jueves, 29 de abril de 2021

De estupro y depredadores literarios. Jose Carlos De Nobrega


Ha traído cola la problemática del abuso y acoso sexual de mujeres menores de edad y adultas en el medio artístico. En este caso, el teatro y la literatura en Venezuela. El poeta Willy Mckey, fundador de la célebre revista poética "El Salmón" a fines de los 90, confesó por instagram que había cometido estupro. Además de las reacciones destempladas de amigos y detractores, tenemos entendido que fue echado del portal Prodavinci. Por supuesto, el poeta acusado fue movido a confesión y removido del laburo por la denuncia de una muy joven dama en su contra. No sabemos si para librarse de la justicia, dada la gravedad de la acusación en las redes sociales.

En Valencia, una joven poeta reportó por la misma vía que en el marco de un evento cultural, fue acosada sexualmente por dos poetas varones que formaban parte de la redacción de una muy conocida revista literaria auspiciada por la Universidad de Carabobo. Agregó que se quejó ante el también joven director de la publicación, sin que ni siquiera se investigara tan lamentable caso. Muchos años antes, un director de teatro pagó condena en la Cárcel de Tocuyito por abusar sexualmente de varias menores de edad.

Pareciera confundirse la realidad con la ficción y la imaginación literaria. O que los libros de materia e intensidad eróticas, pornográficos o no, den pie para tales fechorías. "Lolita" de Vladimir Nabokov es una novela y no una apología al delito de estupro. Por lo que el poeta convicto y confeso no puede aducir que fue empujado ni escrito de antemano por el novelista ruso cual Humbert Humbert. 

Los libros del Marqués de Sade, quien sí se confesó cínicamente como hombre libertino, amén de desenmascarar la hipocresía de aristócratas y miembros del clero tan envilecidos como él, tampoco puede ser pretexto para cometer abusos sexuales a la fuerza como el Monstruo de los Palos Grandes o los sacerdotes pederastas de Roma y Boston que obligaron al Papa Benedicto XVI a renunciar. 

En la película "La Soga" de Alfred Hitchcook, filmada en un plano secuencia memorable, dos muchachos pequeño burgueses asesinan a un amigo, lo guardan en un baúl de la sala y dan una fiesta. Todo por estar más allá del bien y del mal. El profesor, encarnado por el gran James Stewart, ata cabos y descubre el delito. De la filosofía vitalista, inspirada en Nietzsche, pasó a una clase de ética cristiana que persuadió del engaño y reprendió a sus ex alumnos y no buenos discípulos.

Ni la literatura ni los cuatro evangelios justifican la lapidación física, ni intelectual, ni simbólica de nuestras hermanas mujeres por la sobrevivencia de un imperio patriarcal tan nocivo como el capitalismo salvaje y el extremismo estalinista. Puedo leer con amplitud católica y anarquista la obra de Nabokov, Sade, Henry Miller o La Historia del Ojo de George Bataille, sin que me muevan con iniquidad a herir mi prójimo. Detesto a los depredadores sexuales que destruyen esa creación inigualable de Dios que es la mujer. Cristo en esto fue un feminista extremo, pues sólo el ver a la compañera de tu prójimo con mirada lasciva, implica ser adúltero con tu propio corazón.

Nos acabamos de enterar ahorita que el poeta Mckey se suicidó en Buenos Aires este jueves 29 de abril de 2021. Tenía 40 años de edad. Execrado como un apestado del siglo XXI, despojado de laureles literarios y deprimido, se lanzó al vacío desde el noveno piso. No quería quizá pagar cárcel como Raskolnikov quien sí se purificaría de su crimen en la prisión de Siberia. Habrá quienes digan que se hizo justicia poética. No lo creo así. Veo algo mucho más aterrador: El orden patriarcal, machista y misógino se lava las manos como un Ogro cínico y abyecto. Ni las víctimas del poeta ni su agresor serán acreedores de la justicia auténtica. En las redes y los medios nos pondrán a hablar ramplonerías que luego serán periódico de ayer, mientras más niñas, adolescentes y mujeres son acosadas, abusadas, violadas e incluso asesinadas luego, todo ello en tiempo real. Este mundo sigue siendo horrendo y es urgente transformarlo ya, aquí y ahora.

He aquí quizá el ultimo tweet del poeta Willy Mckey. Parece un haiku que anuncia un harakiri para nada dignificador. 

https://twitter.com/WillyMcKey/status/1387853338943889418?s=20

miércoles, 28 de abril de 2021

Cronica comprensiva de Carabobo 1. Jose Carlos De Nobrega


Boyacá

Desde muy chico, cuando estudiaba cuarto grado, y hasta el bachillerato, me impresionó mucho la Batalla de Boyacá. Pero más que el triunfo patriota en ese puente, lo que más me emocionaba era todo el proceso. Me refiero, por supuesto, al Paso de los Andes de Simón Bolívar al mando de un ejército llanero. Esto es del 27 de mayo al 7 de agosto de 1819. Era la calistenia o el calentamiento en un frío extremo para la Batalla por venir, la segunda de Carabobo del 24 de junio de 1821.

Desilusionado por la descoordinación de las fuerzas patriotas en Venezuela, Simón Bolívar decide tomar a Nueva Granada. Además de las condiciones poco propicias para atacar en ese momento a Morillo en el centro de nuestro país, de tener éxito su plan se proveería de diversos recursos materiales y humanos para proseguir la independencia venezolana en mejores circunstancias. 

Bajo la lluvia terca, copiosa y endurecida, desde el pueblo de Sesenta hasta la selva de San Camilo, El Libertador se hizo acompañar de 2500 hombres para ascender los 4000 metros de altura del páramo de Pisba. Era el mejor pero más osado escenario para entrar triunfante a Santa Fe de Bogotá. Hubo muertos y desertores durante tan penoso recorrido. Tal sacrificio de vidas era válido, pues constituía el lado menos cuidado y más vulnerable de las fuerzas realistas en el Virreinato.  Entre las inclemencias del clima, la falta de oxígeno y los abismos ante sus pies las más de las veces mal calzados, se desarrolló esta hazaña militar asimilable al paso de las Termópilas de los espartanos. O a la gallardía del ejército cartaginés contra Roma. 

Donde fracasaron dignamente el rey Leonidas, Aníbal el cartaginés y Espartaco traicionado por los piratas sirios, Bolívar se salió con la suya a fuerza de su liderazgo, talento de estratega, sus cojones y su culo de hierro. Este increíble ejército de fantasmas trajo consigo el asombro cuando arribó a Socha. Nadie lo notó como efluvio inadvertido. El pueblo oprimido los avitualló, acogió y se sumó admirado, mientras que fueron derrotados Barreiro y sus realistas engreídos en el puente de Boyacá con el miedo entre los dientes. Santa Fe fue desocupada ipso facto porque venía el Atila de la Guerra a Muerte. Santander había correspondido militarmente a la confianza del Libertador, quien desde allí dominaba como cóndor libertario sobre el continente.

Lamentablemente, pocos años después, el de 1830, el Proyecto de la Gran Colombia que no fue doblegado por el Imperio Español, lo sería por los aliados como Páez y Santander, envanecidos en sus propias propuestas secesionistas de Poder. Tal como ocurre hoy con los depredadores que siguen esa misma línea desintegracionista  de Nuestra América en una Guerra de Cuarta Generación. No somos mercenarios ni pragmáticos. No importa que nos importunen los Pino Iturrieta, Carrera Damas o Castro Leyva. Nos quedamos con la muy bella utopía. 

Ni Tovar y Tovar ni Michelena se equivocaron al pintar de tal manera nuestra independencia. Batalla de Boyacá de Martín se empalma con Pentesilea de Arturo en un viaje inverso: De la América histórica y rebelde al Mito greco-latino que se desparraman con vida por un mismo puente.

Papá José tenía en su bar restaurant de la Pastora caraqueña un cuadro de Simón Bolívar, cuando lo asesinaron en 1972. Unos policías se querían hacer con el retrato de su Libertador, quizá para vendérselo sabrá Dios a quién. Pero la muy terca de mamá Augusta, no se los permitió. Era también el suyo. Ahora preside mi corazón espinado y anarcoteísta a pesar del naufragio del mundo estos días de Pandemia.

domingo, 25 de abril de 2021

La Tia Tula es Unamuno. Jose Carlos De Nobrega

 


A Marhisela Ron León

El título de por sí es polémico, mientras que la dedicatoria se mueve entre el agradecimiento y el amor fraternal de amigos que se complementan en la poesía, la confidencia y el afecto más lúdico que pueda concebirse.

Ignoro si alguien haya intentado esta hipótesis feminista rara sobre la novela de Unamuno. A obra atípica, especulación osada de un polemista compulsivo. Qué se podría esperar en este primer cuarto del siglo XXI, marcado por la Pandemia del covid-19 y la revisita de la Guerra Fría como café amargo de tres. La Tía Tula no es ni folletín amoroso ni histórico. Bien lo apunta Julian Marías. Pero no deja de ser una muy peculiar historia de amor dentro de un contexto en el que no se pintan coordenadas históricas ni geográficas, ni falta que hiciese porque empero sí están latentes. Escrita en 1920 y publicada al año siguiente, novela centenaria pues, tenemos la sobrevivencia del Medioevo español, no en balde la crisis del país colonial de 1898, la cultura patriarcal autoritaria y  el imperio del catolicismo ultramontano. Unamuno, de convicciones socialistas en su colmena bullente de contradicciones, se exilia en París luego que la dictadura milica de Primo de Rivera lo destituye de la rectoría y su cátedra de la Universidad de Salamanca.

