lunes, 25 de abril de 2022

Balance General (por completar). Jose Carlos De Nobrega

Balance General (por completar)


Que yo  recuerde, el brasilero Carlos Néjar hizo uno muy suyo
Titulado Del detal y sus balances, poema memorable
Y ejemplar que imposta el tedio, el detalle y el morbo
Cuantitativos de los contadores públicos justificando la avaricia

Y la arrogancia de las empresas capitalistas, sepulcros marmóreos
En los que yacen carroña, artificio y estropicio.
Que no me disculpen mis amigos contables
Este intento mío por cobrarme a mí mismo tanta factura pendiente.

No cuento con tecnicismos ni sangre fría suficiente
Para maquillar la fragilidad de mi negocio
Que contrabandea libertades bajo palabra embustera.
 
Abomino o, mejor aún, disimulo juramentos de oficio
Embadurnados en la hipocresía de la que todos formamos parte.
Esta teneduría de libros contables se viene con su indiscutible doble rasero.

2
Antes de iniciar mi Balance General entre el naufragio y el cautiverio
Que me enseñaron Cervantes, Marcos Ana y Miguel Hernández,
Me recuerda Saulo de Tarso, contralor y psiquiatra,
Que sé lo que he de hacer pero al final esto no acometo.

Si bien como a la carta frugal de Juan el Bautista,
Espinos y miel silvestre, no es poderosa mi ars profética,
Pues no he hallado todavía Hérodías que me dé beso de lengua
Previo a la ejecución sumaria de reo notable e irreverente.

Tampoco tengo los cojones de Job, pese al dolor compartido entre Nos,
Quien se rebeló a Dios teniéndole tantita fe vigorosa
Porque no se vale fregar al justo en estrategia ajedrecística

En la que el Diablo y Yahve ahogaron su hegemonía inútil.
Gana Job, restituida la justicia, y la humanidad de Catulo
Quien me alienta a escribir poesía en mis afectos y mis odios.

3
ACTIVO DISCRIMINADO

En primer término, esta Cueva de Platón en Valencia-Sulaco
Que mi esposa ida a no sé dónde edificó conmigo
Pésele a quien le pese. Se cree aún que soy guachimán
Y no custodio ni salvaguarda de la Casa que Ella me aparejó en su Amor inquebrantable.

Home sweet home que dócil se adapta a mis caprichos
Y vaivenes de solitario amo y peor ocupante: Hoy sucia y entenebrecida
A la par de mi pereza, abandono y conspicuo desaliño
Reñido con la santidad informalista y franciscana escarnecida en mala mayordomía.

Por eso los lápices, los cuadernos y los libros se me esconden
En este laberinto con pocos espacios libres y despejados.
Si mi esposa ciega no pudo avenirse con las tinieblas,

Hasta hoy mi viudez cíclope se desenvuelve en torpeza satírica
Que nunca conocí en la savia de mi árbol genealógico.
Soy pues como un raro injerto con mis versos de Pau Brasil.





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