viernes, 25 de diciembre de 2015

LA INCERTIDUMBRE HECHA ASTILLAS. José Carlos De Nóbrega


LA INCERTIDUMBRE HECHA ASTILLAS

José Carlos De Nóbrega

 

     Más allá de las costumbres navideñas y sus lugares comunes que van de la superstición al inventario de promesas y tropiezos por cumplir, se nos ha ocurrido sembrar y cosechar astillas en el territorio de la incertidumbre y la crítica malquerida. Nuestro balance, ajeno al superávit artificial del discurso del poder, sólo es posible en la contingencia lúdica del aforismo comentado.

1.- “A mí no me preocupan los mea culpa insinceros ni los artificios discursivos de tirios y troyanos. Seguimos siendo mirones de palo en este fin de fiesta del despropósito, la banalidad y el envilecimiento de nuestros politicastros sin importar su espectro diestro o zurdo”. Nos caracteriza el buen diagnóstico de nuestro malestar (Uslar, D. A. Rangel o Malavé Mata) y nuestra terca indolencia e inacción. Le tocará al ciudadano rescatar al país echando a los politiqueros, burócratas y empresarios incompetentes de una buena vez por todas. No es cuestión de espejismos ideológicos, sino de implementar un sensato y osado proyecto de país [de índole bolivariana y socialista de a de veras].

2.- “El chavismo debe ir a la Asamblea Nacional a hacer política”. Vladimir Acosta. De acuerdo, pues un proceso revolucionario no puede construirse con la arrogancia del despechado ni con las pancadas reactivas de una pobre lectura del entorno. Por supuesto, Acosta y otros críticos serán escarnecidos por el estalinismo de la Corte que se esconde tras la tramoya. La bancada socialista no puede perder de vista la opción preferencial por los pobres y los trabajadores. Es un contrasentido convertir el legado chavista –con sus virtudes, debilidades y omisiones- en un fetiche ideológico oxidado.

3.- “¿Las universidades venezolanas persistirán en ser apéndices desdichados de una dirigencia política abyecta?” Nuestra Academia ha abandonado a su suerte la investigación, la extensión y la creación en todos los ámbitos. Le preocupa el gris rol resonante del discurso reaccionario y economicista de la nomenclatura de turno. El silencio cómplice fundado en el temor y el oportunismo, es el síntoma de su decadencia. Para muestra un botón: ¿Cuál ha sido la posición de los escritores y los académicos respecto al cierre de la Maestría de Literatura Venezolana en la Universidad de Carabobo? 

4.- “Las cosas elementales de la vida cotidiana se han convertido en una proeza de supervivencia, en una hazaña cotidiana, y la gente no quiere resignarse a semejante calamidad”. Víctor Álvarez. Un discurso político mediocre [aderezado por Chúo, Ramos A., Zurda Conducta o Aranguibel] es contrastado hoy por un relato de a pie que mezcla la épica del superviviente y la picaresca desde el Lazarillo hasta la vida desperdiciada de Pito Pérez. ¿Será otro gol a favor de los poderes creadores del pueblo? Los bachaqueros encarnan la ausencia de conciencia de clase y escrúpulos: proletarios que aspiran ser pequeñoburgueses. El desconocimiento de la ciencia económica cunde por doquier.

5.- “Ese espíritu de cuerpo que nos lleve a luchar por el gran país es lo que hay que insuflarles a las masas”. Nelson Guzmán. Subyace un hecho indiscutible: Una patria potencia no se edifica con las palabras huecasy, por desgracia, nuestra persistente indolencia y falta de acción. Le tocará al ciudadano de a pie rescatar al país, eso sí, echando a los politiqueros, burócratas y empresarios incompetentes y corruptos de una buena vez por todas. No es, pues, cuestión de espejismos ideológicos, sino de implementar un sensato y osado proyecto de país. Un abrazo, Efrén, mi temple de ánimo no decae pese a la calma chicha que anuncia tormentas por venir. típicas de slogans y frases hechas. Unamuno pondera que el estilo delata al hablante por más que trate de ocultar intenciones inconfesables. Parafraseando a Cioran, Guzmán mediante, la escritura auténtica es un acto rebelde de la criatura que corroe toda estructura opresiva. Por supuesto, las rebeliones son actos colectivos de amor y solidaridad para con el Otro.

6.- “Arañando sombras para verte”. Blas de Otero. Todo discurso libertario se realiza a contracorriente del terror inducido por los opresores. Por lo tanto, adversamos las admoniciones que abundan en los medios masivos y las redes sociales que procuran enculillar al pueblo. Sembrar el miedo y la rabia en las colas, significa respaldar el consumismo; aterrar a los beneficiarios de los programas sociales, involucra la perpetuación del funcionarismo mezquino y parásito.

7.- “… / casa que dejo, adiós, / no llorando, riendo te lo digo, / mi rumbo es la esperanza”. Juan Ruiz Peña. Dada la transparencia de estos versos, sobran los comentarios. Sólo nos resta la profesión paradójica de fe que es la Poesía del Decir.       