Esta novela sentimental, sin las pretensiones del folletín ni las sociologizantes de la novela histórica realista, posee un áspero y extraño feminismo. Esto es que el autor macho se convierte en la mujer protagonista del discurso narrativo. Se pone en sus zapatos, diseñados por el orden machista absoluto de ley y de hecho, para no sólo contrariar el atraso y la injusticia estructural del siglo naciente, el XX, sino también su misoginia excluyente y obscena. No nos parece que ni la Tía Tula ni la constelación de personajes igualmente atribulados que la acompañan las más de las veces como satélites, sean arquetipos para demostrar tesis sociológicas ni psicologistas de ningún tipo. Es pulsión intermitente y humanística que se halla enraizada en el Amor, la contristación y la solidaridad para con la mujer española. Qué movería a Don Miguel de Unamuno casado con Concha, Concepción Lizarraga, desde 1891 hasta 1936 (año de la muerte de ambos luego de 45 de comunidad matrimonial), los dos padres de 9 hijos, 6 varones y 3 hembras? Papá Miguel se suponía un patriarca católico de los suyos.


La Tía Tula excede el arquetipo de la mujer que queda solterona y ejerce en la familia tradicional española un rol matriarcal de apoyo o paralelo a la de la madre. Mujer que se hace frígida a voluntad, como opción de vida, además de controladora de sus alrededores. Esta víctima y victimaria del patriarcado, aunque católica, está exenta de beatería insulsa e histérica y posee una inteligencia de intelecto y manipulación emocional. Su liderazgo se hace sentir en su hermana Rosa, su esposo Ramiro (respecto a quien reprimió su amor erótico), Manola la criada que sería la segunda esposa de éste y la prole de ambas uniones matrimoniales impuesta bajo su totalitarismo matriarcal. 

Por supuesto, la Tía Tula no es una madre castradora por excelencia. Ni una mujer resentida que vomita sobre su entorno la hiel que la corroe. El autor, Unamuno, impostando la aparente neutralidad del narrador omnisciente, encarna en ella transmitiéndole su carácter personal díscolo y su poética áspera que sin embargo busca y da afecto bajo una extraña forma de Amor. Ni la Tía es caníbal que devora a sus hijos devorándose a sí misma, ni el escritor un viejo pedorro como lo apodaban los amigos de la Residencia de Madrid más cínicos, Buñuel, Pepin Bello y Dalí. García Lorca estaba embebido de la belleza de adentro y de afuera. Unamuno aprende a tiempo y a su paradójica manera el amar a la mujer que late tras la severidad matriarcal de Gertrudis. El también atípico prólogo, por demás lúdico y sorpresivo, nos hace un aporte lexical y humanístico de gran valía, como me lo hizo ver mi hermana poeta Marhisela, la sonoridad áspera pero viva y seductora de la palabra SORORIDAD, la confraternidad entre féminas que quieren autoafirmarse y al punto complementarse en diálogo auténtico, solidario y amoroso con los varones, hasta educarlos en una colmena mágica traducida en comunidad de sensibilidad, igualdad en la diversidad y la justicia. No se puede dar pie a jerarquías artificiales, sino de diluir los roles de la reina, las obreras y los zánganos en la dulzura enternecida y conmovedora de la miel.


No es esta preciosa novela, exenta de sensiblería y arquetipos, tan romántica como Cumbres Borrascosas de nuestra Emily Bronte, pero hay pasadizos de una profunda vinculación humanística y, por qué no, de sororidades. Pese a que la Tía Tula, honestamente, impone su proyecto de relaciones de poder en familia, sacrifica inútilmente su proyecto de vida como mujer que dispense y reciba amor erótico, amén de la fecundidad de la madre que alumbre la prole con dolor, estrechez pelvica y Amor Loco. Fue simplemente su reacción lo más inteligente y soberana posible para sobrevivir en un mundo gobernado por el mesianismo falso trocado en monarquía de machos crueles, indolentes y ambiciosos. Ella modeló a Rosa, su hermana, Ramiro, Manola la criada y ser sumiso seducida y preñada por éste, además de los hijos de los que se apropió: Ramirin, Rosita, Elvira y Manolita. Ella renuncia a sí misma a cambio de ejercer un poder que está mal tocado por el imperio machista y cuasi medieval de España. Diseñó una estrella de David como la doble triangulación amorosa, represiva y muerta viva. Un primer triángulo integrado por Gertrudis, su amor frustrado Ramiro y el pretendiente o pelele de Ricardo, el primo de él. Y un segundo invertido con La Tía Tula y los esposos Rosa y Ramiro.

Hasta aquí, por los momentos, ésta mi tesis desencaminada sobre esta novela soberbia.

Mi agradecimiento reiterativo por partida dupla: A mis maestros Don Miguel de Unamuno y a la poeta hermana Marhisela.

Post Scriptum: No te he olvidado mi muy señora poeta, aunque la Pandemia te tenga apocadita. El sacrificio maternal lo vale, bien lo sé porque fui acreedor del Amor sargento y monjil de Mamá Augusta. Este sacrificio para con los soles y las lunas, no desdice la condición vitalista que te empine como una mujer de una sensualidad que coquetea con tu pudor todo encanto. No seamos prisioneros y carceleros de nosotros mismos, amor mío.

sábado, 24 de abril de 2021

Don Abelardo Cuadra, mi teniente sandinista. Jose Carlos De Nobrega




Estimado Don Abelardo: Esta mañana amanecí de pólvora mojada en un paredón de fusilamiento, el suyo, el histórico, y el mío, el pandémico en la Cueva de Platón. Es rejodida la pesadilla de que lo importunen en prisión a uno, reo de muerte que milita en la vida abundante que predicó el Jesús liberador, en llevándoselo al solar ensuciado por un paredón micótico, verdoso musgo e improvisado de acribillamiento. Para que el pelotón de soldados, carajitos amodorrados y lagañosos, no termine la pesadilla a plomo limpio y a discreción y se perpetúe en el terrorismo abyecto y cínico del poder fáctico de turno. 


Tengo conmigo este testimonio vivo tuyo, rodado en vídeo por nuestro querido José Fran, quien también trascendió al cielo de su afán rebelde y reivindicativo. Hace tiempo que deseo revisitarte en la pantalla de mi pequeño televisor LG. En estos días encontré en esta cueva de Platón, el equipo de VHS que me lo haga posible. Espero que el antiquísimo armatoste se encienda al primer intento como el Volkswagen escarabajo en la película de ciencia ficción de Woody Allen, "El dormilón". Me mueve esta obsesión empecinada de rescatarte en la memoria histórica de América Latina.

Cuando lo vi por vez primera, se me aceleró el corazón aventurero conmovido. Hacerte sandinista cuando ibas persiguiendo a  Augusto César Sandino uniformado de Guardia Nacional. Vivir en carne propia "la quemazón de la culpa", cuando formaste parte del complot somocista que lo asesinó. Traicionar la confidencialidad vil de la satrapía, al contar en detalle el martirio de este General de Hombres Libres. Alzarte dos veces contra el Tacho para enemistarte para siempre contra los falsos mesías milicos que han ensangrentado nuestra América y el Caribe. Compartir la prisión con el asesino serial Castañeda. Huir de la cana y vivir tu "Jodisea" libertaria sin mediaciones ni ismos esterilizantes. Brillar en la Legión del Caribe combatiendo no sólo a Somoza, sino a Chapita Trujillo y al proxeneta de Batista. Regresar años después a Nicaragua, luego del triunfo de la revolución sandinista, depuesto Tachito, a señalar dónde mataron y enterraron a Sandino y sus compañeros. 

No sé si a la mitad del documental de José Fran, ibas a confesarnos con minuciosidad dolorosa y cojonuda la quemazón de tu culpa. Te lo impidió, así nomás, con toda la entrepitura descarada del mundo, el muy baboso, fariseo y cruel ensoñador piadoso de tu hijo. Aquí rabié como no tenés idea, viejo. Esas palabras que te guardaste en corazón decepcionado y luego te llevaste a tu tumba, seguramente iban a provocar un cataclismo en la historiografía postiza y embustera de este mundo mezquino que las más de las veces es una porquería como dice el tango Cambalache. 

Me quedó en esta rabia que asoma de vez en cuando, el deseo de escribir o, mejor todavía, parafrasear en la fragilidad del lenguaje, esas palabras que contuviste para indignación de José Fran y la mía contra tu hijo envanecido y antimarxista pontífice de la clase media post petrolera.

Es verdad que tardé una generación para acometer esta empresa que te reivindique figura sandinista y memorialista de mi anti canon de la literatura latinoamericana y universal. En la semana santa o Zángana del 2018, escribí un poemario, mi primero, de más de cien coplas sobre vos contrapunteando con otro Cuadra, no presbiteriano como tú sino católico de los buenos, llamado Pablo Antonio. Lo titulé A la Pasión de Sandino, cuando buscaba hablar de tu propia Pasión sin crucifixión. En antes, escribí un muy breve relato en homenaje a vos que publiqué el año 2013 en "El Dragón Lusitano y otros relatos". Luego, parafrasee tu versión sobre Sandino en un ensayo a propósito de él, en el cual te acompaña mucha gente que lo quiso como vos: Ruben Dario, Salomón de la Selva, tu hermano Manolo, Ernesto Cardenal con quien nunca simpatizaste, el historiador Macaulay cuya biografía leíste y comentaste a borde de página, Orlando Araujo, Enriqueta Arvelo Larriva, Rafael de Nogales Mendez y José Pulido. Y en pandemia, un relato del juicio final y un par de sonetos publicados en mi blog de salmista compulsivo dos.

