domingo, 24 de julio de 2022

Mi terco sandinismo. Jose Carlos De Nobrega

 Salmos y Proverbios

José Carlos De Nóbrega

Mi terco sandinismo

El 19/7/2022 se cumplieron 43 años del triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional arribando a Managua, ello como si se tratara del Salmo 15 traducido por Ernesto Cardenal: "No hay dicha para mí fuera de ti!" Hacía dos semanas que yo había cumplido 15 de edad, recién llegado a Valencia, la de Venezuela. Aprobado el tercer año de bachillerato en el liceo "Monseñor Gregorio Adam" de Naguanagua, vinculé este entusiasmo revolucionario con mi nueva y estupenda camada de amigos: Jorge "Conejo" Pérez, Hernán Castro, Elsy Peña, Janda y Gina, entre mi bien amada legión. Quedé impactado por ese grupo de amigos nicaragüenses que sacó a patadas a Tachito Somoza, el tercero y último de tan envilecida satrapía. Por culpa de este tirano ladrón, perdimos en el mar Caribe a Roberto Clemente quien quería auxiliar a las víctimas del terremoto que también diezmó a Managua. Valgan sus 3000 hits! Los hermanos Ortega, Tomás Borge, Sergio Ramírez y los sacerdotes Miguel D'Escoto y Ernesto Cardenal integraban mi familia rebelde predilecta en ese entonces.

Tiempo después, en la Universidad de Carabobo, me familiaricé con esa épica desmitologizada que me reconciliaba con mi Dios trino profético y popular, el de la Teología de la Liberación, el Éxodo y los Evangelios. Amén, cierto es, del Decir Poético de Nicaragua y el resto del continente. Cardenal visitó a Valencia dos veces. La primera en 1974, 5 años antes de la victoria sandinista, documentada en el libro "Ernesto Cardenal en Valencia. 2 Diálogos" (U.C.-Dirección de Cultura, 1974, con prólogo de Carlos Garrido). Ambos encuentros se realizaron en el Complejo Universitario de Bárbula y el Barrio El  Boquete. La segunda fue a mediados de los años 80 en la Facultad de Educación de la U.C., donde yo cursaba estudios. Todos abominamos de ese documental infame de Venevisión titulado "Nicaragua: Epicentro de una amenaza". Los gringos hacían de nuevo de las suyas para doblegar el proceso sandinista. Al igual que mi carnal Pedro Téllez con el descalabro argentino en las islas Malvinas, lamenté en saudade fadista y sambista la Contra anti-sandinista, el Irangate con su milico Oliver North, el minado de las aguas territoriales de Nicaragua y la derrota electoral del F.S.L.N. ante Violeta Chamorro. Qué decir del deplorable regaño que el Papa Verraco y polaco le dio al poeta Cardenal arrodillado en díscola e inteligente humildad? Un año después, 1984, él y D'Escoto serían suspendidos de su sacerdocio hasta 2019.

Si bien me comportaba como cometa vagabundo en los predios universitarios, mi vínculo con Nicaragua -a modo de segunda patria chica- se intensificaba de manera inequívoca. Militando en el Movimiento Universitario Evangélico VEnezolano, conocí a Don Abelardo Cuadra, ex teniente de la Guardia Nacional somocista y testigo excepcional del asesinato de Augusto César Sandino. Fue parte de la conjura pero no le dio ningún tiro de gracia. Se le alzó luego al Tacho Somoza dos veces, fue apresado en la segunda intentona, se le conmutó la pena de muerte por prisión perpetua y al final se dio a la fuga. En su libro de memorias "Hombre del Caribe", nos relata también su participación activa en la Legión que combatió las dictaduras de América Central. En su homenaje, le escribí un cuento, un ensayo sobre su libro y mi primer poemario "A la Pasión de Sandino", de 130 coplas, en el que contrapuntea con el poeta católico Pablo Antonio Cuadra. Por cierto, en una de las ediciones de la FILUC a finales del XX, me presentaron a Sergio Ramírez quien me preguntó por Don Abelardo y su hijo el doctor Víctor Cuadra. También publiqué en La Iguana de Tinta" un ensayo sobre su novela "Castigo Divino", adaptada a la TV como miniserie en Colombia.