Sol y el León que custodia a Unamuno
y, por desgracia, nuestra persistente indolencia y falta de acción. Le tocará al ciudadano de a pie rescatar al país, eso sí, echando a los politiqueros, burócratas y empresarios incompetentes y corruptos de una buena vez por todas. No es, pues, cuestión de espejismos ideológicos, sino de implementar un sensato y osado proyecto de país. Un abrazo, Efrén, mi temple de ánimo no decae pese a la calma chicha que anuncia tormentas por venir.y, por desgracia, nuestra persistente indolencia y falta de acción. Le tocará al ciudadano de a pie rescatar al país, eso sí, echando a los politiqueros, burócratas y empresarios incompetentes y corruptos de una buena vez por todas. No es, pues, cuestión de espejismos ideológicos, sino de implementar un sensato y osado proyecto de país. Un abrazo, Efrén, mi temple de ánimo no decae pese a la calma chicha que anuncia tormentas por venir.y, por desgracia, nuestra persistente indolencia y falta de acción. Le tocará al ciudadano de a pie rescatar al país, eso sí, echando a los politiqueros, burócratas y empresarios incompetentes y corruptos de una buena vez por todas. No es, pues, cuestión de espejismos ideológicos, sino de implementar un sensato y osado proyecto de país. Un abrazo, Efrén, mi temple de ánimo no decae pese a la calma chicha que anuncia tormentas por venir.y, por desgracia, nuestra persistente indolencia y falta de acción. Le tocará al ciudadano de a pie rescatar al país, eso sí, echando a los politiqueros, burócratas y empresarios incompetentes y corruptos de una buena vez por todas. No es, pues, cuestión de espejismos ideológicos, sino de implementar un sensato y osado proyecto de país. Un abrazo, Efrén, mi temple de ánimo no decae pese a la calma chicha que anuncia tormentas por venir. Mata) y, por desgracia, nuestra persistente indolencia y falta de acción. Le tocará al ciudadano de a pie rescatar al país, eso sí, echando a los politiqueros, burócratas y empresarios incompetentes y corruptos de una buena vez por todas. No es, pues, cuestión de espejismos ideológicos, sino de implementar un sensato y osado proyecto de país. Un abrazo, Efrén, mi temple de ánimo no decae pese a la calma chicha que anuncia tormentas por venir.

 Mata) y, por desgracia, nuestra persistente indolencia y falta de acción. Le tocará al ciudadano de a pie rescatar al país, eso sí, echando a los politiqueros, burócratas y empresarios incompetentes y corruptos de una buena vez por todas. No es, pues, cuestión de espejismos ideológicos, sino de implementar un sensato y osado proyecto de país. Un abrazo, Efrén, mi temple de ánimo no decae pese a la calma chicha que anuncia t

lunes, 21 de diciembre de 2015

UN CUENTO DE NUESTRA QUERIDA ANDREA CRESPO MADRID: RITUAL



Andrea Crespo Madrid y Carlos Drummond de Andrade: ¡Una pelusa!

Nota del Administrador: Les presentamos un cuento extraordinario de Andrea Crespo Madrid, leído en la última jornada [jueves 26 de noviembre de 2015] del XXI Encuentro de Escritores Venezolanos auspiciado por la Cátedra José Antonio Ramos Sucre de la Universidad de Salamanca. Andrea es una jovencísima escritora venezolana y cursa estudios de Filología Hispánica en la referida Casa de Unamuno. Disfruten su lectura tal como nos ocurrió a nosotros, sus más devotos espectadores. Nuestra narradora cultiva compulsivamente un discurso lírico en prosa que apuesta por la más traviesa de las paradojas y una indiscutible apología de lo lúdico. JCDN. P.S.: Andrea, citándonos a Poe, desarrolla un canto sentido por la vida en medio de un escenario fúnebre disparatado y pleno de ternura sin igual.

     Ritual
     Andrea Crespo Madrid

Como todos los domingos, una hija eficaz despierta a su madre con el desayuno entre las manos. Tocó la puerta tres veces antes de irrumpir en la habitación, extrañada. La taza de porcelana corrió el riesgo de romperse ante una madre aún dormida, indiferente hacia la mano que descubría su cuerpo y le exigía alguna clase de respuesta. Cuando estaba pequeña, fingía un sueño profundo para recibir innumerables besos en la cara y un nuevo día. La hija imitó los recuerdos al suponer que su madre hacía lo mismo, seguramente mendigándole el cariño. Posó sus labios sobre la frente gélida de su madre repetidas veces. Nada. Abandonó la cerámica sobre la mesa y sacudió sus hombros. Los ojos diáfanos la miraban sin verla.

 

Al día siguiente, voces monótonas citaron a las hermanas para vestirla a primera hora, el respeto por el sueño no es un asunto de vitalidad. Tenían que proceder con el funeral. Las hermanas se presentaron puntuales, tenían el rostro endurecido bajo tanta sombra. Ambas ignoraban los rituales fúnebres, desconocían el procedimiento y la burocracia que conlleva morirse. Nadie te explica que debes arreglar a tus muertos. Sobre una extensa mesa metálica yacía el cuerpo oculto con una sábana blanca, el rumor del personal fue desapareciendo y su ausencia construyó el silencio. Las hijas se aproximaron a la silueta inmóvil y sujetaron el poliéster, desplazándolo con detenimiento. Su madre estaba desnuda como vino al mundo para irse de él. Era su turno de vestirla, así tantas veces lo había hecho por ellas, aunque ya no fuera a ninguna parte.

 

La menor de las hermanas necesitaba ayuda para colocarle las pantaletas. Su madre nunca había sido tan pesada. Asumió que el “peso muerto” significaba todo aquello que llevaba consigo de este mundo. Le gustó pensar que dentro de su estómago aún se hospedaba su risa y por eso costaba tanto moverla. Juntas, levantaron cada una de sus piernas y deslizaron la tierna tela hasta cubrir el sexo. La pequeña señaló al sostén y su hermana sacudió la cabeza, irritada, indicándole que trajera el vestido de una vez porque no tenían que incomodar a su madre incluso después de muerta. El vestido era una maraña de tela por descifrar encima de los senos desnudos. Las hijas alzaron los brazos inertes sobre la cabeza, penetrando cada manga. Una sostuvo la cabeza de su madre y la otra guio el anillo de tela, el tronco se escurrió hasta que el ropaje cubrió también las rodillas. Lograron, entre las dos, ponerle el vestido blanco a pesar de la resistencia del cuerpo desajustado. Colocaron los brazos nuevamente al lado de sus caderas. Era un trabajo pesado.