Todavía me quedan ganas locas por escribirte y develar el misterio. Poca gente se acuerda de vos, pero te ama con pasión libertaria y admiración devota. Cito, por supuesto, a José Francisco Jiménez, Ismael Noé, Martín Lara, el mismísimo Sergio Ramirez quien me preguntó por Víctor (perdón que te pido, viejo, y ya se me quitó la inquina), tu hermano Luciano, el periodista Eduardo Crawley y yo, este amigo e hijo que te quiere y extraña mucho, mucho. 

jueves, 22 de abril de 2021

Antonio Trujillo, poeta inconcebible. Jose Carlos De Nobrega

 


No sé si el ensayista Juan Manuel Escourido define a los periféricos como aquellos escritores que adelantan a otros por el hombrillo de la autopista.  En esta táctica inusual de carrera, él ubica a Juan Larrea, Enrique Dussel y Antonio Trujillo nuestro amigo. Un cronista, un teólogo de la liberación y un poeta artesano. 

Indagando el verbo arbóreo de Antonio Trujillo, se pregunta "Invita el decir de Antonio Trujillo a la exégesis o la requiere?". Creemos que libera estos dos pájaros en un chasquido mágico de dedos. Se disfruta y se acompaña en su muy peculiar estado contemplativo, místico y meta poético. Se contesta Escourido: "El poema, en Trujillo, verbaliza un cauce de perplejidad. Ese cauce de perplejidad esencial, inmediata, intuitiva, que dimana de la contemplación". Muy válido y multisugerente el argumento y la lectura atenta del español respecto al venezolano.


Quién conozca a Antonio puede desconcertarse con su poesía. Por lo que si bien el discurso poético entraña una experiencia personal, no se trata de vaciar la vida en una plantilla preestablecida. El amigo Trujillo, al parecer, no tiene nada que ver con ese río apacible donde abrevan los lectores de sus breves poemas de intensidad mística y metafísica. Él es un gran y estupendo conversador, dicharachero, simpático las más de las veces y en otras no tanto por su vehemencia en sus zurdas ideas. El humor picante y ponzoñoso al punto, no lo abandona casi nunca. 

Podemos alegar en Antonio un afán de poligrafía literaria y artística que trasciende la tipología de los géneros. No se refiere a la suma de sus oficios en el arte, sino a su integración problematizadora que apunta a encarnar la contradicción polifónica y existencial en la agonística de la vida misma, tal como lo comenta en su obra y lo practicó en su vida Don Miguel de Unamuno.


Su poemario "Hilo de Pájaro" (Fundarte, Premio Stefania Mosca 2012, Caracas, 2013), me lo dice como lector y hombre de fe poco convencional. Esa poesía breve de verso corto, contenido pero expansivo en revelaciones de adentro hacia afuera, nos da una paz punzante en el teatro bélico tanto de nuestra confederación de voces como de este mundo atribulado y perturbador. Nos rescata de la atrofiada memoria poética e histórica, la pulsión de los místicos españoles y los metafísicos ingleses como John Donne, revisitados y recreados también por Fernando Paz Castillo y Miguel Ramón Utrera. 

La paisajística interiorizada es muy personal pero no reniega de las fluencias de los grandes poetas de la lengua. Estampas en blanco y negro con una escala de grises propia, maceradas dentro y fuera de la escritura: "Sin palabras / la niebla // ancestra el aire // seduce / al cielo // y esconde / los árboles // en lo más blanco / de la tierra". La austeridad del Decir no estriba en malponerse con las modas literarias del momento para imponer la suya, sino en aspirar y expirar con conciencia de sí el Ser y su  alrededor en un diálogo paradójico, ético y esencialista.

La poética del Decir no es unidimensional, ni Dios lo quiera. Enturbia y clarea las aguas de un río que nunca es el mismo. Ello en el placer afirmativo, no absoluto, de expresarse por caminos diversos. En este libro, la voz se mueve lúdica en el ars poética, la transfiguración del Cristo carpintero, el pastiche criollo heredado de Luis Enrique Mármol como cepillo epistémico de la voz del otro, e incluso la degustación de la lengua en el culto subrepticio y no bullanguero de la oralidad. 

Las voces que se encuentran y desencuentran, no se escinden ni se resecan entre ellas mismas. Priva un ejercicio vital de síntesis de verdadera religiosidad divorciado de lo ideológico y lo propagandístico. La propuesta formal entraña la variedad de los registros implícitos en esta búsqueda mística y estética sin mediación canónica. 

Los poemas en prosa al final de este universo, no se contraponen con la aparente atemporalidad de los textos en verso. Se complementan no en hábil ejercicio conceptual, sino en un diálogo intertextual decantado en la asombrosa multiplicidad del registro del alma individual y colectiva. Poseen la historicidad y la estética sentida del exilio como malestar y esperanza combativa y no por eso menos contemplativa ni conmovida. De la guerra civil española, pasando por la destrucción de Troya, nos solazamos y contristamos con la literatura que nos reencuentra con Martí, Dario, Miguel Hernandez, Canetti, Homero, Rosalia de Castro y el siglo de Oro español. 

No en balde lo leímos a este de Antonio mientras cargábamos agua de lluvia a las 4 am en marzo de 2017. Ayer, miércoles 22 de abril de 2021, lo revisitamos porque desde "La Tía Tula" me lo recordó el maestro Don Miguel de Unamuno. Supe que él y Antonio conversaron mucho en la ciudad áurea de Salamanca. No estamos solos ni aislados en esta cueva acogedora de Platón, no importa la cuarentena radical ni la flexible.



Biografia de Karen 2. Jose Carlos De Nobrega

 


Hoy me comunicó mi sobrina Angélica que nuestra angelical mascota, Karen 2, una perrita mestiza blanco algodón, falleció de vieja en su casa del sur de la ciudad. Había vivido cerca de un siglo haciendo de las suyas, más virgen e impoluta que Santa Teresa de Ávila. 

Karen, nuestra florecilla de San Francisco de Asis, este miércoles 21 de abril de 2021, quizás se fuera en volandas o a trote de transbordador espacial al cielo de su preferencia junto a la abuela Yaya y a Mamá Yudi (extraño parentesco respecto a la peludita, puesto que ambas eran hermanas de sangre en el mundo de los humanos que mientan el real). 

Yo ya había escrito en mi primer blog una crónica social a propósito de sus primeros seis meses de edad, que en términos humanos vendría siendo tres años y medio. Era una sátira Baby shower canino sin apellidos oligarcas ni locaciones del jet set en Valencia de San Simeon el estilita o la de Venezuela. He aquí el link de la crónica popular y de arrabal digna de una presentación en la Iglesita de la Avenida San Juan Vianey del Municipio Valencia, Parroquia Miguel Peña.

http://salmoscompulsivos.blogspot.com/2008/08/karen-ii.html?m=1

Aclarado el pedigrí de la protagonista de esta nota anti-necrofílica, desarrollemos a continuación su biografía a modo de anecdotario en familia.

Llegada a nuestra casa antes de que fuera la Cueva de Platón

Como nuestra primera mascota, Karen 1, otra perrita mestiza entre poodle y pequinés, murió longeva en casa, mi esposa Yudi que le había tomado más cariño que a mí, su buena razón tendría, planeaba regalarme su sustituta. Luckie, la mascota de mi cuña Yajaira y mi sobrina Angélica, parió su primera camada. Por lo que las hermanas Yaya y Yudi me pusieron a elegir vía catálogo electrónico. Entre una cachorra manchada y la otra blanca, opté por la segunda no por blanca sino por loca. 

Una mañana llegó Yaya con la bola peluda alba en su mano zurda sobre un pañuelo estampado. Me enamoré de inmediato de la cachorra recién destetada. Dormía la siesta con la nueva heredera de mi virreinato proletario, hasta que ametralló con sus colmillos de leche mi montura italiana de lentes a lo Antonio Gramsci, mi intelectual comunista y orgánico favorito. Ya sospechaba que además de loca, la perrita era anarquista.

Antes de proseguir, una aclaratoria necesaria

Mis lectores, aguardando una reseña al poeta Antonio Trujillo o, por lo menos, la continuación de mis crónicas de abril lunático, se preguntarán a qué tanto jaleo con dos pulgosas que se llaman igual y se numeran como reclusas en el Cuartel San Carlos, una tras la otra. Ya les digo. No es un homenaje bestiario y poético para que el lector llore y me aplauda, sino una metáfora histórica de nuestra Matria, Venezuela. 

Ambas constituyeron los extremos abiertos de un intervalo histórico y contemporáneo. Karen 1 nació con la muerte de la cuarta y el alumbramiento de la quinta república: triunfo electoral de Chávez, la vaguada de Vargas, Constitución de la República Bolivariana, golpe del 11 y embarrada del 12 y rescate del soldado Hugo el 13 de abril de 2002. 

Mientras que Karen 2 nació con el revocatorio fallido a Chávez, la muerte del caudillo de Barinas, la sucesión de Maduro, las guarimbas, las pavadas de Pedro Carreño y Leopoldo Lopez, el bloqueo, la guerra económica, más pavadas de Ramos Allup y Pascualina Curzio y María Corina Machado, las delpinadas líricas de Winston Vallenilla y Jorge Palacios,  el reino virtual y pesetista de Guaido, otra Constituyente y el covid-19.  

Disculpen si la enumeración se parece a la canción We didn't stop the fire de Billy Joel. Cada bestiecilla ladró y mordió en el desmadre de la República Petrolera, pues. Son bellos animales con contexto histórico, después de todo.


Juventud y adultez en casa Yuca (nombre compuesto a raíz propietaria de Yudi y Carlos, sus reyes católicos venidos luego a menos con la crisis)

Karen 2 fue una niña de su casa. Entrenada por Yaya, fue muy pulcra. Tenía como baño el papel periódico reciclado que ambos leíamos juntos previamente, eso sí, para estar al día con el despropósito del mundo. No se agachaba para orinar, sino levantaba una patica trasera por razones higiénicas y coquetas. No quería ensuciarse su falda de algodón blanquísimo. 