A inicio del XXI, celebré y diserté sobre la "Antología poética" (2005) de Ernesto Cardenal prologada y compilada por el poeta Luis Alberto Angulo, bajo el sello de Monte Ávila. Esa "Aproximación a la poesía de Ernesto Cardenal (Collage)", sería también el prólogo de la obra poética completa de nuestro gran poeta místico universal. Un año más tarde, en FILVEN Caracas, Luis Alberto y yo conversamos en público sobre la 5ta. edición de "Flor y Canto. Antología de Poesía Nicaragüense" (2006) con presentación y curaduría de Cardenal. Asimismo, el año 2022, Téllez, Angulo y este salmista compulsivo comentamos en el Círculo de Lectura, Casa Pocaterra, de nuestro estupendo antólogo oriundo de Granada, sus colecciones de poesía primitiva y de poesía norteamericana, ésta en coautoría con el poeta Coronel Urtecho.

Tuve también el placer majadero de publicar una aproximación ensayística a Sandino, en la que destacan textos de otros autores venezolanos como el de Rafael de Nogales Méndez ("El Saqueo de Nicaragua"), un bello poema de Enriqueta Arvelo Larriva, la Mazurca en clave novelística de José Pulido y una crónica de Orlando Araujo. No pretendo ser especialista en literatura de y sobre Nicaragua, sino un muy agradecido lector y comentarista apasionado. He sido seducido por su Decir transparente, comprometido y conversacional de raza latinoamericana y cósmica.

Como toda comunidad de afectos, hubo divisiones de sesgo político y personal. Ernesto Cardenal, disgustado con Daniel Ortega, sale del F.S.L.N. en 1994, al igual que el narrador y ensayista Sergio Ramírez y la poeta Gioconda Belli. Tales desencuentros hicieron mella en el corazón nica, selvático y lacustre de no pocos venezolanos. Tal es, por ejemplo, el caso de Paul del Río quien estuvo en el Frente Sur sandinista, manteniéndose hasta el final de su vida solidario con Cardenal. Sin embargo, el poeta no excluyó de su Antología antes comentada a Rosario Murillo, esposa del actual presidente Ortega. Prefiero, a tal respecto, la prudencia conciliatoria de Erasmo que la explosividad cismática de Lutero, dadas estas coordenadas no exentas de dolor y melancolía.

Me quedo entonces sandinista y adolescente eterno rasgando las guitarras punk y rock en el aire, tal como suenan en los discos rebeldes de The Clash, Charly García y Fito Páez. Que no bombardeen Buenos Aires, ni a Managua, tampoco a La Habana, mucho menos a Caracas.


viernes, 22 de julio de 2022

Guayaquil Bicentenario. Jose Carlos De Nobrega

 Salmos y Proverbios

José Carlos De Nóbrega
Guayaquil Bicentenario
A Freddy el Templario y a Jesús el rockero, de los pocos comerciantes con los que da gusto hablar

El 26/7/2022, se cumple el bicentenario de la entrevista entre Bolívar y San Martín en Guayaquil. Fue el duelo discursivo e ideológico entre ambos egregios latinoamericanos: Una lúdica y enigmática competencia de ajedrez político memorable. En sólo 2 días se decidió el curso de la liberación del sur del continente. De este acontecimiento se ha escrito y especulado muchísimo, dado que fue un encuentro privado sin mirones ni minuta alguna a la vista de historiadores y del vulgo lector. Colmo de los colmos duelista que no se cerró el 27 de julio de 1822. Años después, Rufino Blanco Fombona se batiría por vía ensayística con Mitre e Ingenieros en su esclarecimiento histórico. A Dios gracias sin muertos ni heridos, puesto que Don Rufino era un eximio duelista con espada o pistola. Tan sólo le bastó al nuestro su Egotismo literario.

En tal sentido, revisitemos dos textos que tratan este misterioso episodio. El primero, un magnífico ensayo biográfico, "Bolívar" (1950) de Indalecio Liévano Aguirre; y el segundo, un inquietante cuento, "Guayaquil", incluido en el libro  " El informe de Brodie" de Jorge Luis Borges.