 

Durante toda su vida, la madre había usado el mismo perfume, plegado a su piel duraba al menos doce horas. Los pasillos los teñía de primavera y se sabía de su venida con antelación. Al llegar por la noche, su hija la recibía con un beso y escondía en ella una nariz incrédula. Olía delicioso. No la iba a dejar partir sin anunciarla en los pasillos del otro lado. ¡Que supieran el resto de los muertos quién carajo se había muerto, que supieran todos lo mucho que importaba! La hermana mayor tomó el frasco de perfume y lo destapó para empaparse las puntas de los dedos. Recordó los lugares favoritos y esparció la fragancia por las suaves mejillas hasta alcanzar los rinconcitos de la clavícula, el cuello áspero y la nuca. La menor, en cambio, hidrató sus manos, brazos y pies con crema por última vez. Su madre les había enseñado a usar perfume y nunca dejar la casa sin él. La muerte no debe hacer a nadie incongruente con sus acciones.

 

Aunque la funeraria ya había hecho gran parte del proceso, faltaba maquillarla un poco más. No para lucir natural, sino para que estuviese lista para su “evento”. Evento era un mero eufemismo, pero la palabra insultaba al sentido incorruptible del funeral por intentar camuflarlo con una boda. La gente, sin querer, solo entorpece la pérdida. Era difícil pintarle la boca a su madre, los labios estaban cosidos entre ellos; ninguna de las dos anticipó la mueca macabra que resultó de aquella proeza. La menor cubrió con colorete los pómulos sobresalientes mientras su hermana buscaba un puñado de pétalos de nardos blancos. Al terminar de pintarla, se unió a su hermana en la labor de adornar los rizos románticos de su madre. Lucía radiante. Las niñas se separaron un instante para observarla. Habían terminado. Recogieron los pétalos marchitos y el resto de los utensilios, algún profesional la desplazaría en unos minutos. La expresión petrificada desapareció cuando las manos de dos hermanas acordaron no soltarse más. Contra todo pronóstico, el aire se sentía más ligero.

 

La madre se sentó sobre la mesa metálica, asombrada ante un vestido apretado. Rompió los débiles hilachos de su boca con facilidad.

 

— ¿Qué les dije de meter algodón a la secadora? ¿Hay gente?

—Coño, mami—dijo la hermana mayor—. Te estamos llorando. Nadie le presta atención al vestido.

—Yo lo hago. Pero ya no hay tiempo para nada. No se sientan mal por esto, ya es bastante jodido tener a la mamá muerta.

 

Se bajó de la mesa mientras terminaba de hablar, tenía que sacudir el vestido y tratar de sentirse a gusto pese a que le quedara incómodo. No quiso verse en el espejo. Tampoco quiso ayuda de nadie para subirse al ataúd de ébano, abierto, que la esperaba. Se acostó en él, simulando el reencuentro con un viejo y olvidado amor; se sabe de amantes que reposan contra sí luego del naufragio que los separó durante largos años. Unos segundos más tarde, se instauró el sosiego en sus facciones y las hijas la soltaron con un suspiro. Quienes se aman en la distancia y quienes todavía escuchan a sus muertos, discrepan a gritos con el destino. Son transgresores y transformadores de la realidad, son una madre que se despide y una voluntad que nunca se va.

 

 

 

Andrea Crespo Madrid

POEMAS DE RAQUEL REYES MARTÍN


Raquel, como consumidora oculta en la multitud, se encuentra al fondo, desenfocada y a la derecha




Raquel Reyes Martín
 
 


Nota del administrador: He aquí unos textos poéticos de Raquel Reyes Martín, una joven voz interesantísima de la comunidad escritural y estudiantil de la Universidad de Salamanca. Los poemas en cuestión fueron leídos por su autora el martes 24 de noviembre de 2015 en la primera jornada del XXI Encuentro de Escritores Venezolanos llevado a cabo en el Aula Magna de la Facultad de Filología, Edificio Anaya de la Universidad de Salamanca. De este conjunto destacan la inmediatez, diafanidad y madurez del Decir poético, además de la intencionalidad crítica políticamente incorrecta y su tenor irónico. Raquel posee un estupendo blog, cuya lectura atenta y cómplice recomendamos: http://insomniodeunanochedeverano.blogspot.com . Recordamos conversaciones significativas con ella y su hermosa humanidad corriendo con un cigarrillo en los labios hacia la puerta de Anaya. JCDN. Ojo, el mecanografiado es nuestro, pues copiamos el manuscrito que nos obsequió generosamente esta preciosa y simpática poeta salmantina.


MEDIA DISTANCIA

Ya no es dónde estás
Es la actitud
que he tomado
con todo
Creo que el tren me llevó consigo


28/2/15

Para terminar con los huecos
Decidí llenarlos con voluptuosidades
Conocí máscaras
Traté de viajar en esa locura de baja frecuencia
Que atañe a los cuerpos con los que me muevo
En la cegadora noche de las bombillas
Buscaba la degradación cariñosa
Subterránea
El movimiento del humo no tiene destino
me dijeron
Y yo quería ondear como lo hacía él
Ser la hembra de humo
en las brillantes horas de existencia


Te decían: bebe rock and roll
Disfruta de los cuerpos ajenos
Evita el sufrimiento
Y yo me sentía muy vieja
Mientras un chico abollaba mis zapatos sonriendo
Y yo le miraba
Sintiéndome el único organismo vulnerable
En la fiesta del hedonismo


GEODESIA

Nunca calculé bien el lugar de revelaciones,
la geometría difusa de las distancias,
el arte de los huecos.