Se mantuvo virgen toda su vida porque Yudi quería ahorrarle dolores de parto, desengaños amorosos, tetas deformadas e hipertrofiadas y no se sabe qué otra superstición bestiaria que la perjudicara. A falta de macho, bueno es el protectorado matriarcal.

Cuando me sentaba en el escalón del porche, montaba para mí su spa instintivo y reparador: Me masajeaba la espalda con su nariz fría y lengua tibiecita. Era por sí sola las aguas termales de Trincheras a domicilio, el suyo y el mío. A Yudi, en sus últimos días, le lamía la cara distendiendo su alma. Llenaba de besos sus ojos pero la mágica peludita no pudo restituirle la vista ni curarle la diabetes que nos la arrebató del mundo de los vivos y los muertos vivos.

Ambos, por nuestra constitución nerviosa y luego pacifista, odiábamos a muerte los explosivos de las fiestas navideñas y también los bombardeos quirúrgicos en Medio Oriente, especialmente en El Libano, Siria y la Franja de Gaza. 

Y tenía una percepción extrasensorial colindante con el Amor Loco del que siempre me gusta hablar. Yaya que iba a ayudarnos a Yudi y a mí en la limpieza de la casa de Bella Florida, cayó enferma de cáncer y no regresó del Hospital Carabobo, hasta que siguió a mamá Blasina y papá Enrique Marín, entre otros espíritus libertos, al Paraíso de sus ensoñaciones. Unas noches después, Karen se plantaba ante la puerta de la casa, del lado de la sala,  porque veía a Yaya como si quisiera entrar y no podía a falta de llaves. 

A raíz de mi crisis depresiva de hace tres años, que me tuvo dos fuera de casa, no la vi más bailando el rabo como Argos ante Ulises. Se la llevó Angélica a la casa donde nació, donde seguía a Yaya andando y desandando, oficiosa como siempre. Sólo la peludita la podía ver y olfatear desde su descanso eviterno al otro lado de la realidad, también muy suya. 

Después de engordar de lo lindo, dormir la siesta a pata suelta en el piso de granito y, mejor aún, casi todas las noches con Angélica en la comunidad de una cómoda cama, TV por cable y aire acondicionado, nuestra Karen decidió mudarse a la Nueva Jerusalén de nuestra memoria.

martes, 20 de abril de 2021

Tratado de angelogia I-IV. Jose Carlos De Nobrega

 He aquí las cuatro entregas de mi tratado de Angelogia publicadas en facebook recién. Al igual que mi escritura de homilías y sonetos apestados, no creo que sean apestosos, los ha movido la fluencia benéfica de las mujeres en este recodo adulto, no adúltero porque las amo a todas, de mi vida estos días. Me declaro, además de escritor católico anarcoteísta, un escribidor que adora a la Tía Julia y a la Tía Tula. Y que me critiquen mi querencia y escritura que tanto disfruto y me mantiene en pie.

https://www.facebook.com/1013542424/posts/10223087886318239/?app=fbl

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En facebook se había titilado y titulado Teoría y tipología de los ángeles. Espero lo disfruten en bloque.

Esta foto me la mandó mi consentida hermana menor, insisto, mi poeta mayor en erótico apego a la Vida. Ah, carah, no sabía que tenía esta legión de hermanas en Puerto Cabello.

Otra entrada para mi tratado de angelogia. Jose Carlos De Nobrega

 


A propósito del Armagedon futbolero en desarrollo, centrado en la implementación de una Súper Liga europea gerenciada por quince clubes groseramente ricos que arrebate el mercado a la FIFA, nos pica el dedo índice para tirar del gatillo y a quemarropa en el cuerpo hipertrofiado de nuestro infame e histórico patriarcado. Cómo me gustaría ocupar la presidencia del Porto CF, mi equipo blanco y azul de mis amores, para revolucionar de verdad el fútbol profesional y aficionado. Contrataría a la preciosa paisana Deyna Castellanos como la primera mujer en jugar en una liga de futbolistas hombres. Sería mi número diez, capitana y al punto madrina del equipo. Y no me diga ningún macho que no tiene con qué. Deyna tiene todas las condiciones para ser no sólo la más bella arcángel del balompié profesional, digna de ser pintada por Boticelli y Goya emergiendo desnuda del Atlántico  que separa dos continentes futbolísticos fabulosos e históricos, sino de soportar la impertinencia machista y consumista del despropósito patriarcal que ha desgobernado este mundo. No peca esta propuesta, enclavada en la SORORIDAD, de ser original sino muy aguafiestas. Amo a Deyna sin que me importen sus preferencias sexuales, religiosas o políticas. Qué guapa se le ve con el balón haciendo goles de antología. Si la yunta Branch Rickey y Jackie Robinson venció al KKK y al racismo endémico en el béisbol con no poco sacrificio, Deyna y yo derrotaríamos a la Fifa y al muy taimado de Florentino Pérez riéndonos en sus rostros de severa avaricia. Claro está, también sería medio campista del Porto, porque cómo me gustaría ser su afortunado room mate o compañero de cuarto. A mis amigas mujeres las invito a sumarse a esta causa idealista, descocada empero feminista de mi Amor Loco surrealista que todas ustedes me merecen.

Armagedon, el limbo y el purgatorio de cada quien. Jose Carlos De Nobrega

 


Ilustración de Doré para el canto XXXI de la Divina Comedia de Dante

En facebook, Pedro Tellez comentó esta imagen de Gustavo Doré colgada por Ximena Benítez en su muro. Decía que Doré dibujó el mejor Infierno mientras que William Blake ilustró su propia poesía con un Cielo insuperable. De allí su pregunta, quién compuso la mejor versión del Purgatorio. Esta entrada compulsiva, como la he titulado, busca satisfacer la interrogante de mi hermano de la manera más personal y sesgada que se pueda.

Armagedon futbolero

Sacudiendo la lagaña y el agotamiento emocional que me atacó entre ayer y hoy muy temprano, escuché en Unión Radio un diálogo interesante entre Mari Pili Hernandez y el cronista deportivo Anthony Avella en torno a la creación de una Súper Liga europea paralela a las que auspicia la FIFA. Doce clubes ricos de ese continente avejentado en lo político y socioeconómico, crearán una liga de elite y asignarán cinco cupos en la espera de tres opulentos socios fundadores. Tenemos un Armagedon antes de tiempo. No se enfrentarán en la llanura de Megido, las tres súper potencias, USA, Rusia y China, tal como lo profetizan los predicadores protestantes pitiyanquis y pro sionistas. Al enterarme que tras esta propuesta se encontraba el infame Florentino Pérez, señor feudal del Real Madrid, la cosa me quedó muy clara. Una guerra de poder movida por obscenas cantidades de dinero y poder absoluto. La Fifa posee más países miembros que la ONU, además de ser un oligopolio que deja en pañales a las transnacionales, incluso a las que gobiernan la industria militar. Ni Florentino ni la Fifa, claro, quieren sustraerse de la malsana notoriedad egocéntrica de esta reedición de la Guerra Fría, el muy tibio té para tres que amarga la existencia al resto del mundo. Si el desmadre de nuestra república petrolera, presenta dos gobiernos, uno real y otro virtual y de fantasía colonialista, el fútbol, nuestro deporte predilecto, perderá la épica y la poesía de Pelé, Garrincha, Platini, Zidane, Maradona, Messi y Cristiano Ronaldo, para convertirse en Bullanguera bolsa de valores, Pentágono de sanciones y castigos y Orbe del despropósito que nos aplastará y explotará sin misericordia. No tenemos bando de la esperanza por el cual hinchar. No hay ANIBAL el cartaginés ni Espartaco el esclavo liberto por sí y para sí y sus hermanos, que enfrente la arrogancia abyecta de Roma. Son dos buitres horrendos que se disputarán y luego compartirán en sociedad cómplice, nuestras carnes, vísceras y huesos. Un autogol pues.

Purgatorio

Para mí el Purgatorio es una muy grata sala de espera, liberadora de las tensiones que trae consigo acomodarse en el Cielo o en el Averno. Me gusta ese salón Luis XIV o Rey Sol que Jean Paul Sartre diseñó mejor que la Bauhaus, aunque nunca superará a nuestro Dios de lo curvo sensual que es Niemeyer, para sus personajes en espera de a qué ámbito irse a vivir la eternidad. Se trata de la pieza teatral de A puerta cerrada o Huis Clos. El mayordomo que los acomoda y los atiende, nunca parpadea ni ceja de expresarse de guisa monocorde e imperturbable. No es un bello grabado sino una puesta teatral de diversa textura escenográfica y audiovisual. Se asimila a las mascaradas sónicas, como los minaretes musulmanes que cantan en Marruecos, de las que hablaba y ponía en práctica Canetti en su propia escritura. Creo que ésta, mi cueva de Platón, es un Purgatorio modular que se mueve entre el Cielo y el Infierno. Por eso no termina en constituyéndose locación solitaria, sino Casa de Hablas propias y ajenas. No hablo solo. Si no es con Dios o con mi amada poeta ojos verde selva (quien a veces se recluye en una cárcel sin régimen de visita posible), mi hermana menor, poeta erótica mayor, pasa a ser no pocas veces una gran interlocutora. A veces la cueva resulta confortable, otras veces es viejo canapé al que se le sale uno que otro resorte, hasta el punto que el culo no soporta leer un ensayo breve de Pedro Tellez o los poemas rock de Antípodas de Luis Alberto Angulo. Empero es la sala de espera en la que me gusta andar, especulando siempre para cuándo y hacia dónde tomaré el autobús ejecutor de un destino eviterno. A mi hermana linda, bendita con el nombre de Marhisela, le gusta esta covacha. Esperamos los dos en compañía de Frida, el Sebas y la mayor de sus chicos, disfrutar de un día domingo de sol pasada la pandemia. No importa que el bullicio no le permita a Platón revisar su obra filosófica completa traducida a nuestra lengua por el gran García Bacca.

