jueves, 2 de enero de 2020


IMPERDIBLES DEL PERIODISMO (21): Padrecito Stalin, no vuelvas



IMPERDIBLES DEL PERIODISMO (21): Padrecito Stalin, no vuelvas trata de una reseña a esta antología contra el estalinismo coordinada por Paco Ignacio Taibo II. JCDN.

Esta antología de lujo contra el estalinismo y la ortodoxia soviética, coordinada por el polígrafo mexicano Paco Ignacio Taibo II, reviste vigencia e importancia en estos tiempos revueltos y de promoción masiva de la banalización de los discursos (en especial el mediático y el académico). Su primera edición es del año 2012 bajo el auspicio plurinacional de Rosa Luxemburg Stiftung y la brigada Para Leer en Libertad.
Los textos de Annie Kriegel, Paco Ignacio Taibo II, Ernst Fischer, Isaac Deutscher, Víctor Serge, Howard Fast y, por supuesto, León Trotsky, apuntan no sólo al guiñapo del culto y el despropósito dizque revolucionario que sigue siendo Stalin, sino también a las desviaciones políticas del socialismo que someten al pueblo al gobierno de otra élite de poder autoritario: Llámese Pol Pot o se apellide Ceaucescu.
El brevísimo ensayo de Annie Kriguel, no sólo tritura en el pilón de la crítica al culto a la personalidad del padrecito Stalin, sino que fustiga con una viga para matar cochinos tanto las etiquetas alienantes que por vía ideológica enquistan mortalmente la conciencia ciudadana, como la banalización del Mal con sus purgas y Gulags.
El mexicano y antólogo, Paco Ignacio Taibo II, fuerza la barra de los géneros discursivos. A través de un libreto audiovisual imaginario pero engavetado por no se sabe qué nomenclatura, el guionista en veintidós tomas establece que el suicidio de Adolf Abrámovich Joffe, noviembre de 1927, auguraba la degollina por venir en la Rusia que se volcó por una revolución de los obreros y los campesinos, eso sí, traicionada a posteriori.
Ernst Fisher nos ofrece a nuestra consideración un texto dialógico y expiatorio: Su transición vital de la ortodoxia estalinista a la heterodoxia libertaria. No se trata del discurso fallido de un converso político, como los que abundan hoy en día, sino el testimonio conmovedor de alguien que se intoxicó con las mentiras y medias verdades que atornillaron el estilo cruento y vertical del estalinismo. Es el síndrome de Damasco: el Saulo perseguidor que se convierte en el Pablo perseguido por amor a Jesucristo.
He aquí que Fisher nos hace partícipe de su angustia: “¿Podemos cederles nuestra responsabilidad a los aparatos de poder, a los sistemas, a las ‘estructuras’, retirándonos a un perenne ‘estado de excepción’?” Coincide con Trotsky, Gandhi, Martin Luther King, el Che, Camilo Torres y Roque Dalton, corderos propiciatorios por la reacción asesina de todos los tiempos.

VE ESTE VIDEO SOBRE ROQUE DALTON SEGÚN PACO IGNACIO TAIBO II:

https://www.youtube.com/watch?v=soyCP2qJsps

Isaac Deutscher, el mejor biógrafo de Trotsky, realiza un ejercicio notable de Historiografía crítica: Por lo general, la Historia no sólo la escriben los vencedores sino sus historiadores a sueldo como propagandistas estridentes. Stalin, si se quiere, fue líder indiscutible de la extrema derecha dentro de la revolución. Sólo que su praxis política habilidosa, negociadora y de palo y piedra, arrasó con sus oponentes reales, posibles o imaginados en el stress de poder megalómano. El egotismo de Trotsky, figura indiscutible de la revolución de 1917, le subestimó erráticamente, hasta el punto de ser su vida alcanzada en el exilio mexicano por el brazo de Stalin, mucho más largo que el de Poseidón.
Víctor Serge, en cambio, se nos antoja un imitador brillante de las Vidas Paralelas de Plutarco. No se descubre el agua tibia de esta tragedia política nacional e internacional (verbigracia la ortodoxia torcida del marxismo, los Gulags y la derrota de la II República Española en 1939), pero el contraste entre Lenin y Stalin nos aclara el prontuario del estalinismo (terrorismo) de Estado. Por ejemplo, el gobierno de Stalin aplicó medidas que no corrigieron los vicios de la economía y, peor aún, violaron al punto los derechos civiles.
El norteamericano Howard Fast, víctima del Comité de Actividades Antiamericanas liderado por el Senador McCarthy, nos demuestra con vigor y claridad que la cacería de brujas en Estados Unidos fue una copia hiperrealista de la represión estalinista en Rusia y sus países satélites. El mismo Fast y Dalton Trumbo, autor de la novela y el libreto adaptado para el cine de Espartaco, fueron invisibilizados en USA al igual que Dostoievski y Bajtin en URSS.
Finalmente, Trotsky nos presenta un ensayo auto-crítico al respecto: ¿Por qué ha vencido Stalin? Dejemos que este Cristo socialista se refiera al Caifás que le correspondió en persecución y muerte de él mismo y su entorno familiar y afectivo. “La significación del Termidor soviético comienza a precisarse en nosotros. La pobreza y el estado inculto de las masas se materializan de nuevo bajo las formas amenazadoras del jefe provisto de un poderoso garrote. Primitivamente expulsada y condenada, la burocracia se transformó de servidora de la sociedad en su dueña”.
No se trata de decapitar al Rey, sino evitar que un presunto revolucionario atornille la suya al cuerpo adiposo del moribundo monarca. El pueblo necesita de maestros y facilitadores de verdad, no de reyezuelos impertinentes y envilecidos.
José Carlos De Nóbrega / Ciudad VLC      

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