No se me da bien
esperar que vengan a buscarme,
manejar la cortesía,
encontrar palabras,
separarme del cigarro cuando ya es colilla,
echar tierra de por medio
o apartarme de ti.


03/05/14

Yo quería
tus órganos
tu proximidad
tu presencia,
sin saber
que no podía conseguirla
Ni la tuya, ni la de nadie
joder, nunca.
Porque los humanos tenemos cuerpos intermitentes, cariño
y ya es hora de asumirlo.


GASTROGRAFÍA

No sé cocinar aún.
Ni escribir cosas consistentes
al menos en materia de alegría.
Intento escribir
como intento cocinar:
con la preocupación de convertir ese sentimiento fangoso
en algo comestible.
Aplicar el chorro líquido de desencanto
en una masa indivisible
de letras en comunión con la vida,
con la realidad,
o algo parecido.
Evitar el yo
añadir interrogaciones,
sabor agrio el de esa comida.
Pero ya lo dije
no sé escribir
o cocinar
o algo parecido.

Comencé a estudiar el significado de las letras
para saber de qué sustancia, de qué ingredientes
está hecho el mundo.


FRUTA PODRIDA EN LA BANDEJA

En un ámbito tan doméstico
Lo extraño y lo conocido acaba unido
En el centrifugado de mi lavadora
Donde espero que el detergente
En ese hueco giratorio
Separe mi yo de lo ajeno
Que el suavizante haga algo
Con el otoño áspero y silencioso
Cosa imposible parece
Pero confío en la magia del lavado
Para prendas delicadas


LINGÜÍSTICA APLICADA

De tu boca solo salen palabras cuadradas
No sé si sentirme afortunada
Por saberme la curva
Que intenta introducirse en ellas


Disecar: 1. tr. Dividir en partes un vegetal o el cadáver de un animal para el examen de su estructura normal o de las alteraciones orgánicas.
___

LA EXTIRPACIÓN DE MIS LAGRIMALES

Dicen que llorar es saludable
la expulsión de cualquier líquido que se produce en nuestro cuerpo es sano
como el sudor
Se dice que es una bonita fórmula de curación
casi poética
Pero qué no daría yo
porque me extirpasen los lagrimales
esa pequeña glándula
de debilidad.


Yo ya no estoy buena
Por eso prefiero hablar
De lo que cantan las puertas
Ya sean las que abren, cierran,
No metafóricamente
Las puertas
Cuando con miedo
No se abre la de mi portal
Y pienso que alguien viene
O la que pesa
Las que crucé por primera vez
Las raras
Las de las voces y cerveza
Mis puertas de ruido y luces
Las que no me dejan pasar,
Porque soy humo
Mis puertas
Que dicen que ya no soy buena
O estoy
Que es distinto en español
Porque mis muslos engordan

Mis muslos
Que son puertas
Que aunque con estrías
Se abren
Y se cierran

 

sábado, 19 de diciembre de 2015

ODRES NUEVOS PARA VINOS NUEVOS. MEMORIAS E IDENTIDADES EN LA OBRA DE JOSÉ CARLOS DE NÓBREGA. María Elisa Núñez



María Elisa alumbrando el atardecer

Nota del Administrador: He aquí un texto entrañable, la presentación que nos tributó el martes 24 de noviembre de 2015 la estupenda profesora y mejor amiga María Elisa Núñez sobre nuestra obra literaria compulsiva. Ello en el marco del XXI Encuentro de Escritores Venezolanos desarrollado en el Aula Magna de la Facultad de Filología, Edificio Anaya, Universidad de Salamanca. Como podrá notar el lector atento, María Elisa posee un estilo ensayístico transparente, amoroso y caribeño por demás. No nos queda otra que el más devoto de los agradecimientos. ¡Enhorabuena por mí, dado este privilegio! JCDN.
 
 
 
Odres nuevos para vinos nuevos.

Memorias e identidades en la obra de José Carlos De Nóbrega.

 

María Elisa Núñez

 

 

                                                                                  “Si hubiera identidad entre la palabra y su objeto, el término “fuego” quemaría en la boca.

Máxima budista

 

   

Desde Valencia, la de Venezuela,  ha venido José Carlos De Nóbrega; y con él las ficciones de El dragón Lusitano y otros relatos (2009),  y la prosa vívida y certera de sus Salmos compulsivos por la ciudad (2007)  y Derivando a Valencia a la deriva (2006).

Escritor de pluma incansable, intelectual preclaro y profesor de varias generaciones, en José Carlos De Nóbrega convergen varias facetas y varias corrientes de la literatura nacional. En su obra todo es memoria pero también formas nuevas de nombrar la realidad.

 

¿Desde dónde leer la obra de De Nóbrega? 

Sin ánimos de abarcar las muchas posibilidades que su obra convoca, me permitiré presentar algunas líneas de estudio, algunas inquietudes que se han despertado.

Muchas de las páginas de la obra de José Carlos De Nóbrega  me sugieren leerlo desde los postulados que refiere  Giorgio Agamber[1] (2001) en Infancia e historia. Destrucción  de la experiencia y origen de la historia.

Encuentro que en muchos de los textos que pueblan la obra de De Nóbrega se presenta lo señalado por Agamber: una particular fractura entre saber y narración en algunos momentos de la literatura venezolana; todo ello en el marco del  característico “orden” de la moderna sociedad occidental que en ocasiones relegó a la fantasía a un segundo plano al tiempo que dio  protagonismo a la racionalidad cartesiana. 