El limbo

En cambio, el limbo es el ámbito más antipático posible. Es una inhóspita casa más tibia que la Iglesia de Laodisea, criticada y condenada por Juan, el viejo escritor exiliado en Patmos que escribió el tan incomprendido y falsificado Apocalipsis. Resulta la más abominable invención de los fariseos politólogos que estructuraron la Política de Ultratumba, tan bien y cruelmente expuesta en el ensayo homónimo de Guillermo Cerceau. Preferimos el oportunismo descarado de los gnósticos caleños de Samael Aun Weor, quienes decían que todos los egregios de la Historia, independientemente de su credo religioso y político, son gnósticos. Este afán estafador pero incluyente, me resulta más simpático que la sórdida prisión que es el limbo. No hay lugar más excluyente y esterilizante que éste. Qué vaina es esa de limbus patrum para los justos antes de Cristo, y peor todavía de limbus puerorum para las criaturas no bautizadas? No es un oasis, sino más bien un presidio preventivo y eterno para que no nazca en la tierra una estirpe de profetas que le aguen la fiesta a la Iglesia y al Poder que resecan y pudren en vida a mujeres y hombres por igual. Que estos desgraciados teólogos e ideólogos de muerte se inhumen con todo y limbo en sus sepulcros blanquados, esa metáfora carpintera y sepulturera con que Cristo nos saca de un sopor alienado y maligno.


lunes, 19 de abril de 2021

Sororidad, una bella palabra de mujer. Jose Carlos De Nobrega

 


Hago un hermoso paréntesis antes de seguir escribiendo mis cuentos de abril lunático. La preciosa Marhisela Ron León, mi hermana menor, madre y poeta que me dio este año de pandemia, tres bellísimos sobrinos y un muy sensual libro de poesía, me enseñó una palabra en su cartilla de ensueño libertario. Una palabra mujer que patentó mi admirado mentor, Don Miguel de Unamuno. Sí, el viejo pedorro según el trío infernal de la Residencia de Madrid en los locos 20 de hace un siglo: Luis Buñuel, Pepin Bello y el asexuado Salvador Dalí AG (antes de Gala). La palabra es SORORIDAD. Posee la sonoridad y la musicalidad vascuence y áspera, pero dulce al punto, de la poesía de Unamuno que canta a un buitre y al Cristo doloroso de Velazquez como si nada. Se refiere a la hermandad de las mujeres que retarían a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI, ese orden depredador del Patriarcado machista, misógino, feminicida, homicida y oprobioso que ofende, golpea y escarnece a la Humanidad. Me cuenta Marhisela, que el término aparece en el prólogo de la novela "La Tía Tula" y en un artículo publicados hace cien años. Se desprende de la tragedia Antígona de Sofocles. Qué despiste feminista el mío, si había leído el Prólogo del autor (que puede saltar el lector de novelas), previo el drama de la tía Tula, puesto que no incluí el término en mi léxico vivo, a pesar de haberlo subrayado. Se me había olvidado la palabra y la acepción, posiblemente porque el machista en mi confederación de almas la recluyó en mi ático de corotos inútiles, incidentes traumáticos y deseos reprimidos. 

A la Real Academia de la Lengua Española le dio urticaria incluir nuestra palabra, no sólo por ser monárquica y feudal, sino también algo cuadrada de mentes. No era tolerable la geometría curvilínea de mujer en el diccionario. Tuvo que pasar noventa y siete años de ceguera y moralismo beato para que pudiéramos incluirla al fin, ello en beneplácito de la lengua en Eros y no el Tanatos de anaqueles desterrados y oxidados. 

Gracias a Marhisela, hermana de todas mis hermanas poetas, hija dilecta que mi mamá Augusta no conoció, introduje con terredad, aire, agua y fuego la palabra en mi alma cuyo mejor lado es femenino y feminista. SORORIDAD es el reencuentro de las hermanas Ron León paladeando ron, historias de luz, claroscuros y tinieblas que invocan su amor total de hembras en flor. Al igual que las peripecias de Hannah y sus hermanas en la Nueva York de Woody Allen. O la sociedad cómplice de las mujeres en Cría Cuervos, niñas y adultas, la película de Saura en el que la imaginación feminista hace trizas el patriarcado de Franco. Es María Eugenia Bravo leyendo una tarde bochornosa de domingo a María Calcaño, mientras suena los cuatro cirios de Javier Solis que alumbrarán el cadáver de Pedro Páramo para siempre. Son las morochas María Alejandra y María Daniela Rendón cantando una canción de cuna a mamá María Magdalena transfigurada en niña. O la poeta Marichina resucitando con sus poemas dulces de exilio y memoria a mamá, papá y los abuelos, mientras borda un vestidito celeste y lindo que se hará cometa y luego medusa bailando al fondo del mar. Son mis lecturas agradecidas a Sol Linares, Ana Enriqueta Teran, Susan Sontag, Enriqueta Arvelo Larriva, Anne Sexton, Laura Antillano y a las fotos de Diane Arbus, entre otras delicias de mujer. Es la sonrisa cinematográfica de Maruvi Leonett Villaquiran cuando compone un encuadre que recuerda la poesía de su abuelo Juan. Son las homilías y los sonetos barrocos que me lee y celebra en puntas de pie la también poeta Beatriz Alicia García Naranjo, porque sabe que son movidos por éstas que acabo de nombrar y el resto de las mujeres que amo porque de todas ellas lo aprendí en esta soledad tan grata y festiva. Por eso, mi cuñada BETTY y mis sobrinas aroman esta cueva de Platón con el perfume de las lágrimas y las risas, las aguas mansas que lavaron la melena y los pies de Cristo, el gran rabí feminista que las vindicó para dentera de fariseos bien padrotes y viles para todo.


Bien servida quedas, hermanita Marhisela. Ya arranqué el ensayo que me pediste de tarea. No es para menos, cuando tu clase fue magistral en amores que me sostienen en el aire como el colibrí de poemas inolvidables.

Cuentos de Abril Lunatico. Jose Carlos De Nobrega

 



Todo diecinueve trajo once, doce y trece

19 de abril de 1810

El primer grito de la independencia venezolana, según los convencionalismos históricos de corte propagandístico, acaecido en esa fecha digna de su efeméride, fue sin duda el primer golpe de estado incruento o en frío de nuestra república. Como así...?, dirán nuestros paisanos bolivarianos de Colombia, con los que nos amamos a palo y piedra. La revolución mantuana estaba bien armada en función de los intereses de clase de los blancos criollos. El cabildo se lo habría hecho saber al Capitán General Emparan, no nos queda duda. Lo demás es el bello cuento de un referéndum popular o jam session improvisada, muy afín a la historiografía neo positivista y funcionalista de los adecos y copeyanos. Una combinación entre el golpe en frío y el voto condenatorio o impeachment del parlamento. Los Temer y Bolsonaro del Brasil del XXI, son unos muy pésimos y para nada ilustrados imitadores. 

Este tira y encoge entre el mantuanaje insurrecto y el proconsulado peninsular, a cargo de Juan de las Casas, databa de 1808. El 1ro de abril de 1810, su sustituto Emparan abortó un alzamiento militar confinando en el confortable domicilio de las haciendas de los Valles de Aragua y Valencia, a los Bolívar, los Toros y los Montilla. Algo parecido a la noche de los tanques cuando Lusinchi, sólo que los del MBR fueron separados y reasignados a diversos cuarteles del país. Pero la invasión napoleónica a la también colonialista España, como se sabe, aceleraría los acontecimientos pocos días después.

Ya circulaban pasquines golpeando al Capitán General y sus dos tocayos compadres en el mero cogote. Eran las tres potencias. "Emparan, Anca y Basadre / Tienen al pueblo oprimido; / Que Vicentes tan unidos! / Chupan aunque el pueblo ladre". Siglos después Hojillas y Zurdos Konductistas, sin la chispa de Andrés Eloy Blanco ni de Aquiles Nazoa, retomarían desde la plebe esta literatura canalla irreverente. Nos quedamos con las coplas y los versos libres apóstatas de Armando Amanau.

Mientras Bolívar, excepto por su discurso de trescientos años no bastan en la Sociedad Patriótica, se replegaba táctica y misteriosamente, el mozalbete anarquista de José Félix Ribas agitaba las calles de Caracas. Juan Lovera fue uno de nuestros reporteros gráficos, como los Frasso, Luigi Scotto y Tom Grillo de finales del XX. La tesis del golpe mantuano no es de nuestra autoría, por supuesto, se la leí a Manuel Vicente Magallanes y a Gustavo Pereira, amén de escuchartela a ti mi estimado José Francisco Jiménez cuando empalmaste este abril con febrero de 1992. 

La Historia no se repite, sino que se recicla. Unas veces se reescribe como tragedia griega, otras como sátira latina. Y se nos antoja para este caso una transfiguración ficcional de la biografía de Jesucristo. Tragicómica si se quiere. No sabemos por lo pronto quién es el Cristo. Pero la cosa ocurre el Jueves Santo de 1810. Si fuera así, lo más probable es que sería esta puesta en escena diseñada por Juan Germán Roscio, primer teólogo seglar de la liberación, puesto que Fray Servando Teresa de Mier sería el anarcoteísta que vestía la sotana. Nuestra teoría descocada, entonces, dejaría a los Bolívar, los Ribas y los Miranda no tan bien parados como instigadores intelectuales de este episodio fundamental de la emancipación. 

