miércoles, 1 de diciembre de 2021

Tres sonetos sobre el cura Borges

 Jose Carlos De Nobrega:

El Cura Carlos Borges


No quiero ser el cura Carlos Borges, el padre whisky,

Pese a que soy alcohólico para nada anónimo de doble A.

Me simpatizan los jesuitas en general, desde San Ignacio hasta Arturo Sosa hijo,

Muy a pesar de que Borges, al igual que yo, seamos teatro bélico de las contradicciones.


A ambos nos gusta leer a Poe, sólo que él es poeta necrofílico,

Mientras yo soy sonetista compulsivo que cura su desencanto.

Mi camarada sacerdote tuvo a Lola Consuelo como su amante más notable,

Yo me casé dos veces: Nora y Yudi quienes me amaron mucho y desquiciaron en veces.


Mi tocayo se debatió entre Cristo y la concupiscencia,

Abjuró de Dios resbalando la lengua y metiendo el puñal en la Colina a la que cantó lascivo.

Se retractó y regresó a la Iglesia para adorar al bailómano Cabito y luego a Juan Bisonte, rey de la baraja.


Es verdad, me parezco a él como su hermano y prójimo antípoda.

Empero mi poesía mística y erótica abomina de culpabilidades inducidas

Por la Teocracia abyecta que usurpa a Dios y odia a los hombres: Yo no amo al Gran Hermano ni bajo la cerviz.


Enésima tentación del cura Borges en Valencia, la de Pocaterra


Hoy celebramos en la casa de José Rafael Pocaterra

El día del escritor junto a Andrés Bello y el cura Carlos Borges.

Sólo que la fiesta se salió de nuestro control:

La charla de Elio Araujo pasó de su sobriedad a las hablillas de pasillo del auditorio.


Leí un pastiche criollo de Luis Enrique Mármol a la manera de Carlos Borges

Y se levantó el capellán de enajenados y milicos gritando Plagio, Plagio!

Qué contrariedad pues el plagiado poeta cometió plagio

Con el grito de Iván Karamázov cuando Aliosha lo besó como Cristo al Gran Inquisidor.


El poeta Cheo Vizcaya bailó su propio poema al beato José Gregorio

En coreografía dupla entre el vals y el merengue rucaneao

A ver si al doctor de los pobres se le empinaba o no el bulto con Isadora Duncan.


Protestó airada una católica ultramontana del Papa polaco y verraco Juan Pablo.

No me quedó otra que plagiar en alejandrino ese verso de Rubén Darío:

Margarita linda está la mar... picada!


2

Para reparar mi desatino de espectador entrometido,

Les leí tres poemas eróticos de mi Marhisela.

Santa Madre de Dios!, saltó el cura Borges de nuevo

Hecho un ovillo, se quitó la sotana y mutó en íncubo al oír el perfume de hembra brava.


Mi tocayo y poeta licencioso le arrebató la pipa a Pocaterra

Para calmar ataque de histeria como si fuese posesa en Loudum.

Luego buscó asilo en la Iglesia de Don Bosco pidiendo a reliquia de San Desiderio

Librarlo de tentación tan dura de roer: Se encerró en el confesionario y al punto se torturó a correazos.


Quién quita si se masturbó con algún fetiche católico

Como el manto de Turín o se hizo estigmas con alguna astilla de la cruz de Jesús.

Dejemos al pobre de Carlitos apagar su ardor en la tierra y no en infierno de bolsillo.


Como colofón anti-motín, Denis amasó el pan de un cuatro,

Cantó una del poeta Burgos, otra de Pessoa y un popurrí de costado indio,

Convocando la Gracia de su Melania Reyna en sol rojo que le dore y confite el corazón melómano.



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