Afiche promocional de este sentido homenaje en la memoria de los que lo queremos mucho.
Orlando Zabaleta (1954-2020) sigue persistiendo como nuestro hombre orquesta del libro en esta Valencia de San Desiderio. No sólo los diagramó, sino que también los editó. Incluso, publicó un memorable libro humorístico sobre nuestra patética historia política. Se trata, valga el título, de Crónicas de un opositor en tiempos descoordinados, un libelo sarcástico que recrea el golpe a Chávez de abril de 2002. Un 18 brumario mucho más del Trópico y no menos inquietante que el de Marx, sólo que en clave de un Groucho criollo.
También nos acompañó en el libro comuna alusivo al centenario de la Revolución rusa. Su óptica asertiva y bien documentada sobre este episodio histórico da todavía que hablar. Esta virtud se hace extensiva a sus artículos de prensa. En Notitarde fue parte puntual de la cofradía zurda de los enjundiosos en Lectura Tangente, según el sibarita Julio Castillo quien no captó la esencia crítica de los textos.
Orlando tiene aroma de tinta graciosa y enjundia que estampa el papel. No es para menos. Él amaba a ese bello objeto que es el libro y, por supuesto, a su muy hermosa compañera Corteza. Su prosa, por ende, es pulpa de papel y frondoso árbol de corteza enternecida y revolucionaria.
Nunca voy a olvidar el almuerzo que me obsequiaron Orlando y Corteza. No sólo la comida fue excelente, sino en especial su amena y cariñosa conversación de sobremesa que me salvó el día. No hay nada como ser querido y solicitado en la circunstancia de mi recuperación de salud anímica, luego de una crisis depresiva dura. Doña Depre se molestó mucho cuando esta preciosa pareja me arrebató de sus pezuñas.
Como en el poema con que Pessoa se despidió de su carnal Sa Carneiro, nosotros agitamos las manos conmovidas desde el andén. Sabemos que desde otro terminal, él aguardará que arribe nuestro bus.
"Porque hay en nosotros, por más que consigamos / Ser nosotros mismos a solas sin nostalgia, / Un deseo de tenernos compañía- / El amigo ese del que al hablar amamos".
Nos gustaría mucho que Corteza leyera este texto amoroso nuestro la mañana del sábado 12 de diciembre en el Jardín Botánico de Naguanagua. Un abrazo para ti y todos los amigos que Orlando se ganó con su proverbial y simpática personalidad.
Gracias José Carlos por ese texto tan lindo, yo ese día no creo que pueda hablar, todo es muy reciente y no me adapto a la idea de que Orlando ya no está conmigo, tardé 3 meses para dar el primer paso. Sin embargo te agradezco mucho tus palabras, Orlando las merece. Un abrazo fraterno
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