Liévano Aguirre le dedica 3 capítulos (21-22-23) que dialogan sobre el contexto y el hecho en cuestión: El monarquismo peruano-argentino, Manuelita Sáenz y La conferencia de Guayaquil respectivamente. La escritura no es sólo polifónica sino también transgenérica. El corpus biográfico nos conduce al relato épico, la novela romántica y el ensayo histórico. Este duelo entre gigantes al mediodía de América, supuso dos visiones contrapuestas de nuestro proceso de Emancipación: la propuesta monárquica y conservadora de San Martín y la republicana liberadora de Bolívar. Bajo la fluencia del patriciado de Buenos Aires y su Logia de Lautaro, San Martín apostaba por un régimen independiente a la cabeza de un príncipe español que satisficiera geopolíticamente a las monarquías europeas y, al mismo tiempo, conservara las relaciones socioeconómicas tradicionales escurriendo la posibilidad de todo cambio revolucionario en América Latina. Bolívar, sin dejar de ser cordial y diplomático, le opuso su proyecto democrático de integración continental aliñado con un temperamento mestizo y caribeño. El prócer argentino venía de liberar a Chile, amén de asumir el Protectorado del Perú, como empresa albiceleste. Nuestro Libertador ya había triunfado en Boyacá, Carabobo, Bomboná y Pichincha. El caraqueño, previa la entrevista, pegó primero: el ejército de la República de Colombia tomó de hecho al pueblo de Guayaquil bajo su protección. Había comenzado el muy discreto torneo de ajedrez entre estos dos maestros militares y estadistas.

El primer día de la conferencia fue de un muy cuidadoso estudio, pues no se tocó la materia directamente. La segunda jornada fue la decisiva. No se puede hablar de la victoria de uno sobre otro, sino de la prevalencia de una concepción libertaria y popular respecto a su antípoda aristocrática y europeizante. San Martín, consciente de la grandeza de Bolívar y no falto de habilidad política, fracasó en la imposición de su modelo a través de una alianza estratégica político-miilitar fallida. Dadas las coordenadas coyunturales y la disposición de las piezas en el tablero, San Martín y las blancas abandonan la última partida, concediendo el campeonato a las negras de Bolívar. Incluso, el Protector fue derrotado por el Libertador en el plano galante. Manuelita, decepcionada ante la opacidad puritana y elitesca de San Martín, se enamoró del egotismo entusiasta, seductor y romántico de Bolívar, cuando éste entró a Quito hecho una fiesta el 16 de junio de 1822.

Borges vincula la conferencia de Guayaquil con "Nostromo", la novela "venezolana" de Joseph Conrad, ello en un ejercicio placentero de intertextualidad ejemplar colindante con la Poesía. El inicio del cuento "Guayaquil" prefigura el final abierto: "No veré la cumbre del Higuerota duplicarse en las aguas del Golfo Plácido (Puerto Cabello), no iré al Estado Occidental (Valencia-Sulaco), no descifraré en esa biblioteca, que desde Buenos Aires imagino de tantos modos y que tiene sin duda su forma exacta y sus crecientes sombras, la letra de Bolívar (el testimonio de las cartas, apócrifas o no, que documentan la entrevista con San Martín)". Los paréntesis son nuestros. En este caso, los duelistas son historiadores y profesores universitarios: Eduardo Zimmermann y quien nos refiere el relato. El huido del Tercer Reich, favorecido por el filosemitismo y la política de los países aliados, Guerra Fría mediante, sabedor de antemano de su pequeño triunfo, conminó al colega porteño a dimitir de su viaje a Costaguana (Venezuela) para certificar la autenticidad de la carta de Bolívar datada en Cartagena el 13 de agosto de 1822, contentiva de la resolución del enigma histórico de la entrevista con San Martín en Guayaquil. "El servilismo del hebreo y el servilismo del alemán estaban en su voz, pero sentí que nada le costaba darme la razón y adularme, dado que el éxito era suyo". En síntesis, esta travesura de Borges nos deja balbuciendo con amargura y saudade criollas que la Historia la siguen falsificando los poderes fácticos más allá de la realidad y de la ficción.


Para una lectura de Whitman. Jose Carlos De Nobrega

 Salmos y Proverbios

José Carlos De Nóbrega
Lectores hispanohablantes de Whitman
A VANI Rivas

A sugerencia de nuestro amigo cronista Douglas Morales, se decidió en Círculo de Lectura en Casa Pocaterra, conversar sobre el Canto a Mí Mismo (1855) de Walt Whitman, el poeta norteamericano de la Democracia. No se trata, pues, de una dictadura sino del protagonismo lector de nuestra muy curiosa Legión. Revisando la caótica biblioteca de mi Cueva de Platón, me topé con las voces de algunos de sus lectores hispanohablantes: Jorge Luis Borges, César Vallejo, Gustavo Díaz Solís, Segundo Serrano Poncela, Ernesto Cardenal y Federico García Lorca. En fin, 4 latinoamericanos y 2 españoles bastante notables.

