miércoles, 2 de diciembre de 2020

Relatos de cuando era mas joven 4. Jose Carlos De Nobrega



 Pedro Tellez el militante político 2

Pedro y la Universidad de Carabobo

He aquí algunos episodios del animal politico, Aristoteles dixit, que era Pedro en nuestra alma mater carabobeña, antes de que le quemaran desde adentro sus fusibles.

Una aciaga noche de elecciones estudiantiles en el Edificio, lo agarró un jaleo de palo, tiros y piedras que trajo el asedio adeco con motivo de sabotear un proceso electoral que les era adverso. La toma de esta Bastilla se frustró porque la fortaleza fue cerrada por Pedrito, el Yuri y el Yusti. Qué locura, izquierdistas defendiendo a los reformistas del Fei Fei  Ferreira. Al Yuri los tecnócratas del finado Ricardo Maldonado lo acusaron de vender un rollo velado de fotos sobre el asedio. Claro como extraña manera de agradecimiento y solidaridad.

Mientras el virtual presidente de la Federación de Centros Universitarios, hoy vicerrector de la UC, hacía sabrá Dios qué enconchado en un baño de damas, la reciedumbre de la batalla entre tomistas y defensores del Castillo kafkiano era mucho más intensa. Por ejemplo, alguien llevándose las manos a la frente gritó me dieron compañeros!, cual Sucre en Berruecos. De repente se descubrió la frente con un hematoma producto de un mango arrojado por algún algún invasor al que se le encasquillara la pistola. Gracias a Dios!

Dadas estas coordenadas bélicas y asimétricas, Pedro aprovechó la presencia de Elis Mercado, secretario de la UC, para salir de la encerrona. Pero un profesor universitario full odio, a political hater pues, les vacío con mala puntería su pistolon. A partir de ese día nuestro ajedrecista político confió en la coraza sólida de las masas insurgentes, lo cual verificó en Masa y Poder de Ellas Canetti. 

Intermedio estético

Antes de seguir con el anecdotario político de Pedrito, hay que destacar que él ha escrito sobre arte además de coleccionar algunas piezas de dibujo, pintura y escultura. Y a qué se deberá esto? Creemos que viene de su sangre española. Su bisabuelo daba clases de Historia del Arte no sé en qué universidad de la Iberia. Ello hasta el punto de pedir prestados los retratos de los doce apóstoles realizados por el Greco, para impartir sus clases como si nada. Mejor que una visita guiada por el Prado o el reina Sofia. Arte portátil y nómada de maravilla.

Cerramos el paréntesis con esta foto retocada por el poeta Sergio Quitral. Ya la conocen, es la del bautizo de mi hermano Avelino en la Caracas de mediados de los sesenta. Gracias, mi querido amigo artista y poeta generoso.


Pedro Tellez el consejero universitario

Pedro fue, aunque no lo crean, un combativo consejero que no co-gobernaba bajo el influjo de las autoridades profesorales de la UC. Esto es simplemente ejercicio libertario de la conciencia de clase, categoría política viva pese a los retortijones ideológicos de los conversos. 

Un día en un acto en el paraninfo de la universidad, el rector Maldonado qepd le prohibió integrar el presidium. Lo mandó a las galerías del recinto. En su condición de consejero universitario, esto es co-gobierno de la UC, además de impenitente sátiro político, Pedro exigió que se le permitiera el acceso a la instancia más protocolar que funcional. Por mediación de un par de decanos, el rector accedió a regañadientes a la petición siempre y cuando el convidado de piedra entrara solo y de último. Cuando los decanos le informaron, nuestro consejero se mantuvo en la suya, él entraría con la comitiva y punto. Como los decanos le comunicaron que si no se satisfacía al consejero estudiantil, se retirarían del recinto, el rector magnífico y atribulado se conformó con dejarlo hacer y pasar con todas las del protocolo. Parecía la reedición de las batallas entre el alcalde comunista Pepón y el cura Don Camilo descritas por Guareschi.

Por fortuna, advino la paz entre ambos buenos enemigos, cuando Ricardo Maldonado en un noble gesto presentó sus respetos al recién fallecido papá de Pedro, el doctor Tellez Carrasco. Se hacía realidad la ficción del pequeño y ameno mundo de Pepón y Don Camilo en Valencia, la de Venezuela.



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