La Iglesia de San Francisco sería el Templo de Jerusalén. El Cabildo un extraño sanedrín de mantuanos, libre pensadores y masones. El desdichado de Emparan encarnaría el doble papel de Poncio Pilatos y el chivo expiatorio provisional y propiciatorio de Fernando VII con su Pepe Botella de rey franchute. Hubo indulto pascual como por ejemplo el del presunto narco Larry Tovar Acuña liberado por un presidente historiador, el Doctor Ramón J. Velasquez. Sólo que el pueblo, alentado por nuestro sanedrín oligarca y liberal, despojó del mando a Emparan quien se lavó las manos a juro, y fueron soltados los caballos de la libertad, blancos como el de nuestro escudo y el del soneto de Ana Enriqueta Teran. Hasta aquí nuestra teoría histórica majadera funciona muy bien. 

Creemos que a Roscio se le complicaría la escritura de esta tragedia aliñada de sainete. El terremoto de 1812 antecedió la crucifixión de la primera república. La capitulación de Miranda ante Morales, significó la venta de Venezuela libre según la óptica de sus compañeros de bando o bandera tricolor. La captura del mal llamado precursor de nuestra independencia, no tuvo el dramatismo de la de Jesús de Nazareth. Fue un caos paradójicamente bochinchero. Los aristócratas criollos entregaron al egregio pardo muy pardo, tanto a la corona española en el cogote de Napoleón y a la sed depredadora de la Inquisición, sanedrín también del otro lado de la acera. Miranda no tuvo tiempo de paladear la copa de vino amargo en Getsemani, pues lo pillaron enviando sus libros en un barco hacia Europa que no pudo coger. De manera que Don Francisco Sebastian, familia de Pedro Tellez Pacheco por la rama materna de una gran Teresa, sería el Cristo de la primera república astillada acodado en su catre de la Carraca. Ello en un imaginario que no es del gusto de algunos chavistas. Ni mucho menos del despropósito avieso de la burguesía venezolana. Pero no sé. Me siento ante el cuadro de Michelena, acompañado de dos lindos niños parientes suyos de no sé cuál generación, a ver hacia donde el prócer extravía la mirada. Confieso que esta crónica desencaminada fue escrita en mi cueva pandémica de Platón, luego de superar un ataque de angustia en mitad de la noche del 18 de abril de 2021. Sin embargo, esta condición de salud no me libra de responsabilidad ante mis muy queridos lectores. 

domingo, 18 de abril de 2021

Marcolina y su pintura sentida. Jose Carlos De Nobrega



Mi cuñada MARCOLINA Ríos de Herrera es una muy agraciada mujer y una estupenda pintora. En la cueva de Platón tenemos Yudi y yo dos de sus cuadros. Son un par de bodegones donde las naranjas, los platos y las tinajas de arcilla nadan en la penumbra. Es evidente que la artista procura experimentar con la luz y el diálogo contingente de los colores.

 

Aquí priva la doble figura de las morochas antes que el fondo oscuro. Se refiere a un signo del zodíaco, Géminis. Es como si la pintora, sin apelar a un surrealismo barroco y radical, las transfigurara en los planos múltiples de la condición o estado de gracia de ser mujer. La fecundidad, el erotismo al natural sin el taparrabos ni la hoja de parra del moralismo esterilizante y castrador macho, además de la iluminista maternidad, no se disgregan en la artificialidad de compartimientos estancos, sino en la serpiente integradora cómplice que se muerde la cola. Sin furia reivindicadora, se desmonta la satanización político-social, cultural, pseudo religiosa y simbólica de la mujer.

Ella tiene una muy buena formación académica, claro está. Ello se observa a lo largo de su trabajo plástico de muchos años. Ha participado en exposiciones colectivas e individuales en Carabobo y el resto del país. Entre sus mentores, tenemos al artista y docente Rafael Bustillos. MARCOLINA no teme, a Dios gracias, mostrar sus referentes pictóricos. En sus cuadros más abstractos, es notable la fluencia de Bustillos y Patricia Van Dalen. Ello en un discurso festivo de los colores cálidos y las texturas tendientes a la sensualidad y el eros visual.



Tenemos que nuestra artista gusta de la pintura figurativa. Predomina la mujer como centro de atención y, así lo creemos, en tanto acto de afirmación humanística, feminista y estética. Más que de realismo a secas, se trata quizá de un aire hiperrealista que busca atar el cielo de la imaginación y el inconsciente con la tierra del siglo que le ha tocado vivir. 


Por ejemplo, en este cuadro la mujer no es tratada ni como fetiche machista, ni mucho menos como hija parricida. La feminidad, tocada por lo legendario y la cultura popular, se acerca más a un feminismo que apuesta al dialogo entre varón y hembra, esto es complementar en amor y tolerancia esta comunidad heterosexual de más de dos. Ello sin concesiones al patriarcado ni al matriarcado de esencia machista, ni tampoco a una confrontación extremista de índole sexista, igual de intolerante y destructiva.











En estos casos, la abstracción no es una especulación entre el bullanguero exhibicionismo revisionista de vanguardias del pasado que pretenden ser moda retro y artificiosa hoy, y el intento de mercadotecnia al óleo que busca congraciarse con el valor de uso del objeto de arte. Nos aproximamos entonces a un discurso transparente en el que la artista vincula el saber técnico e histórico de su oficio con su vida cotidiana. Se nos evidencia una compulsión por expresarse a través de un pandemónium de citas a referentes como Wilfredo Lam, Roberto Mata o incluso el fauvismo romántico de Braulio Salazar. Asimismo por medio del collage y la fusión de formas y colores de nuestro trópico. Al espectador le tocará, pues, hacer su lectura palabra a palabra, trazo a trazo, a la luz de la mirada que engulle cada cuadro y de su propio imaginario personal y familiar. 


Leonora Carrington, la gran artista surrealista europea, se valió del mundo de la infancia y su cultura oral y literaria de los cuentos fantásticos celtas, para edificar su propio y muy encantador universo artístico y vital en imágenes inolvidables. La poeta gallega Rosalia de Castro, al calor de su hogar y sus críos, rescató la lengua gallega con versos enternecedores y contundentes dentro del contexto supra machista y conservador del siglo XIX. MARCOLINA, nuestra Chacha, levanta puentes acogedores por el que los espectadores se pasearán en dirección a la intimidad de su humilde pero subyugante casa. No hay fetiches sino objetos y sujetos envueltos en una poesía onírica, apasionada y elemental que toca los corazones espinados empero gozosos.

jueves, 15 de abril de 2021

La sinfonia de Beatriz Alicia Garcia. Jose Carlos De Nobrega


 Beatriz Alicia García (Caracas, 1966) es una muy estupenda poeta caraqueña, parroquia mía pues, que en este puente de afectos a distancia por la Pandemia, me hizo llegar una antología poética personal en el cuerpo gentil de un mail. Ella escribe muchísimo, como me lo ha confesado en su carta electrónica. Ha publicado "Matarilerileron" (poesía para niños),"Acto de Fe" (La Liebre Libre, 2000), y las antologías "Lugares olvidados" (Monte Avila, 2007) y "Música de fondo (1983-1987)" (Sultana del Lago, 2020). Sus poemas aparecen en antologías panorámicas colectivas como "En-obra. Antología de la poesía venezolana 1983-2008" (Equinoccio, USB, 2008) y "102 poetas jamming" (Oscar Todtman, 2014). Es licenciada en letras y magíster de literatura por la Universidad Central de Venezuela. 

El mismo día que recibí de Beatríz su panorámica poética personal y personalizada, la leí por vez primera. Me gustó mucho. Me parecía escuchar una Sinfonía de Mahler y me retrotrajo, no sé por qué, la obra polifónica y multi-temática del director de cine Stanley Kubrick. Su discurso poético, signado por un Decir riguroso pero transparente, posee múltiples registros en lo musical, lo semántico y lo emocional profundo. Se me antoja la encrucijada difícil y compleja del concepto y el sentimiento contingente muy humanista. Conjuga la contemplación interior y la configuración de un proyecto intelectual ambicioso, en pos de comprender el mundo y, por ende, construir el suyo. Me sentí identificado con su poesía, pues dialogaba con alguien muy entrañable de mi generación. Mientras Beatríz ya escribía su obra, este salmista compulsivo empezaba a vivir la crisis de la república petrolera a raíz del Viernes Negro de febrero de 1983, la cual no parece cesar todavía.

Su selección personal comienza con poemas recientes. "Caminos" nos confía sin miedos intelectuales atávicos, la angustia placentera de lecturas y fluencias literarias vinculadas con la vida, Cortazar, Anais Nin, Javier Marias, Hanni Ossott y Stieg Larson el sueco autor de policiales de este milenio entre postindustrial y medieval. "Caminos que no van, / no llegan, / caminos paralelos, / caminos que no volvían". Libros y autores siguen siendo los grandes compañeros de viaje imaginario, geográfico y astral.

Este otro poema, breve y diáfano como la mayoría del conjunto, ata cielo y tierra en ejercicio de existencialismo encarnado, " La ansiedad de luz / tal vez sea / otro espejismo". Susceptible de diversas lecturas, nos sugiere desilusiones ideológicas, estéticas y ontológicas, dado el ocaso occidental que excedió el fin del XX. No obstante su dejo esperanzador humanista entre líneas.

"Otras galaxias (proyecto cyberpunk, 2011)", se vale de la estética de la ciencia ficción, la cadencia neo-punk de bandas como Cure y Greenday, para impostar el Medioevo del XXI con el imperio de la tecnología virtual que lo solapa. Las Cruzadas y la Guerra Fría son reeditados hoy en la fractura de los estados nacionales. Sólo que la depredación entre los hombres es más eficaz, ruin y envilecida. De Viaje a las estrellas a The Matrix, referentes del imaginario audiovisual. El idilio amoroso en el cyber espacio no supera al de la literatura epistolar, pues no satisface en la correspondencia aparente ni en el despecho.