Se evidencian 3 cosas, el Egotismo poético de Whitman, su fluencia en la Poesía del Decir del XX y el XXI, amén de su vitalismo seductor en tanto Proyecto de Escritura para nada asimilable a la arrogancia ni al despropósito de las políticas hegemónicas de Estado de su nación ayer y hoy. De esto se trata la vigésima cuarta sesión del Círculo de Lectura el 22/7/2022.

En La Literatura Occidental (1971), Serrano Poncela, si bien apuntala la presencia innegable de su obra poética a nivel universal, puntualiza que es un poeta tosco, primitivo y egotista no obstante su humanismo. La lectura total de Hojas de Hierba trae consigo fatiga y, si se quiere, dispersión discursiva, por lo cual es susceptible al trabajo antológico. El Egotismo, nada que ver con el egocentrismo individualista ni ideológico, lo emparenta con autores de nuestra predilección como Rufino Blanco Fombona, Rafael de Nogales Méndez, Vargas Vila, Darío y el mismísimo Pocaterra. Todos ellos son cosmogónicos, sólo varía la Patria de origen (Manhattan, Caracas, el páramo tachirense, Colombia, Valencia o Nicaragua). También los hermana la turbulencia, la sensualidad y la terredad actancial (comer, beber y engendrar).

Borges nos dice a cada rato que los lectores de Whitman integran parte sustancial de su propia Confederación de Almas. Song of Myself, Canto a Mí Mismo, así lo confirma a lo largo de su discurso circulatorio sanguíneo que no coagula la muerte física. Su caudal poético es un libro de libros en el que él, "con impetuosa humildad, quiere parecerse a todos los hombres". Ya lo advirtió el mismo poeta en su felicidad solar: Hojas de Hierba, Leaves of Grass, "es el canto de un gran individuo colectivo, popular, varón o mujer". El inglés oral de su ciudadanía americana y universal no es más que una sinfonía humanística auténtica y fraternal. No tener escuela ni doctrina, sin obviar el proceso de formación, conduce a un modo de vida contracultural que vive con intensidad sus contradicciones.

En su artículo La Nueva Poesía Norteamericana de junio de 1929, Vallejo considera a Whitman el precursor de la nueva poesía universal, eso sí ajena al formalismo de rascacielos harto onanista. Más allá del versolibrismo, anticipó realizaciones norteamericanas resaltantes como el cine de John Ford o el Jazz de Ellington, Davis, Parker y Monk.

Cardenal, en el prólogo a la edición venezolana de la Antología de la Poesía Norteamericana (2007) en coautoría con Coronel Urtecho,  no sólo lo postula junto a Poe como la columna vertebral de la poesía estadounidense, sino también cimiento de la Poesía del Decir, específicamente del exteriorismo nicaragüense. "Inventó el verso libre, y éste fue hecho en el idioma del pueblo y no el de los literatos".

García Lorca, asombrado y sacudido por su visita a Nueva York en 1929 y 1934, le dedicó una muy polémica, audaz y procaz Oda. Impostando un discurso homofóbico en código apóstata que mueva a escándalo victoriano, reivindica el amor ecuménico y desenfadado de Whitman por la Humanidad. 

El narrador Díaz Solís, publicó en la revista Zona Tórrida de la Universidad de Carabobo, número 10, agosto de 1978, un mosaico transgenérico al que tituló Para Whitman. El corpus de este ensayo se haya tocado por el tono inequívoco de un cuento lírico. Partiendo de una Elegía a Lincoln, Cuando las lilas florecieron la última vez en el jardín, y el poema De la cuna que está incesantemente meciéndose, fusiona el relato de iniciación y la glosa no exenta de pasión humanista para auscultar y nadar en ese río caudaloso y fauvista que es la poética transparente y polifónica de esta voz fundacional. La república democrática de Whitman es orgánica búsqueda mística que apunta a la fecundidad amorosa en el Bestiario y la Humanidad exaltadas en el gran poema fraternal, franciscano y solidario.