domingo, 28 de marzo de 2021

Domingo de Ramos 2021. Jose Carlos De Nobrega

 


En esta Pandemia, es la segunda semana santa consecutiva que celebramos en cuarentena radical. Hoy, 28 de marzo, es Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén y realiza una puesta en escena político-espiritual demoledora y con una encomiable economía de recursos. Esto va a la par del discurso oral, popular y poético de las Parábolas, una manifestación inequívoca de la Poesía del Decir. Se le ocurre llegar a la ciudad epicentro del mundo y la historia de Occidente en Cercano Oriente, montado en una cabalgadura contra cultural, un pollino y una asna. No lo acompañó ningún ejército imperial ni montonera guerrillera alguna. Se declaró Rey de Reyes sin alianza geopolítica de ningún tipo, para quebrantar y confrontar los poderes fácticos de su tiempo. Tan sólo le bastaban sus discípulos y el pueblo oprimido por romanos y sus aliados judíos sátrapas y fariseos. La rebelión pacifista de Cristo tenía la pulpa del pueblo menesteroso. Antecedió e influyó en Gandhi y luego en Martin Luther King. Su voz se hace más profética y endurecida. La acción subversiva en el Amor se materializa en sacar a vergajazo limpio a los mercaderes minoristas de la Fe en el Templo. Es campaña final en una confrontación abierta contra comisarios, dignatarios y estructuras de poder disfuncionales. La parábola de la Higuera conjuga la coordinación díscola e indignada de la Poesía, la Teología y la acción política liberadora. Él se instaló en el Templo para hacer astillas de fariseos, saduceos, herodianos y romanos. Ello en una estrategia bélica y pacífica suicida en apariencia. Era menester la Pasión con su apresamiento, ruleteo judicial, tortura policial y ejecución sumaria en la cruz, para completar e iniciar una revolución religiosa divorciada de lo institucional y enclavada en la asunción de un modo de vida religioso auténtico y centrífugo, de adentro hacia afuera. Lo cual es tan difícil como escribir y encarnar una poética del Decir, esto es el muy profundo entramado de sencillez expresiva y complejidad sintáctica, semántica y simbólica. El Cristo en su desnudez vitalista que nada tiene que ver con la retórica, la alienación de muerte, ni el despropósito ideológico, así como tampoco la vacuidad estética, nos aguarda resurrecto en la Biblia, el arte y la Historia. No es cuestión de romper la abulia gritando Hosanna Hosanna, hacer bulto y luego enculillarse tiritando la tibieza del corazón en una concha. Se trata de cambiar nuestro alrededor en el Amor más Loco y anarquista que nos sacuda por dentro y vivifique entre la certeza y la contradicción más agonistas, tanto en la caricia que alivie la cefalea y el agotamiento del prójimo sufriente, como en el palazo en la sien a la bastardía de "hunos" y "otros" que nos resecan sin descanso.

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