 

Si nos situamos en la suma de autores que analiza José Carlos De Nóbrega,  la ruptura que refiere Agamber puede leerse como una  constante de buena parte de los ensayistas de las décadas del  40, 50 y 60 del pasado siglo, cuando la ciudad y sus órdenes comienzan a ocupar un lugar central aunque todavía sujetos a nociones de urbanidad universal y valor cosmopolita. Esta particularidad se vertía en la narrativa, la poesía y la historiografía que se desarrollaba junto a la pujante industria petrolera, la explosión demográfica, la hiperconstrucción de las urbes, la masificación de la academia, y la profesionalización de los estudios históricos, literarios y científicos. Una Venezuela que marchaba a la par de casi toda Latinoamérica, y que se había alejado en parte de los modelos europeos.

Sin  embargo, en los últimos años del siglo XX, superada y deconstruída la modernidad, asumen protagonismo otras identidades y otras vivencias comunes; y  el cruce entre el sujeto de la experiencia y el sujeto del conocimiento adquiere nuevos matices.  En la literatura cobran  importancia nuevos topos: la evolución política, económica, social y cultural; y una nueva poética de la ciudad emerge. Se sucede también un nuevo trazado del heroísmo en  la conciencia nacional y una distinta reconfiguración simbólica del espacio urbano. 

De igual forma, las nuevas subjetividades facultadas para transitar a uno y otro lado de la historia, dejan al descubierto el proceso de auto inscripción en un nuevo campo cultural en el que los intelectuales productores de nuevos discursos nos revelan qué es lo que tienen que decir y para qué las nuevas voces que protagonizan el quehacer nacional. 

 

En este marco resulta sumamente interesante la lectura de los libros de José Carlos De Nóbrega.

 

En Salmos compulsivos por la ciudad, el autor nos comparte sus reflexiones sobre la obra de un nutrido grupo de escritores venezolanos y latinoamericanos, valiosa muestra de identidades más que singulares.  En la selección de su corpus, en la experiencia que relaciona su estudio y el influjo que puedan tener en la propia obra de De Nóbrega, el autor ya manifiesta un interés que no solo sirve para abolir la indiferencia colectiva hacia cierto sector olvidado de nuestra literatura.  Pero no por ello De Nóbrega  se dará a la tarea de censurar o demonizar ni las formas ni las categorías empleadas por otros estudiosos que le antecedieran.  La función de De Nóbrega no es volver sobre los valores estéticos reseñados en el pasado sino, en primer lugar, la explotación de una marca ideológica y, en segundo lugar, la reflexión sobre el significado de la obra de estos autores en un espacio temporal específico. A través de las ficciones históricas y literarias de Rufino Blanco Fombona, Guillermo Meneses, Andrés Mariño Palacio, Salvador Garmendia, Israel Centeno, Julio Garmendia o Enrique Bernardo Núñez, emerge un doble movimiento:

Por un lado, el acto simple de rememorar desde los márgenes devela la posibilidad real de pensar la literatura como una parte inobjetable de nuestra historia.  Sobre este particular – y tal como refiere De Nóbrega- basta señalar el importante papel de Guillermo Meneses tanto en la cuentística como en la crítica, y los numerosos estudios sobre  su obra: las decenas de libros y trabajos de grado y postgrado, así como también las versiones fílmicas realizadas en Venezuela, Argentina y México a una de sus obras más conocidas: La balandra Isabel llegó  esta tarde.

Y por otro la memoria de la palabra que apunta hacia la conciliación de visiones, hacia la integración de experiencias que pretenden unificar a los sujetos de la rememoración; es decir, reconstruirlos como recuerdo común y extrapolar su experiencia a la vivencia colectiva.  Ejemplo innegable de lo antes citado son los ensayos dedicados a la obra de César Vallejo, Vicente Huidobro y Octavio Paz, en los cuales no sólo destaca los valores estilísticos y lingüísticos como la libertad de la metáfora, la libertad del verso, el ars poética, sino también (y muy especialmente a través de la obra de Octavio Paz) los arquetipos constitutivos de nuestra cultura como el Pachuco, el nuyorican y el crossover hoy bien conocidos.

 

En sus visiones y versiones de los autores estudiados, De Nóbrega se nos ofrece como el escritor que siente al país y a su literatura, que se reconoce heredero del poderoso legado latinoamericano que le antecede; y cuyo tránsito no es otro que profundizar en un camino estético en el que la historia, la filosofía, la perspectiva política, el influjo de la música, la televisión o el cine, devienen en una expresión y una voz propia que busca con afán  elevar el tono de aquellos escritores que han legitimado nuestro acervo más auténtico; nuestra independencia y nuestra identidad cultural.

 

En la misma línea pero centrado esta vez en una geografía que se nos antoja  más personal, su  obra Derivando a Valencia a la deriva, debe  ser leída como una proclama literaria que exige para su ciudad mayor reconocimiento como epicentro literario y sólido asidero del imaginario nacional. Un  amplio conjunto de  personalidades del ámbito  literario, teatral y musical; junto a uno que otro  desconocido e inclasificable talento  (Argenis Salazar: sonoludens) pueblan sus  160 páginas.

En esta ...Valencia a la deriva  quiero destacar especialmente varios aspectos:

En primer término  la muy adecuada selección y la acertada cronología de autores valencianos y carabobeños que han honrado las letras venezolanas tanto dentro como fuera del país. En especial las voces de Vicente Gerbasi, Ida Gramcko, Manuel Vicente Romero García, José Rafael Pocaterra, Óscar Guaramato, Laura Antillano, Orlando Chirinos y María Narea; cuyas obras nos han permitido conocer entre otros aspectos qué tan ancho y ajeno o cercano es el mundo del padre inmigrante de Gerbasi, cómo sonaba y soñaba la diáspora que arribara a las costas venezolanas con Ida Gramcko y su familia; cuán dolorosa fue la irrupción de la violencia que se ensañó contra los artistas en un tiempo aciago de nuestra historia, obligándoles a alejarse de su hogar, como le ocurre al personaje de la Peonía de Romero García, o hasta donde llegaba la experimentación con el lenguaje de Guaramato en su cuento “La niña vegetal”.

