miércoles, 26 de enero de 2022

Doña Gea y el Eden exiliado

 


Doña Gea y el Edén exiliado
José Carlos De Nóbrega

A Marichina García Herrero

Mi muy señora poeta ha escrito un gran poema
Que combate reivindicando la belleza de las cosas
Invisibles a la villanía de hombres mal empoderados.
Dios exilió no sólo a Adán y Eva sino también al Edén saudoso.

Gea sabe que ese Paraíso se halla aquí y ahora
Para recomponerlo Jardín y solaz subvertido
En Amor de ojos selva y matriz cálida de soles y lunas,
Trinitaria pared vegetal que invita a reposarnos

En aguas mansas y amnióticas. Cabellera constelada,
Turgencia de senos, pecas dulces en papilas
Aterciopeladas de su sweater sonrojado.

Soñé que Ella tejía con mis cabellos grasos
Su Jardín de maravillas que nos ata y funde
Un soneto amoroso, obsecado y sólo nuestro.

 2
Mi Gea es hermosura imbatible y creadora.
Sus despistes mueven la censura de gente ciega
Que miran sin ver lo que yo: Su candor y encanto
Afinado, enternecida poesía y avispada crónica

Que me excitan risa sobre bicicleta bautismal
En viaje a campo traviesa sorteando la peste
De humanidad ensimismada en raciocinio avieso.
Don Dinero rechina, pues, sus dientes de morocotas envilecidas.

Ha extraviado sus quevedos de súper mercado
Por lo que no puede leer mi poesía majadera.
Urge cordones viejos para curar sus olvidos.

No importa, mi muy atolondrada y señora poeta,
Tú no me sueltas y Yo a Ti estoy amarrado.
Llevo en los bolsillos tus lentes y las llaves de la Casa que nos habita y suena rumor y cricrido.

 3
Sé mi Gea bien amada y memorial de nuestra sangre
Que deseaste estar conmigo desde el inicio:
La adolescente de 16 esperando a su novio de 23
Con tremor de manos pequeñas abriéndose
Paso en la retícula de tus largos cabellos

Que vestían tus pechos de durazno compacto
Y la paisajística de tu espalda aromada y tersa.
Todo Soto no podría superarte penetrable lluvia
Que calma y enciende mi valle caraqueño alucinado.

Sé que hoy compartimos afán y achaques de poetas:
La carne afloja musculatura, se atenúa la motricidad
Y la dentadura deja espacios en blanco en poemático templo que somos.

Empero, tu mamá pelirroja te busca y también Marian muy vivas,
Pues saben que nos hicimos secuestro express
Amándonos en desnudez renovada de nuestra Casa dorada donde nadie nos ve e importuna.

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