viernes, 4 de junio de 2021

Sonetos bestiarios de Socrates para Alma. Jose Carlos De Nobrega


INTROITO

Poco antes de morir, tuvo a bien Sócrates

Componer a tu Alma, Garúa, y dejar

Conmigo estos sonetos, mas no a Hipócrates:

Pues la Atenas matasanos le dio a tomar


Cicuta aliñando impulso homicida.

A Alma encantarán poemas peludos

Y escamosos de Sócrates en vida

Que perpetúa a Esopo en los sesudos


Y lúdicos laberintos de toda Ella,

Hija de Ti que se conversa Sol

En polifónica selva de ágil doncella,


Cronopia que anidaste girasol

De Van Gogh en matriz que aún destella

Agua serena al mundo con o sin quitasol.


El Gato y las Ratas

Ido el dolor de la pierna por grillos

De presidio inútil, me llega el placer

De escucharte, Alma, en píos ensueñecillos:

"Compon y ejercítate en música a Ser


Pleno y libre para muy bien morir

De filosofía y poesía de ordeño".

Alma mía, dejo de filosofar y a tañir

Cuatro me apresto relajando ceño.


Érase una casa invadida de ratas

A la que acudió un gato muy glotón.

Minino que se dio banquete y patas


Pa'que te tengo las que en pelotón

Huyeron. Felino se hace papanatas

Muerto, mas grey roedora no es carne

                                                    de atracón.


(Moraleja: que los hombres sensatos

Al vivir en carne propia maldad

De otros, se sacuden los zapatos

Y no ceden a hipócrita bondad).



La Gata y Afrodita

Una gata enloqueció de Amor

Por guapo muchacho del vecindario.

Fastidió y maulló a Afrodita rumor

Bien rogativo, felino e incendiario.


Roza que le roza las pantorrillas

Bien torneadas, Venus de ella se apiada,

Pintándola ninfa de maravillas

Que ata al chico en lindura despiadada.


Pero curiosidad divina mata,

Alma mía, tanto a posesiva nínfula

Como a la muy depredadora gata.


Verificando zoantropía de ínfula

Bizarra, soltó a la niña una rata

Que la dejó gata náufraga sin Amor

                                                   ni ínsula.


(Asimismo la humana villanía,

Por más que cambie de vestidura,

De apariencia y huela a epifanía,

Mala actitud muestra su dentadura).



Foto de Mairelys Gonzalez

El Atún y el Delfín

Y ahora, Alma mía, va este tercero

En discordia con los jueces de Atenas,

Venales e impíos, poema duro y artero,

Banquete nuestro y para ellos las penas


Por venírseles pronto y pa'encima.

Mientras Beatriz prepara nuestra cena,

La última más sabrosa de mi estima,

El atún y el delfín a la escena.


... Digo a la mar serena: Atún tun tun

Perseguido por gula delfín

Que os llevó del agua a costa betún.


De muerte en patíbulo de postín,

El arenal caliente, dijo el Atún

Al cetáceo: La muerte nos une, so pillín.


(Nada es más lírico y consolatorio

Que compartir la propia desdicha

Con juez y verdugo en citatorio

Que iguala con el reo, la verdad sea muy                                                             bien dicha). 



El Loro y la Gata

Te regalo un loro boca sucia

En tu cumpleaños, mi querida Alma, 

Para que te rías de su gran astucia

Bochinchera dándonos tanta calma:


A mí en despedida irreverente

Pero esperanzada; a ti, mi cronopia,

Que inicias vuelo a contracorriente

Del mundo mustio que nada nos copia.


Pobre gata que reclama al loro

Su descarado griterío bonchón,

Mientras ronronea sumisa el decoro.


El plumífero aúpa tono burlón

Que desconsuela maullido incoloro

No autorizado por comedia, ají y sazón.


(Fábula y fiesta a las que no acceden

Ni críticos malévolos en sepulcros

Blanqueados, porque odios no proceden

Aquí en halitosis de los pulcros).




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