Y en segundo término, el innegable lugar que ocupan las publicaciones periódicas en la memoria literaria venezolana. De Nóbrega reconstruye hermosamente la trayectoria de la Revista Poesía (amén de otras publicaciones periódicas del mismo tipo), para poner de manifiesto la enorme valía de sus directores a la hora de dar cabida a tres generaciones diferentes de poetas; a la incansable tarea de difusión de la poesía como género, y muy especialmente, a la consolidación de una cultura hemerográfica global.

Como aportes novedosos no puedo dejar de reseñar el espacio que dedica al trabajo artístico de dos artistas: Javier Téllez y el sonoludens  Argenis Salazar. De Téllez refiere el impacto social que supuso la exposición de su disruptiva y polémica obra: “La extracción de la piedra de la locura”; y  para hablarnos  de Salazar nos lega un grandioso texto intitulado “El caballo pornofónico”. De Nóbrega nos revela a los no iniciados los alcances de la instalación artística pensada desde la enfermedad mental así como también el juego con los  sonidos  y las formas poéticas; la transdisciplinariedad de  creadores que se cuestionan a la manera de Foucault los regímenes de internamiento y las formas de control social.  Nada escapa a la sensibilidad de José Carlos. El dolor y el genio no le son ajenos.

 

Llegados a este punto, y  casi para finalizar, no puedo dejar de señalar que a la obra ensayista de José Carlos De Nóbrega debemos sumar los textos de El dragón Lusitano y otros relatos, y la traducción de los volúmenes Las imaginaciones / El soldado raso de Ledo Ivo y La pasión según GH de Clarice Lispector, respectivamente. Obras concebidas desde otra perspectiva lingüística.

Lo que más me interesa destacar  son los alcances del lenguaje;  por ello creo  que El sublime objeto de la ideologia  (2001)  de Slavoj Zizek[2] es un excelente prisma desde el cual proyectar cómo  son patentes en la obra de De Nóbrega la vieja tensión entre el descriptivismo y el antidescriptivismo, como vías de aproximación a los usos del lenguaje.

 

 “¿cómo se refieren los nombres a los objetos que denotan? (...) [para Zizek] la respuesta del descriptivismo es la obvia: a causa de su significado; cada palabra es portadora, en primer lugar, de un cierto significado (...) frente a ella, opuesta pero no distante, la  respuesta  del antidescriptivismo, en cambio, es que una palabra está conectada a un objeto mediante un acto de “bautismo primigenio”, y este vínculo se mantiene aún cuando el cúmulo de rasgos descriptivos que determinó el significado de la palabra cambie por completo.”

 

Según lo antes  expuesto, hay un doble movimiento que opera en la formulación y el enunciado de casi cualquier sustantivo. Al principio se produce la entronización de un significante a partir de una serie de características  definidoras de un objeto.  Y pese a los nuevos significados que le sean atribuibles no perderá su noción primigenia.

Pero ¿qué pasa cuando en oposición a la experiencia y a la memoria cultural se le da un significado otro a las palabras?  Dar respuesta a esta pregunta parece ser la intención que subyace en El dragón Lusitano y otros relatos.  

A lo largo de 24 relatos breves De Nóbrega pone de manifiesto que el lenguaje y sus significados son la herramienta sobre la que se apoyan historia y personajes.  A la manera de lo que Halliday denomina “estructura semiótica de la situación”, De Nóbrega nos expone un entramado discursivo en el que la memoria que acompaña a la voz narrativa va construyendo a partir de su discurso un conjunto de hombres y mujeres cuya identidad no posee un carácter único; sino que se expresa a través de las añoranzas, anécdotas y re-elaboraciones de los recuerdos que se van hilando en cada relato. Los personajes son el nombre con el que han sido re-bautizados  por el autor; el apodo que  reemplaza al nombre propio y  que nominaliza  de manera jocosa, amorosa o hilarante, las voces de la otredad que pueblan sus historias. 

Pero la identidad también se expresa en el cuerpo, en la piel, en los objetos, que acompañan el espacio que pueblan los personajes.

 

Por eso no pueden sernos indiferente la tragedia del llamado  Dragón Lusitano, ídolo venido a menos tras el tufillo cervecero y el frágil equilibrio de la barra de un tugurio de algún pueblo como él, hace mucho perdido… Como tampoco lo es la epopeya amorosa de Blasina de los Sauces, emparentada a fuego y piel con los avatares de su barriada; orgullosa de su prole y de su estirpe de salvaje belleza, perpetuada en “la flaca”, “Tababi” y “la Mapi”....esclavas de su propia sensualidad y del deseo que hierve y pervierte los ojos de todo aquel que las mira. Y muy junta, lívida e inmaculada entre las páginas Daniela Corazón de Jesús, toda ella Cordero de oro, toda ella metáfora de un país y una sociedad que se reconoce y desfigura en su afán de redención e inevitable corrompimiento. 

Los personajes de De Nóbrega son siempre habitantes de dos mundos. El mundo del pasado en el que aparentemente han existido, del que hay datos, noticias, crónicas, incluso marcas en la piel.  Y el mundo otro, el de sus libros donde cada personaje es distinto al del recuerdo que el escritor vivió o imaginó.

Oscuros pero también impregnados de una ternura que conmueve, incombustibles y al mismo tiempo luminosos, los personajes que pueblan las ficciones de De Nóbrega parten de lo abyecto para vivenciar también una sublevación del ser; y acompañarnos como ya hicieran cada uno de sus compañeros de correrías en esta “...Salamanca nublada”.