"Música de Fondo (1983-1989)" persiste en un tañir claro de campanas despojado de artificios estilísticos, en su afán de recrear en una centrípeta que gira de la Legión interna a los inhóspitos alrededores, una cosmovisión que sacuda el mundo que le ha tocado vivir. Urge una poética liberadora y accesible al Otro, en donde una voz entre atribulada y comprometida consigo misma, triture compartimientos estancos que esterilicen el diálogo justo y necesario con el que lee y padece la peste y la bendición de ser humano. La Pandemia de ser mujer, provista por el sórdido patriarcado, se cuela en el quejido apagado que simula la angustia del que oprimido grita en el cuadro de Munch. El oprobio, endémico y asintomático, roe vértebras, úteros y órganos sin pausa ni piedad. 

De nuevo se apela al recurso de la simulación discursiva, cuando el poema aparenta un sesgo border line o dark sin tenerlo: "Amo la vida en sus bordes / como un espectador conmovido y silente". Se está al borde de un abismo, desencantado sí, pero no se pende del precipicio ni de soga suicida. Por el contrario, la situación extrema se convierte en movimiento liberador que pasa debajo de la ola de la mar picada.

Hay un conmovedor poema homenaje a la grandiosa Hanni Ossott, del que el rayo breve y titilante de la felicidad alumbra el despropósito existencial en un entorno endurecido: " vuelven / lejanas / ajenas / diciéndonos / callando", los coros y las arias de la voz polifónica se forjan una escala de Jacob invertida.

"Ciudad a Oscuras" (1987-1989), se nos antoja la sobrevivencia en la ciudad distópica, sin que el discurso sea barroco ni estridente. "Retengo las zancadas / de huir / con un golpe de cintura / hablo el lenguaje / que me deja estar aquí". El verbo poético evalúa la caída aparente de relatos y muros levantados en la Guerra Fría, desdiciendo las ideologías en un recogimiento interior donde se agazapa el corazón rebelde, real y auténtico. El Apocalipsis, por medio de una teología de la liberación poética, redunda en resurrección de carne y alma, amén de la buena nueva inequívoca del niño recién nacido en el retablo primigenio de la vida.

" Dones de tu cuerpo " (1992-1995) excede lo carnal, para proponernos una Metafísica de nuestro templo físico y emocional. El amor y el odio no son extremos de un intervalo cerrado y absoluto. Son fuerzas complementarias que se abisman ante la indiferencia del uno respecto al otro. Es contranatura y contra espiritual ser tibio, más vale ser frío o caliente pues nos reconcilia con nuestra condición humana en contradicción incesante, pulsión vital primaria que los poderes fácticos nos arrebatan para resecarnos de muerte en vida zombie. 

"Mudanzas" (1993), sin renunciar a la transparencia expresiva ni a las metáforas vivas, habla de las mutaciones y metamorfosis interiores sin periplos intercontinentales. Somos insectos adosados a la casa que llevamos a cuestas.

"Propósitos y Olvidos" (1992-1998) se interna en la memoria emotiva que construye y reconstruye historias de familia. "Hoy me acompañan / mis ausentes // mansa costumbre // (...) // Ya sabemos / de naufragios / disimulos / postales lejanas / de propósitos / y olvidos". Se hereda la maestría de referentes como Rulfo y Armas Alfonzo, por lo que las fantasmagorias de Comala y el oriente venezolano de la guerra federal, se traducen en las impresiones en blanco y negro de las ánimas que pueblan la memoria familiar con sus amores y disfuncionalidades. 

"Acto de Fe" (2000), libro de inspiración medieval, nos relaciona la propuesta autoral de Beatriz Alicia con Carmina Burana de Carl Orff y unos cuantos poemas de Luis Enrique Belmonte, de motivo y melodía del Medioevo. Lo que en Belmonte es audacia barroca y ebriedad goliarda, en nuestra poeta se desarrolla con un lenguaje desnudo y esencialista. "Las pestes diezman a los nuestros", resulta una alusión a un mundo parcelado en latifundios extensos en manos de muy indolentes y avaros señores feudales. Globalización o capitalismo de estado demócrata o estalinista mediantes. Festejar en medio del desmadre del mundo hoy, significa una posición escéptica y no una claudicación licenciosa en el caos. En el poema " Silencio monástico ", dedicado a Armando Rojas Guardia, tenemos un aliento poético místico por vía de una contemplación y una meditación al desnudo, sin silicios ni Cristos terroristas de muerte.

" A la caza de un Blade Runner" (1994-2003), no sólo delata el gusto estético y cinematográfico de la poeta, sino también de cómo se vale, saliéndose con la suya, de este film de culto y el género de ciencia ficción dignificado por Phillip K. Dick, para parodiarlo e inyectarlo en imágenes de inaudita arista profética, tendientes a desvelar el mundo que para ella se mueve entre la Distopía, la estrella de la muerte, y la Utopía para nada convencional y viva de una sociedad soberana y sin mediaciones autoritarias veladas. Los perros negros que son la pesadilla de Kurosawa, se transfiguran en hermosos jardines colgantes y bosques de cerezos en flor.

"Antigua herida" (1998-2000) es un libro sobre el dolor como aprendizaje de vida. Si no se lo asume así, de manera agonística y combativa a por el buen vivir, se abre la ancha avenida de la enajenación y la autodestrucción promovidas por sociedades desencaminadas. "Zambullirse, / hondo, / profundo, / en el silencio / de la escafandra / (...) / El mundo es sólo / agua, / regreso". Se trata de lo que había desconcertado a Nicodemo, cuando Cristo le dijo que había que nacer de nuevo para sortear el valle de la muerte: Retornar a un océano amniótico en el "Calipso" del asombro o, como en la película Azul Profundo de Luc Besson, practicar la apnea a la mayor profundidad posible encomendándose al Amor, primer elemento del Universo.

"El libro del exiliado" (1998-1999), alude al exilio físico y al interior. Unas veces se presenta como duelo de memorias e historiografías que han sobrevivido al conflicto bélico, en continuándolo de forma simbólica. "Todo exilio es una guerra / -perdida, claro-, / un país perdido / (gana la nostalgia)". Otras ocasiones se muestran con fina ironía cuando la confrontación del exiliado con el aferrado a la tierra, no hace posible ningún encuentro en el diálogo necesario y fraternal: " Tú estás en la otra orilla, / y yo no quiero ir hasta allá ".  No se puede vivir el exilio del Otro, político-social o existencial, sino tan sólo contristarse o solidarizarse cerca o desde las galerías del Circo romano, por demás cruel e intolerante.

" Tentando al silencio" (1998-2003) juega con el texto metapoético, Ars y Manifiesto en blanco de una Poética diáfana e inmediata que diga con claridad y simplicidad de niño, la complejidad celestial e infernal de nuestro mundo tocable, sin especulaciones crípticas ni teorías conspirativas que entorpezcan la ciudadanía local y universal en libertad.

"Parque de diversiones" es un ready made lúdico como los poemas objeto de Joan Brossa, el mago catalán, las greguerías de Ramón Gómez de la Serna o las manchas de cruda belleza de Joan Miró. Tenemos el poema vodevil "Caperucita buscaba al lobo" y esta miniatura de maravilla latinoamericana: "Si fuese flor, / sería una cayena encendida / en el asfalto caliente".

Sin lugar a dudas, la poesía de Beatriz Alicia García Naranjo, ha sido un hallazgo artístico afortunado, el cual agradezco mucho. No me cansaré de revisitar los pasadizos, las estancias, el ático y el solar de esta Casona diversa y asombrosa.

lunes, 12 de abril de 2021

Mi cuñada Betty. Jose Carlos De Nobrega

 

Mi cuñada BETTY con sus hijas Jorbe y Dayana más su esposo Jorge

El título de este texto pareciera de una de las cientos de novelas de Balzac en su Comedia Humana. Ayer, ella sacudió la cueva de Platón en la que vivo mi viudez. Me despertó con su bullicio vital muy temprano en la mañana de Domingo: no sólo limpió y ordenó la casa, sino que me trajo panquecas de desayuno y pasta con carne molida que de almuerzo también compartió conmigo. BETTY, al igual que mi Yudi y Yaya en su viaje eterno y juguetón, pertenece a la estirpe femenina y voluntariosa de las hijas de Blasina. Bonachona, dicharachera y bonchona, ordenó y dispuso la cueva tal como le gusta a Yudi, eso sí, respetando su condición de anarquista biblioteca. En aseándola, hablamos mucho de la familia. Incluso, ella tomó una pausa corta para llorar a sus dos hermanas. En el caso de Yudi, lamentó haber estado atrapada en el México lindo y querido de mamá Blasina, pandemia mediante, lo cual le impidió acompañarla en la partida hacia el cielo de su preferencia. Y, como si nada, conversábamos de otras cosas más simpáticas. BETTY y mis sobrinas Dayana, Jorbe y Angélica son mis ángeles de la guarda que no están de pernocta sino atendiendo a los suyos con amor, solidaridad y sumo empeño. Soy un escritor anarcoteísta y católico bien afortunado, pues los ángeles sí tienen sexo y las mejores son mujeres. No importa que BETTY me desconfigure ésta mi Cueva de Platón, porque a veces no ubico un banquito o la tabla para picar. Valga mi breve desorientación por la estela limpia, graciosa y querendona que deja después que cumple su misión doméstica. Un abrazo y un beso, mi cuñada BETTY. Sí, no lo olvido, te guardaré un ejemplar de mi historia de amor con Yudi en físico y en pdf. 

