miércoles, 15 de diciembre de 2021

Dos sonetos recientes

 

Jose Carlos De Nobrega:

Retahíla del Desencanto

Primavera que no llega en el grado cero de la escritura,
Ciudad de pobres corazones en cuarentena umbría de la Cueva,
Alegre desahucio andando pasillos de la Casa Sola,
Silencio húmedo y enmohecido de Dios en retórica inútil.

Sol negro y Cristo yacente de Holbein al mediodía en que legión de almas se desarma,
Genio viudo que se envanece en crepusculario de cianuro,
Bala en boca, um filete de sangue nas gengivas,
Cavalos mortos em soneto fechado para sempre.

Desgano a la intemperie bajo el imperio sofocante de luna crápula,
Ensoñaciones sólo concebibles en el insomnio pertinaz de Ramos Sucre,
Envilecimiento convocado por el corazón de las tinieblas a contracorriente del Orinoco y el Amazonas.

Oda y Elegía en el coito bochornoso de un solo de piano psicótico de Theolonius Monk,
Serpiente mordiéndose la cola sin apertura ni cierre de ciclos,
Sino pretexto sufriente que roe sus entrañas en el alambre de tender la ropa mal lavada.

Clarice Lispector

Tenemos una gran cofradía que ama a Clarice en Legión de Almas disonantes y agradecidas.
Fumo sus libros, devoro su cucaracha de hojaldre agridulce
Y también me quemo con ella en su cama de princesa saudosa.
En despertando desfigurados en pira pasionaria, salvamos sus manuscritos sagrados.

Lêdo Ivo la hizo ciudadana honoraria de Maceió 
Para beneplácito de Elpenor, las putas olorosas a mar revuelta y los locos en griterío desdentado.
Charlie Mingus se pierde en el laberinto de un vídeo poema que la enamora al son del contrabajo.
Mi Sol Linares la dice psicografía poética y Stand Up Comedy jamás concebido por Elisio Jiménez Sierra ni Lenny Bruce.

Mi hermana Marhisela le cocina manjares de Golfo Plácido
Mientras le lee poesía de hembra brava y resucitada a diario.
Frida la dibuja sin cansarse en garabatos multicolores que entintan las arenas de un reloj muy simpático.

Clarice Lispector es el alma lánguida y seductora de esta fiesta.
Ella nos diseña arquitectónica del corazón recobrado
Que nos reconcilia universo en los recovecos con que Piranesi, De Chirico y El Bosco buscan poseerla y hacerse sus súbditos.

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