Muchas gracias.




[1] AGAMBER, Giorgio (2001): Infancia e historia. Destrucción  de la experiencia y origen de la historia. Buenos Aires: Hidalgo Editora.
[2] ZIZEK, Slavoj (2001): El sublime objeto de la ideología. México: Siglo XXI editores.

HAIKÚS DEL CIELO. María Ángeles Pérez López



María Ángeles y Ernesto Cardenal


Nota del Administrador: Es un placer indecible presentar estos preciosos textos poéticos de María Ángeles Pérez López, una nueva y valiosísima amiga que hicimos en Salamanca, nuestra ciudad de los amores correspondidos. María Ángeles, además de magnífica poeta, es profesora y Directora del Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana, Facultad de Filología, Universidad de Salamanca. Recomendamos encarecidamente que corran a cualquiera de las Librerías del Sur y adquieran su hermosa antología poética "Materia Reservada", publicada por la Fundación Editorial el perro y la rana en 2006 [para muestra un botón de rosa intensa: disfruten el poema "El mamut que conoce su extinción", pp. 46-47, y compartirán nuestro entusiasmo]. JCDN.


HAIKÚS DEL CIELO

María Ángeles Pérez López

 

 

Mancha perfecta.

Exclamación de aire

junto a la puerta.

 


 

Lienzo vacío.

Blanco sobre lo blanco.

Hilo y zurcido.

 


 

Mar incompleto

que moja la silueta

de cada cuerpo.

 


 

Pintura absorta

sobre trigo y desguaces.

Color y forma.

 


 

Ciudad de torres

que acrecientan el día

y anclan reproches.

 


 

Círculo de agua.

Ojo en que parpadea

la madrugada.

 

 

a José Carlos De Nóbrega

CRÓNICA SALMANTINA 2. José Carlos De Nóbrega



Antonieta Álvarez, William Torrealba, Sol Linares, José Carlos De Nóbrega, María Jesús Bernal y Celia Corral Cañas


Tres bellezas venezolanas inobjetables en Salamanca: Sol Linares, Andrea Crespo Madrid y María Elisa Núñez 
 


Trío de Ska "Percusión y Tomate"

 
CRÓNICA SALMANTINA 2

José Carlos De Nóbrega

 

     De vuelta a la Patria, extraño con emoción a la Casa Dorada que es Salamanca. El retorno fue placentero, pues me acompañó mi madre encarnada en otra simpática matrona madeirense: Matilde Nohemí, quien conversó acerca de su familia y de sus viajes intercontinentales. Por supuesto, me reencontré con mi paisano luso-venezolano Joaquín, con el cual conversé largamente en el viaje de ida Maiquetía-París. Aprovechamos el impulso para agradecer a la Embajada venezolana en España, en la diáfana persona de su agregada cultural Antonieta Álvarez, por los favores recibidos a lo largo de nuestro afortunado periplo.

     Como decíamos ayer, Fray Luis mediante, nos resta hablar de las últimas cuatro sesiones de clase. Proseguimos esta Bitácora Literaria Venezolana con dos novelas clásicas: “Cubagua” de Enrique Bernardo Núñez, una saudade por la historia, y “El Hombre de Hierro” de Rufino Blanco Fombona, el epitafio vitalista de la sociedad de su tiempo con su bailómano y su Juan Bisonte de opereta. La séptima correspondió a tres cuentistas compulsivos: Andrés Mariño-Palacio, Salvador Garmendia y Eduardo Liendo, trío lúdico que involucra el discurso de la locura, la oralidad tabernaria y el bestiario picantísimo. La penúltima conversación en Anayita convocó a dos escritores que van y vienen de Falcón y Zulia: Enrique Arenas, cuya crítica ensayística regocijó al joven auditorio, y Orlando Chirinos y su narrativa que vincula lo culto, lo popular y lo subversivo. El cierre abierto del Curso fue el festejo a mis tres amores trujillanos [Ana Enriqueta Terán, Wafi Salih y Sol Linares], además de nuestra amiga Laura Antillano, acreedora del Premio Nacional de Literatura 2012-2014. Sus textos envolvieron a la audiencia en la niebla enternecedora de sus voces singulares.     

     ¿Qué decir del XXI Encuentro de Escritores Venezolanos realizado en el Aula Magna de la Facultad de Filología? El martes 24 de noviembre de 2015, me conmovió la presentación que la bella y caribeña María Elisa Núñez acometió sobre mi obra en clave de danzón. Le correspondimos con la lectura de mi cuento “Con Claudia viendo a Salamanca nublada”, hasta entonces inédito. El miércoles 25, le tocó a un poeta del Decir de Caricuao, William Torrealba, y su recreación nocturna y bohemia de Caracas, comentada con acierto por mi alumno Borja Cano Vidal. El jueves 26, Sol Linares alumbró la noche salmantina con amor e incuestionable talento, lo cual se reveló en los estupendos ensayos de José Antonio Paniagua y Catalina García García-Herreros [esta chica me citó a Susan Sontag por su donosura escritural de arroyo fresco]. He de destacar la insurgencia de la jovencísima camada de escritores de tan querida Universidad. Comenzamos por la paradójica cuentística vivaz de la venezolana Andrea Crespo; el capítulo perfecto de novela que nos obsequió Catalina García; la inmediatez cómplice de la voz poética de Raquel Reyes Martín [“Comencé a estudiar el significado de las letras / para saber de qué sustancia, de qué ingredientes / está hecho el mundo”]. No podemos obviar la dulce voz en off de María Jesús Bernal que encuadraba su paisajística interior a la luz de nuestra Sol, ni los haykús seductores de Celia Corral; mucho menos pasa por debajo de la mesa del ágape, pues nos muerden de guisa traviesa los pies, los artículos satíricos de Bea Cepeda y la poesía extraordinaria y contundente de Anaïs Egea.

