lunes, 29 de marzo de 2021

Via crucis pandemico II. Jose Carlos De Nobrega

 


II

Cristo carga con la cruz

Azotado, escupido y escarnecido, después de la segunda puesta en escena consistente en la lotería del indulto populista manipulado por Roma y Jerusalén la caricatura, la cual fue ganada por el guerrillero zelote Barrabas, Jesús carga con el madero y los pecados de los pésimos mayordomos del mundo que son los hombres. Nadie comprendía en su tiempo, ni en el nuestro de beatería e hipocresía espiritual on line, el cataclismo institucional que Cristo trajo consigo. No es simplemente el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, sino el martirologio universal que a través de un Amor todopoderoso e inédito, le daba otra oportunidad más a muestra muy patética humanidad. El cambio para empoderarse del mundo, tiene que ser centrífuga revolucionaria y no centrípeta alienante. Si no, la muerte oprobiosa del Cristo y la constelación de mártires que le siguió en afán profético y liberador no tendría sentido. Antonio Machado, el gran poeta andaluz que ennobleció los campos de Castilla en saudoso y amoroso canto, fue mártir abatido de tristeza en el destierro. Como nadie, auscultando la cultura única en esplendor y decadencia de su pueblo fue una saeta que sería el octavo puñal en el corazón doloroso de la Virgen. Su madre acusó la puñalada envilecida de su exilio y muerte, y siguió a su crío avejentado, enfermo y viudo que quedó a la espera de su Giomar en el Altar de un sacrificio que nunca quiso. El Evangelio de San Antonio el poeta sigue dispensandonos el Amor paradójico de Dios en su obra en verso y el testimonio apócrifo de Juan de Mairena en prosa ejemplar. Sin embargo, Machado en el poema de la Saeta desveló el misterio del sacrificio en la cruz: Apostar por el Cristo resucitado que vuelve a caminar sobre el Mar Mediterráneo liberado y no por el que se desangró en la cruz, derrotado por sus apóstatas obispos y Papas relamidos de vicio que hacen más pesada la cruz que los oprimidos no deberían cargar. Ya Cristo el libertador lo había hecho por todos nosotros.

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