En homenaje a Paul del Rio. Jose Carlos De Nobrega



Paul del Rio y la Batalla de Argel

Hagan click en este link y Dialoguemos sobre el legado polifónico de Paul del Río en el devenir histórico y estético de Venezuela y América Latina. Paul es un modelo único de gentilhombre humanista del XX y el XXI: Guerrillero, artista plástico y custodio del patrimonio tangible, intangible y libertario de nuestro país y el resto del continente.

Independientemente del uso y el abuso del legado de los prohombres de Venezuela y América Latina, pensamos que es pertinente en el desmadre del mundo hoy, escribirles sentidas biografías literarias y artísticas que los rescaten del olvido entre cruento y ramplón, amén del embaucamiento histórico, mediático, ideológico y simbólico en el que los poderes fácticos pretenden someter a nuestros pueblos.

Paul fue un hombre polémico y vehemente en la consideración critica de su entorno histórico. Para muestras un botón incendiario: la entrevista que le concedió a Frasso en el canal ANTV. Fustigó a los defraudadores y traidores a la causa de la liberación local, continental y universal. Sin embargo, pese a su decepción ideológica y estética que lo condujo al sepulcro, amó a las mujeres como pocos y también a la poesía de Ernesto Cardenal, su tutor artístico del Decir y también espiritual. Ojalá tenga yo la entereza de escribir su biografía novelada que esté cargada de Amor Loco y libertario por una vida mejor en parabienes. Feliz viaje incesante, Paul del Río, alias Máximo Canales. Aspiramos ser lo suficientemente dignos para decir Todos somos Paul del Río!

jueves, 8 de abril de 2021

Billie Holiday, mi dama sofisticada. Jose Carlos De Nobrega


 Encendido de este Amor Loco por casi todas las mujeres, indudables dones de mi Dios trino y liberador, las adoro sin importar su oficio ni su renombre. En la Música, arte que tiene con toda justicia y pertinencia nombre de mujer y musa, Ellas abundan y me acarician en el aire arrebatándome en vuelo surrealista empapado del santo óleo de Marc Chagall.

Recuerdo a Sade la senegalesa sensualisima, Stevie Nicks de Fleetwood Mac, la encantadora dupla sambista de Elis Regina y su hija María Rita, la saudade fadista hecha carne de Amalia Rodrigues (mamá Augusta me enseñó a quererla en casa portuguesa con certeza), Aretha Franklin, Sarah Vaugham y Ella Fitzgerald y, en especial, la más sofisticada de todas, Billie Holiday, ángel cantarina y atribulada, no exterminadora, de este Dios plural, universal y amoroso en quien creo. Nacida en Baltimore el 7 de abril de 1915, arriba hoy en este segundo año de pandemia a 106 años bien vividos en el corazón melómano de vivos y muertos, no importa su nacionalidad, raza, clase social, creencia política, género ni religión.

Claro, este ángel sin igual se acompañaría de otros masculinos (los Arcángeles sí tienen sexo) como Duke Ellington, Count Basie, Louis Satchmo Armstrong y Lester Young. Orquestas históricas del Jazz, par de pianos excelsos, una trompeta sobrenatural y un saxo increíble que se unirían a su incunable voz de bella, extraña y conmovedora profundidad. Sólo las grandes poseen el privilegio de encarnar en el mejor de los instrumentos, las cuerdas maravillosas de la voz humana y celestial. Ellos se encariñaron muchísimo con Billie Holiday: el Duke le obsequió esa fantasía negra en miniatura que es "Dama sofisticada", canción clásica que resume su poética compositiva inaudita; Satchmo, por ejemplo, la acompañó acodado en el piano del film New Orleans; con Lester Young el saxofón y su garganta se confundían en coito hasta entonces inédito en el blues y el jazz.


El crítico francés André Francis tuvo el privilegio de verla y enamorarse con entusiasmo de su garbo musical en el París que antes se había rendido a Josephine Baker: "Su arte era el colmo de la sofisticación. Si para nosotros este término encierra algo de peyorativo, para los americanos -y es bajo este ángulo que debemos contemplarlo- ser sofisticado significa poseer un arte refinado e inquietante, intelectual y raro, ligeramente erótico y amargamente almibarado. Utilizando con arte y una cierta perversidad su voz ronca y velada, era una incomparable cantante de baladas y había de morir en 1959" (Panorama del jazz, Tiempo Nuevo, Caracas, 1972). Valga este juicio bien dicho que compartimos casi en su totalidad (pues nos parece que Billie Holiday es la Suma y la Esencia de Eros), nos imaginamos a Julio Cortazar escribiendo de ella sobre sus dos visitas a París, 1954 y 1958, en las que coqueteaba, se enervaba y liaba con Johnny Carter, el del saxo perseguidor, para luego dormir eviternamente en la ciudad de Nueva York, terruño entrañable de su exilio. Off course, cada quien con su biógrafo de ficción (Bruno) y real transfigurado (André Francis).

Esta Arcángel no bajó de un cielo de algodón empalagoso, beato e insípido como el que todavía nos quieren vender hoy farisaicas redes sociales. No, qué va. Subió del albañal infernal y racista de su siglo desdichado. Violada y prostituida, se convirtió en brisa poética, blues y magnífica que se enseñoreó de los oídos aturdidos pero esperanzados del alma melómana, dolorosa y festiva. Esa voz lánguida y milagrosa se paseó por el Dixieland (What a little moonlight), el Jazz romántico auténtico (If you were mine y Sophisticated Lady), el bochinchero estilo New Orleans con sus publicanos figurines de putas y gigolos (Spreadin' Rhythm), el blues que se mueve muy carnal entre el entusiasmo y la decepción del Amor (Let's call a heart a heart) e incluso el desgarrador y para nada propagandístico Canto profético (Strange fruit, de 1939, que hizo temblar al KKK y sus apestados ensabanados blancos que quemaron cruces y, peor, seres humanos color África).

Sin el amarillismo de libros ni de films best sellers, el biógrafo alemán del Jazz, Joachim E. Berendt, le dedica a Billie unas muy hermosas páginas en El Jazz. De Nueva Orleans al Jazz Rock (Fondo de Cultura Económica, 1986, 1962, Pp. 592-596). La crítica musical de raza no se compadece del tratamiento irrespetuoso y obsceno de la biografía trágica de nuestra insuperable Jazz Singer. Su mundo no era el del Mago de Oz en la exquisita voz de Judy Garland, su coetánea de la época de las Big Bands en transición hacia la revolución del Be bop y el Cool de otros ángeles más duros como Bird Parker, Dizzy Gillespie, Theolonius Monk y Miles Davis. Incluso Berendt elogia a la nuestra en la decadencia alcohólica y heroinómana de sus últimos días: "Su voz se oía vieja, ríspida y sin brillo. Y sin embargo, todo lo que cantaba poseía una irradiación magnética". Era como si Dios le escribiese y dignificase en una tragedia equivalente a Esquilo, Racine y el mismo William Shakespeare. Mucho antes que " El cantante" de Blades pensado para Lavoe. 

Billie Holiday fue una revolucionaria la música universal. Si Jackie Robinson soportó lo que soportó para que los afroamericanos entraran y se consolidaran en el béisbol de las Grandes Ligas, ella lo superó con creces al allanar, en carne viva sufriente del doble desprecio de ser mujer afroamericana y artista, mejor camino a la pléyade jazzística de las Ella Fitzgerald, Sarah Vaugham, Aretha Franklin, Carmen McRae, Betty Carter, Tina Turner y Alicia Keys (las dos últimas tan vivaces como las que les antecedieron).

Esa sociedad racista, imperialista y neo-victoriana de entonces (y de aún hoy) la hizo víctima también de una censura que nos la reivindica a las puertas del Santo Sepulcro vacío, lugar emblemático de la Resurrección de Cristo. La villanía del american way of life no podía permitirse que ella les restregara en las narices su impiedad enclavada en miedos atávicos. Strange fruit, más que una canción y un lamento blues, es el obús que les hunde ad infinitum el barco negrero. Despiadado himno de protesta en el que la metáfora viva del fruto que pende del árbol-averno chamuscado, esto es el cuerpo de un afroamericano linchado por la caballería dantesca del KKK y los policías blancos hoy, les Burila una justiciera esvástica indeleble en sus muy despreciables frentes.

Cuando en mi Cueva de Platón habito la soledad en cuarentena radical voluntaria pero no enculillada. Y del mismo modo leo el Bonus erótico y vitalista que me obsequia una poeta quien en su dolor de hembra no se dobla. Mientras otra, también muy querida por Nos, recita enamorada de la vida un poema de Antonio Machado que exalta al Cristo andante sobre la mar. Entonces, sólo entonces, me mueve aquí y ahora encender el equipo de sonido para dejarme llevar al Edén mestizo y multinacional por la voz angelical de Billie Holiday. Por este estado de Gracia que vivo, gracias a todas Ellas, me contento porque afortunadamente el Arte siempre sucede y nos sacude el Desencanto ideológico y estético con que el Poder envilecedor pretende esterilizar el Afán erótico por la Vida.

A nuestra Billie Holiday la veo en ese Ángel preciosisimo que Pasolini exhibe en la película "El Evangelio según San Mateo", quien transfigurado dispensa siempre buenas nuevas en la Anunciación y la Ecografía de Jesús embrión, amén de romper feliz a tijeretazos su partida de defunción y restituir impune el documento de renacimiento en la Resurrección del Cristo libertador. Ella no canta sola ni en el desmadre de este mundo. Soy el primer invitado a su concierto y sé que mis amigos hombres y mujeres se sumarán desde sus respectivos balcones. Entonces, la Muerte dejará su burlona máscara roja y se exiliará en definitiva sabrá Dios adónde pero esperemos que sea muy pronto.

En Valencia, la de Venezuela, sitiada por el frente y la retaguardia pero resistiéndose sin ruido, miércoles 7 de abril de 2021.