

Trapiello le dedicó páginas sentidas y brillantes al incidente histórico en su novela "Las armas y las letras". Menchon su estupendo film de ficción " La isla del viento" con la maravillosa actuación de José Luis Gómez, que también trata el exilio de Unamuno en Fuenteventura. Se exhibió el muy intenso pasaje del 12 de octubre de 1936 en el Paraninfo, el cual me arrancó lágrimas y un estado de gracia colindante con la saudade, porque en 2015 tuve el privilegio de dar en mi querida Universidad de Salamanca un curso de literatura venezolana. Más que clases magistrales, hablé de mis entrañables amigos escritores y paisanos, vivos y muertos que amo sin medida. Y que conste que me quedé corto esas tres mágicas semanas de mi vida. Cómo extraño a Carmen Ruiz Barrionuevo, la poeta María Ángeles Perez Lopez y María Elisa Nuñez, docentes y escritoras que amo asimismo con locura.

Más que comentar este conversatorio por demás revelador, quisiera tomar la palabra de estos amigos dilectos de nuestro polígrafo, para darles mi percepción de mi colega por partida triple: escritor, escéptico católico de a de veras que no rehuyó la duda, y muy viudo al final de sus días.

Don Miguel vivió su Pasión de Cristo con su Getsemani, su ruleteo político judicial y su Golgota. Si bien apoyó en primer momento al franquismo sedicioso de julio de 1936, mi viejo amigo se rehizo arriesgando el pellejo ese mal llamado día de la raza de ese año. Unamuno siempre abominó el desdichado nombre de esa efeméride, pues quería a escritores modernistas latinoamericanos como Ruben Dario y Manuel Diaz Rodriguez con los que se carteaba. El coqueteo de Unamuno con los fachas fue quizás una reacción a sus desencuentros con Manuel Azaña y los excesos de algunos políticos republicanos. No podía ser falangista un pacifista que sufrió la persecución política de Primo de Rivera y la censura a su pensamiento de parte del muy reaccionario episcopado español. Considerarlo el Erasmo de su época, luego del incidente, era un honor y no un estigma. 

Heredó de Fray Luis de León la poesía, la profecía y la exegesis en libertad, cosa que a ambos no se lo perdonaría el vil poder fáctico universal. A Fray Luis le correspondió la cana por la infame Inquisición, como decíamos ayer. A Unamuno el ostracismo, primero en París y luego en su propia tierra. De Don Miguel me gusta el torbellino de contradicciones políticas y religiosas que me lo convirtió en otro gigante como los del siglo de oro. No son gratuitos sus ensayos y poemas sobre Cristo y el Quijote. Si sumamos a otro hijo de vascos, Simón Bolívar, se completaría un cuarteto majadero que hoy nos maravilla y le daría dentera y urticaria a "los hunos y los hotros" como él mismo lo escribió.

Además los cuatro fueron convertidos en peleles funerarios por los politicastros de siempre. Cristo por el fariseísmo católico y protestante, el Quijote por academicistas indolentes, Bolívar por el poder envilecido a lo largo de nuestra historia republicana, y Don Miguel por los falangistas que cargaron su urna para cerciorarse que él no les volviera a aguar la degollina en la guerra civil y luego en la insoportable dictadura de Francisco Franco.

Estoy de acuerdo con el hecho de que Unamuno es un Prometeo de los siglos XX y XXI, al que un despiadado buitre de vez en cuando le picotea el hígado, sólo que el órgano se le regenera noche tras noche para beneplácito nuestro. Al final del foro, cuándo no, un facha falló en sabotearlo para  vindicar la podredumbre de Millán Astray y su calle ciega. Su cadáver, al igual que el de Martín Tinajero, no en balde su musicalidad áspera en la poesía y el pensamiento, o el ahogado de García Marquez, desprende un olor enternecido y muy dulzón de rosas.


Epa, Pedro Tellez, recuerdas que me regalaste este primer volumen de ensayos de Unamuno publicado por Aguilar?

viernes, 19 de marzo de 2021

Pentateuco sonetario del cinismo. Jose Carlos De Nobrega

 


Soneto al Silencio de Dios

Mi cuerpo y mi alma son la jaula abyecta

Que incuba ciudadanía poética inútil,

Desmentida por la infamia que eyecta

La peste de ser hombre harto fútil.


Son muy absurdos los devocionarios

Esperanzados e ilusos de preces

Con que recreo a los viles mercenarios

Que someten a los míos a estrecheces.


Dios no calla la desdicha del mundo,

Su insoportable silencio es de nuestro

Peculio egocéntrico e inmundo:


Me hallo a merced del bufón maestro

Que me obstino en ser, tremebundo

Profeta que cambimbea Dios a cabestro.


Soneto de la Cueva de Platón

A un año de viuda prisión pandémica,

No logro aún saber por qué Platón

Coarta derecho de admisión endémica

A poetas en su idealista Nación.


Se le olvidó la poesía del Banquete

Plena de Amor hipérbole y entusiasta?

Pues Platón levitó y en un periquete

Bajó estadista de tan cauta casta.


Supongamos que quedando a mano

Con filósofos, poetas y sofistas

Escribiera una Enmienda en vano


A la Constitución para arribistas:

Sólo se admite al poeta cortesano,

A los puros no, pues son solipsistas.


Soneto de Euridice secuestrando a Orfeo

Resulta, pasa, ocurre y acontece

Que el mito poético es puro embuste:

Euridice salvó a Orfeo, eso parece,

Y no al revés, así no nos guste.


Pues el Hades tiene más propósito

Que contrariar al mundo con poesía

Y guitarra de fadista expósito,

Caníbal de revulsiva alevosía.


Orfeo y su calaña no consienten

Las tropelías del avieso casero,

El padrote y el tirano que pervierten


A las Tres Gracias que con sumo esmero

Tocan el soneto que ellas no quieren

Ni oír en la realidad del desespero.


Soneto al Perro de Goya

Me haría copiar El Perro de Goya

Como quien se embucha de maná

En el desierto, para ornar tramoya

Que sostiene mi cueva en el más acá.


La gigantografía de esta pintura

Negra, desoladora y asocial

Tapizaría mi casa en su albura

Delatora de mi insulsez proverbial.


No es un pobre perro bien raquítico

Hundido en el lodazal hasta el cuello,

Vaguada sepia en tenor estíptico.


Espejo que ultrapasa sin resuello

Ni pausa mi islote paralítico 

Que no es Arcadia sino náufrago Ello.


Ejercicio Espiritual

Memorial del salmista expiatorio

Paladeo la densa tribulación de Hiel

En plañideras, el bullir gusano

Que pudre la carne de alma y Piel,

Amén de la culpa como bien malsano


Con que el prójimo y yo nos azotamos

Sin clemencia y un dejo de masoquismo.

Ea pues señora, si a eso nos vamos,

Que dulce me golpeas en narcisismo


Del rabino y sumisión del cordero.

Sacrificio inútil, disfuncional,

No se vale, pues a Dios no es llevadero.


Muero porque no muero: el animal

Te limpia, al darle palo cochinero,

Para nada. Nos chupa el mismito Mal.