     Embadurnados de Saudade, nos resta edificar nuestro amoroso retablo femenino y salmantino: Carmen Ruiz Barrionuevo quien no sólo es el baluarte imprescindible de la Universidad y su Cátedra Ramos Sucre de Literatura Venezolana, sino que nos sostuvo atenta y cariñosamente de la mano; mi fotógrafa sobrenatural, Eva Guerrero, cuya chispa, hermosura y don de gente nos harán falta; la tierna voz poética de María Ángeles Pérez L. hecha haykú aterciopelado, y esa pandilla familiar entrañable de María Elisa, Paco y sus preciosos críos.

     Valencia de San Desiderio, miércoles 2 de diciembre de 2015.    

CRÓNICA SALMANTINA 1. José Carlos De Nóbrega



Entre escritores y docentes universitarios nos vemos: William Torrealba, José Carlos De Nóbrega, Sol Linares, Eva Guerrero, María Elisa Núñez y Carmen Ruiz Barrionuevo en pleno ágape desarrollado en las Caballerizas Reales de Salamanca 


La poeta y profesora María Ángeles Pérez López

 
 
CRÓNICA SALMANTINA 1

José Carlos De Nóbrega

 

     He pasado una semana extraordinaria en Salamanca. Me ha correspondido este año el privilegio de ser vocero de nuestros escritores en la Universidad de Salamanca, específicamente la Cátedra de Literatura Venezolana “José Antonio Ramos Sucre” adscrita a su Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana, instancias académicas dirigidas con denuedo y alto desempeño por las Doctoras Carmen Ruiz Barrionuevo y Mª Ángeles Pérez López. Estas grandiosas docentes universitarias nos han tratado atentamente como en casa, pues desbordan talento, afán y amor vitalista por nuestra literatura.

     Ofrecimos –a la fecha- una visión ensayística de destacados autores como Domingo Alberto Rangel, Ramón Díaz Sánchez y César Rengifo en el abordaje del tema petrolero; la Poesía del Decir de Luis Alberto Angulo, Enrique Mujica, Adhely Rivero y Juan Calzadilla; el trabajo poético de creación y traducción de Reynaldo Pérez Só; las revistas Poesía y Nanacinder; el ensayo políticamente incorrecto de Carlos Yusti; la narrativa del apego compulsivo a la tierra y las revoluciones por venir de Nelson Guzmán y Juan Medina Figueredo; las experiencias de la escritura en el exilio de Argenis Salazar y Jorge de Amorim; la excelente novela “Diario del Enano” de Eduardo Liendo; la obra poética de Teófilo Tortolero que jamás nos es indiferente; y, hasta la quinta clase de nueve en total, un trío escritural que escruta almas esquivas, Pedro Téllez, Slavko Zupcic y Luis Enrique Belmonte. Esta red escritural magnífica y variopinta, involucra lecturas personales dentro y fuera del ámbito universitario valenciano y maracayero, e incluso susceptibles al calor del afecto más vivo.

     La ciudad de Salamanca es un enclave histórico, precioso y gentil: Está dignificada por la belleza de la juventud estudiantil, su Torre de Hablas y su entusiasmo que se desparraman a pie por doquier, desde el Campus Unamuno hasta el pétreo y solemne casco histórico. Me ha tocado un grupo maravilloso de muchachos que cursan Maestría y Doctorado. No me queda duda que cada quien y cada cual se convertirá en Salvaguarda de la Lengua y la Literatura Española e Hispanoamericana. Lo leo complacido en sus ojos vivaces. Parafraseando un hermoso poema de María Ángeles Pérez López, Salamanca es un mamut que conoce y vive las peripecias de escurrirle el bulto a su extinción promovida por la mezquindad, el anti-humanismo y el mercantilismo de los cazadores furtivos hoy. Es inevitable no cruzarse en sus calles, pasajes y edificios como Anaya y Anayita, con Don Miguel de Unamuno, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.

     Aprovechamos el impulso para agradecer al poeta Daniel Molina, quien postuló nuestra propuesta relativa a la Cátedra “Ramos Sucre” 2015 a nombre de la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello. Asimismo el apoyo dispensado por la Presidenta del Centro Nacional del Libro, Christianne Valles, ente coorganizador de este evento literario. Por supuesto, fue imprescindible el espaldarazo, la solidaridad y el contentamiento de amigos como Sandra Lozano, Wafi Salih, Luis Alberto Angulo, Pedro Téllez y Carlos Yusti, entre tantos otros. Los consejos de viajeros, docentes universitarios y entrañables amigos como María Isabel Maldonado y Nelson Guzmán me facilitaron este primer periplo internacional, previendo los incidentes aduanales que acaecen de vez en vez.

     Nos reencontramos con Venezuela por allá, en las personalidades generosas y simpáticas de la profesora María Elisa Núñez quien sazona con cariño caribeño a la Universidad Pontificia; el Psicólogo y cuidadoso asesor de almas humildes que es Carlos Ferreira; y también el artista integral y promotor de la justicia Argenis Salazar, con sus “Equijotaciones” en lo político revulsivo y lo estético.

     Un saludo fraternal a mi país a contracorriente de estos tiempos aciagos que atropellan mortalmente por igual a los más inocentes, llámese la locación París, Beirut o la Franja de Gaza. Estimada Yudi, un abrazo y “saudades” de quien te ama, vuestro salmista compulsivo.     

     Salamanca, martes 17 de noviembre de 2015.